El canciller cubano acusa a EE UU de “intentar destruir y provocar desastre” en la Isla
Caribe
Maduro responde al bloqueo naval de Washington con el envío de buques de la Armada para escoltar sus petroleros no sancionados que van a China
La Habana/La retórica de confrontación entre La Habana y Washington volvió a subir de tono este viernes, cuando el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, calificó de “desastroso” al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y acusó a su Gobierno de “intentar destruir y provocar desastre” en la Isla. El intercambio verbal coincide con una nueva escalada de tensiones regionales, marcada por las presiones de la Administración de Donald Trump contra Venezuela y por movimientos militares en el Caribe y el Pacífico oriental.
En un mensaje publicado en redes sociales, Rodríguez sostuvo que Rubio “no es capaz de explicar por qué su poderoso Gobierno ha tenido que dedicar tantos años y movilizar tantos recursos para intentar destruir y provocar desastre en un país en desarrollo relativamente pequeño y de escasa riqueza natural, y sin embargo no lograr someterlo ni doblegarlo”. El canciller recurrió a un lenguaje épico, habitual en la diplomacia cubana, al afirmar que su interlocutor “le teme al ejemplo rebelde e invicto” de Cuba y a su “capacidad incuestionable” para alcanzar la “verdadera independencia”.
Las declaraciones respondían a afirmaciones previas de Rubio, quien aseguró que a cualquier Administración estadounidense le gustaría ver “un cambio radical” en Cuba y volvió a calificar al Gobierno de la Isla como “terrorista” e “incompetente”. “Es un desastre. No es solo porque sean marxistas y terroristas. Son incompetentes. Son personas incompetentes que destruyeron ese país”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.
Rodríguez replicó que Washington ha mantenido durante más de seis décadas una política destinada a “deprimir, desarticular y destruir la economía cubana”, movilizando su “descomunal poderío económico y tecnológico” y su capacidad coercitiva a escala global. En otro mensaje, acusó a Rubio de “mentir” al afirmar que La Habana no coopera con EE UU en asuntos como el combate al narcotráfico y el terrorismo, y aseguró que agencias estadounidenses se han beneficiado durante años de esa cooperación bilateral.
Buques cargados con derivados de petróleo partieron recientemente de puertos venezolanos escoltados por la Armada
El cruce verbal coincide con la ofensiva más amplia de la Administración de Trump en América Latina, particularmente contra Venezuela, uno de los principales aliados políticos de Cuba. Washington acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de liderar una red de narcotráfico, una imputación que Caracas rechaza, y ha incrementado las amenazas contra el sector petrolero del país sudamericano.
Según reportes recogidos por medios internacionales y por un resumen del New York Times difundido en un diario mexicano cercano al chavismo, buques cargados con derivados de petróleo partieron recientemente de puertos venezolanos escoltados por la Armada Bolivariana. Las embarcaciones zarparon desde el Complejo Refinador de José, en Anzoátegui, con destino a China, y no figuran en la lista de petroleros sancionados por el Departamento del Tesoro estadounidense, lo que demuestra la continuidad de las exportaciones pese al cerco financiero.
Trump anunció un “bloqueo total” contra los petroleros sancionados, pero la estatal PDVSA aseguró que mantiene capacidad operativa y respaldo técnico para sostener la soberanía energética del país. La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó que el llamado Motor de Hidrocarburos “mantiene su marcha ininterrumpida y soberana”, y presentó la defensa del sector como una cuestión de supervivencia nacional.
Las operaciones “cinéticas letales” dejaron cinco personas muertas
El episodio más delicado se produjo el 10 de diciembre, cuando militares del Comando Sur de Estados Unidos asaltaron el buque ruso Skipper, cargado con 1,9 millones de barriles de crudo venezolano, y lo trasladaron a Houston. Trump comentó entonces: “Nos lo quedaremos, supongo”. Caracas solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para denunciar lo que considera una violación del derecho internacional.
En paralelo, el Comando Sur anunció dos nuevos ataques contra embarcaciones a las que acusó de transportar drogas en aguas internacionales del Pacífico oriental. Según el propio mando militar, las operaciones “cinéticas letales” dejaron cinco personas muertas. De acuerdo con recuentos difundidos por medios regionales, desde septiembre se han registrado al menos 25 ataques similares, con más de un centenar de fallecidos.
La respuesta venezolana ha incluido movilizaciones obreras en instalaciones de PDVSA y Pequiven, así como un llamado a la “unidad nacional” frente a lo que el chavismo describe como un intento de apropiación de sus recursos naturales. Maduro afirmó que el país cerrará 2025 con un crecimiento del PIB del 9%, mientras la Cepal estimó un alza del 6,5%, cifras difíciles de verificar de manera independiente en un contexto de opacidad estadística.
China y Rusia cerraron filas con Caracas. Pekín rechazó el “acoso unilateral” de Estados Unidos y respaldó la solicitud venezolana ante la ONU, mientras Moscú advirtió sobre las “consecuencias impredecibles” de decisiones unilaterales que afecten el transporte internacional. Ambos países mantienen intereses estratégicos en Venezuela: China como principal acreedor externo y socio petrolero, y Rusia como proveedor militar y aliado geopolítico.