La caída de la MLC hunde a los productores privados de tabaco en Pinar del Río
Economía
Un veguero de San Juan y Martínez señala el trato injusto de Tabacuba, que se enriquece mientras los guajiros se empobrecen
Madrid/Alfredo Pérez, un veguero de la mejor zona tabacalera de Cuba, San Juan y Martínez (Pinar del Río), ha aguado la fiesta a Granma, que el pasado sábado celebraba la buena marcha del producto. El Ministerio de Agricultura informaba en el diario del Partido Comunista del éxito de la campaña 2024-2025 y sostenía que se han recuperado las casas de cura perdidas por el paso del huracán Ian en 2022, así como la producción tabacalera, con seis millones de puros para la exportación.
“Es una pena que el final de esta zafra tabacalera 24/25 esté siendo, para la mayoría de los campesinos, un callejón sin salida en el que fuimos entrando poco a poco”, lamenta Pérez, que relata la cadena de catástrofes que se cierne sobre los agricultores como consecuencia directa de la negativa de Tabacuba de actualizar los precios a los que adquiere el tabaco.
El veguero recuerda que el ciclón destruyó la mayor parte de la infraestructura tabacalera, un 90% de las casas de cura. Las fuentes son oficiales, hace apenas una semana que Michel Alejandro Valdés Rabelo, director general de la empresa estatal de acopio y beneficio de Tabaco Hermanos Saíz dijo en una entrevista al diario El País que “en San Juan y Martínez, de las 1.765 casas de cura que había entonces, quedaron en pie 22″. El funcionario sacaba pecho también de la recuperación, al menos de 1.300. Lo que no explicó es que los guajiros tuvieron que pagar a buen precio la inversión, creyendo que la venta del producto serviría para cuadrar las cuentas. Nada más lejos de la realidad, afirma Pérez.
"Ya en los precios de estas nuevas construcciones notamos la evidente subida del valor de los materiales"
“Ya en los precios de estas nuevas construcciones notamos la evidente subida del valor de los materiales, además de agregarle costo en divisa, encareciendo el costo de las nuevas inversiones en más del doble de las construidas antes del 2022, pero manteniendo igual el precio de venta de nuestro tabaco, cosa que parecía ilógica y muy peligrosa”, expone. No obstante, recibieron falsas promesas que los mantenían resistiendo. Se les dio un aplazamiento del pago de dos años que consideraron más que suficientes para que el aumento de los precios les diera la ganancia suficiente para afrontar las deudas y la campaña siguiente.
“Pero la realidad ha sido diferente. Hoy, Tabacuba se niega a actualizar la ficha de costo a nuestro favor, dejándonos completamente vulnerables, ya que no tenemos dinero porque lo invertimos en la zafra. Tampoco el tabaco, porque lo hemos acopiado (entregado a Cubatabaco). Solo tenemos en abundancia deudas, algunas de producción y otras de inversiones”, lamenta. El veguero señala que, si no se les podía pagar mejor, al menos se debería haber topado el precio de los materiales e insumos.
Al contrario, un saco de fertilizante que en 2022 costaba 200 pesos ha subido hasta los 1.600 en la actualidad, pero los precios de venta del tabaco están completamente paralizados. “Un aposento de casa de tabaco terminado costaba alrededor de 30.000 pesos, hoy pasa de 100.000. El costo de producción para un quintal de tabaco de sol, que estaba calculado sobre los 4.000, hoy sobrepasa los 10.000 pesos, generando claramente pérdidas”, calcula.
Hasta el momento, argumenta, han mantenido silencio y calma, porque al menos se beneficiaban del monto en moneda libremente convertible (MLC) que se les pagaba como estímulo y cuyo tipo de cambio era muy beneficioso, siendo “el único incentivo para los campesinos, por lo que montamos la economía sobre el valor informal de la MLC. Hoy, este ha caído estrepitosamente por los últimos cambios del país: por la dolarización parcial de la economía”, señala.
"Los niveles de inversiones y de compras de insumos y equipos por parte de Tabacuba evidencian clara solvencia económica"
Desde 2023, la MLC, creada cuatro años antes a paridad con la tasa oficial del dólar, experimentó una subida muy fuerte en el mercado informal de divisas. En enero de ese año equivalía a 155 pesos, pero pese a alguna ligera caída, comenzó a alzar el vuelo hasta que en mayo de 2024 tocó techo: se cambiaba entonces a 310 pesos. En enero de 2025, tras una pronunciada caída hasta los 240 –previsiblemente por los anuncios de dolarización realizados por el primer ministro, Manuel Marrero, en la Asamblea Nacional que hicieron suponer su desaparición–, la moneda virtual cubana remontó en febrero hasta que en marzo rondaba los 260 pesos, pero el desplome desde entonces ha sido brutal, llegando este lunes a los 210.
Ante la magnitud del problema, Pérez ha publicado en su perfil de Facebook una batería de ideas para las autoridades, y considera que deberían ser tomadas en consideración de manera inmediata. La primera de ellas, la actualización de la ficha de costo en moneda nacional de modo que se obtenga un margen de beneficio independiente del “estímulo”. El pago debería tener, considera, efecto inmediato ya sobre la campaña finalizada dando a los agricultores “la oportunidad de actualizar nuestra economía para poder honrar nuestras deudas, nuestros compromisos con obreros y tener fuerza para comenzar la próxima campan̈a”.
Pérez afirma que el tabaco es un bien con mercado seguro y una demanda mucho mayor que la producción, por lo que nadie debería resistirse a favorecerlo. “Además –añade–, los niveles de inversiones y de compras de insumos y equipos por parte de Tabacuba evidencian clara solvencia económica”, recuerda.
A finales de febrero, durante el Festival del Habano, la empresa Habanos S.A. (empresa mixta formada a partes iguales por Cubatabaco y la española Altadis) celebró haber logrado un récord de ingresos de 827 millones de dólares –106 millones más que un año antes–, es decir, un 14,7% más. En aquel momento, muchos guajiros lamentaron que el dinero iba a las arcas del Estado, pero los campesinos no obtenían rendimiento. “Siempre hemos sido un sector adelantado y protegido comparado con los demás de la Agricultura y del país en general”, destaca Pérez, y concluye: “Hoy, claramente se nos está frenando, porque no tenemos la posibilidad de comercializarlo libremente, que sería lo justo, ni alcanzar un buen negocio dentro del grupo Tabacuba”.