Condenada por la pérdida de 7.000 aves, una empleada denuncia a los directivos de una granja en Guantánamo

Guantánamo

Los trabajadores fueron citados a una reunión donde les exigieron pagar de su bolsillo el monto correspondiente a los pollos faltantes

Imagen de archivo de una granja avícola estatal.
Imagen de archivo de una granja avícola estatal. / El Artemiseño
14ymedio

05 de octubre 2025 - 09:05

La Habana/Desde hace semanas, Yanet Martínez Latamblet vive entre la tristeza y la molestia. La trabajadora, junto a otros cuatro empleados, ha sido condenada por el robo de más de 7.000 pollos de la granja avícola Lajita 1, perteneciente a la Empresa Avícola de Guantánamo, un delito que niega enfáticamente y del que señala a los directivos de la entidad, que ni siquiera fueron llevados a juicio.

"Quiero denunciar la violación y el acoso que estoy teniendo de parte de la máxima dirección de mi empresa", dice categórica la mujer. Martínez Latamblet acaba de ser sancionada, tras una vista oral, el pasado 25 de septiembre, a un año de prisión domiciliaria por "no preservación de los bienes del Estado". Además de apelar el fallo del Tribunal Municipal de Guantánamo, señala como verdaderos culpables a los directivos de la entidad estatal, ubicada en el kilómetro 1 de la carretera a Santiago de Cuba.

"En mi situación se encuentran cuatro compañeros más", enumera la trabajadora, que laboró en la granja entre 2017 y 2024 como criadora, y que solo se enteró de que estaba siendo encausada el pasado 7 de septiembre. "Recibimos una citación para un juicio por ‘incumplimiento del deber’ y cuando llegamos al tribunal nos enteramos de todo, no teníamos ningún tipo de preparación para eso, lo desconocíamos todo", remacha. Ese día, no obstante, la vista oral fue suspendida porque faltaban dos encausados.

"Todo lo que habíamos oído hasta ese momento era que la responsable era la jefatura", asegura sobre un hecho ocurrido en septiembre de 2023 cuando en "una auditoría a nivel de empresa se detectó el faltante de 7.000 aves". Tras el control, los trabajadores de la granja fueron citados a una reunión donde les exigieron pagar de su bolsillo el monto correspondiente a los pollos perdidos.

La Empresa Avícola de Guantánamo atravesaba entonces un mal momento con varios faltantes y el monto por los 7.000 pollos desaparecidos superaba los 100.000 pesos

"Nos pidieron que pusiéramos el dinero", recuerda Martínez Latamblet. La Empresa Avícola de Guantánamo atravesaba entonces un mal momento con varios faltantes y el monto por los 7.000 pollos desaparecidos superaba los 100.000 pesos, una suma que repartida entre los trabajadores seguía siendo "impagable", aclara la mujer. Ante la negativa de los empleados de entregar esos recursos, se hizo imposible esconder el desfalco.

La situación financiera de Lajita 1 ha sido en las últimas décadas muy precaria, la granja estuvo incluso paralizada por más de 15 años y a partir de 2016 se reactivó para la producción de pollitas de inicio, buscando abastecer las necesidades avícolas locales y evitar el traslado de estas aves desde otras provincias. Sin embargo, la falta de pienso animal, los problemas con el combustible y los constantes faltantes mermaron significativamente su producción.

Mientras estuvo trabajando en la granja, Martínez Latamblet protagonizó varias denuncias sobre el mal manejo de los recursos y la implicación de los directivos en el robo de pollos. En 2019, según un reporte de Cubanet, acusó a varios dirigentes de la Empresa Avícola de Guantánamo “ante la policía económica por desvío de recursos, falsificación de documentos y malos manejos y faltantes”.

Condenada por la pérdida de 7.000 aves, una empleada denuncia a los directivos de una granja en Cuba

En aquel momento, la llegada de una nueva directora, tras sorprender al anterior, José Roberto Crespo, en un punto de control de la Policía, junto a cuatro trabajadores, cargando 14 sacos de pienso, propició la realización de una auditoría que dejó a la luz la pérdida de 5.000 aves y de buena parte del alimento animal. Tal como en esta ocasión, informaron a los empleados que debían cubrir monetariamente el faltante pero ellos se negaron. Aquella negativa y la denuncia pública de Martínez Latamblet le acarreó innumerables represalias que la guantanamera cree que son, en parte, la raíz de la actual acusación.

Como en un ciclo que se reproduce una y otra vez, la mujer ha visto repetirse ahora la historia, bastante común en las granjas avícolas oficiales que atraviesan un pésimo momento. La caída en la producción ha disparado el precio de la carne de pollo que se comercializa a más de 350 pesos la libra en los mercados y cada huevo ronda los 100. Cuba pasó de producir 2.717 millones de huevos en 1991 a solo 385 millones en 2024 y los datos de este año podrían ser aún peor.

En mayo de 2024 el caso contra Martínez Latamblet y sus colegas pasó a manos del Departamento de Investigaciones Técnicas

En mayo de 2024 el caso contra Martínez Latamblet y sus colegas pasó a manos del Departamento de Investigaciones Técnicas (DTI). "Fuimos citados los cinco trabajadores acusados y le mostramos las tarjetas de nave, las fotos que teníamos y todas las evidencias que nos pidieron, nos tomaron las huellas de olor y una muestra caligráfica". En paralelo, la empresa decidió dejarlos bajo un proceso de interrupción laboral sin sueldo, una reacción que la mujer ve como "una represalia" por haberse negado a cubrir el faltante de su bolsillo.

Finalmente, luego de varias oscilaciones laborales, el 26 de marzo de este año todos los trabajadores de la granja pasaron a un proceso de "disponibilidad", el eufemismo oficial para el despido. "Nos quedamos sin trabajo y sin salario, sin derecho a reclamación porque nos dijeron que era una orden que había llegado desde el nivel nacional". El desvío crónico de recursos de la granja la puso en la mirilla de los recortes oficiales, desde la empresa principal en La Habana aseguraron que el lugar "no había aportado nada, productivamente, al sistema", sentencia la mujer.

"A raíz de esta situación, el 95% de los trabajadores decidimos quejarnos a todas las instancias, fuimos incluso hasta La Habana y dejamos una carta en el Comité Central". Sin embargo, la respuesta no ha llegado aún y Martínez Latamblet sigue desempleada y ahora en prisión domiciliaria. "Los verdaderos responsables siguen ahí porque son, la mayoría, los dirigentes de la Empresa Avícola de Guantánamo", señala sin cortapisas. "Estamos pagando los inocentes".

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