Cuba pierde más de 30.000 sanitarios en un año, entre ellos 12.000 médicos

El país pasó de tener un total de 312.406 empleados como personal facultativo en 2021 a los 281.098 de 2022

Varios doctores conversan fuera de un consultorio medico en el municipio de San José de las Lajas, provincia de Mayabeque. (EFE/Ernesto Mastrascusa)
También bajaron ligeramente tanto el número de consultas como el de consultas por habitantes. (EFE/Ernesto Mastrascusa)
14ymedio

10 de agosto 2023 - 10:44

Madrid/La crisis del sistema sanitario en Cuba, palpable en hospitales y policlínicos, tiene ahora su correlación en las cifras oficiales. Según el más reciente Anuario Estadístico sobre Salud y Asistencia Social publicado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), la Isla perdió en un año 12.065 médicos, a los que se suman 3.246 estomatólogos y 7.414 enfermeros.

El país pasó de tener un total de 312.406 empleados como personal facultativo en 2021 a los 281.098 de 2022, 31.308 menos. Esa categoría incluye técnicos superiores, medios y básicos, tecnólogos y otros licenciados de la Salud.

Según el mismo documento, bajaron ligeramente tanto el número de consultas (de 112.496 en 2021 a 108.586 en 2022) como el de consultas por habitantes (de 10,1 a 9,8). También descendieron las muertes en un año, de 44.780 a 32.872.

Todas esos números indican una pérdida demográfica considerable y son congruentes con las cifras de migración imparables de los últimos años.

Algo sube, sin embargo, y es llamativo: las enfermedades diarreicas agudas, que pasaron de 104.797 en 2021 a 140.269 el año siguiente.

La debacle del sistema de Salud es algo que los cubanos vienen experimentando en carne propia desde hace meses. "Llevo meses para operarme de la vesícula, pero no me dan turno porque dicen que falta personal", se lamenta una vecina de Centro Habana con este diario. Ahora bien, hace unos días, en el hospital Calixto García, que es el que le corresponde, y donde 14ymedio ha registrado numerosas irregularidades, el cirujano le sugirió que fuera "en una guardia" cuando quisiera, que él la operaba. A la mujer le extrañó: "Eso tiene que ser pagando por fuera, porque si no, no me lo explico, pero yo no tengo dinero".

El pasado junio, este diario también reportaba una pérdida flagrante de especialistas en el país, a lo que contribuía no solamente el éxodo masivo, un salario exiguo y malos tratos por parte de superiores y pacientes.

Según aseguraba entonces un médico del hospital William Soler, en el municipio habanero de Boyeros, "nadie quiere ser clínico, pediatra y menos aún ginecólogo". Y contaba, a modo de ejemplo, cómo alrededor de abril, ocho de los 12 jóvenes que habían comenzado como residentes de pediatría abandonaron sus puestos de una sola vez.

Lo más grave de su relato, sin embargo, era la escasez de personal en servicios de terapia intensiva, algunos de los cuales han tenido que clausurarse, y en los quirófanos. Como alternativa, denunciaba el doctor, estaban usando a residentes de cirugía aún no graduados.

El pasado febrero, la agencia AFP publicó un reportaje que también atribuía la debacle laboral en la Isla al contínuo éxodo de profesionales vía emigración. La conclusión del reporte era demoledora: teóricamente en Cuba sobra el empleo, pero nadie quiere trabajar en las condiciones deplorables que establece la economía del régimen. Según los datos facilitados a la prensa internacional, la mayoría de cubanos emigrados tiene entre 19 y 49 años, además de un alto nivel educativo.

A la carencia interna de personal sanitario se une también la caída de efectivos enviados a misiones internacionales, cuya comercialización es la primera fuente de ingresos del régimen, por delante del turismo y de las remesas. A principios de enero, el propio Ministerio de Relaciones Exteriores dio a conocer que 23.792 "colaboradores" cubanos se desempeñaron en 2022 en 56 países.

La cifra, presentada con la habitual algarabía por parte de las autoridades, en realidad reflejaba una caída pronunciada respecto a los 30.407 sanitarios que tenía en 2021 en 66 países, e incluso un año antes, durante el estallido de la pandemia: 28.000 médicos en 58 naciones.

El "envío de profesionales de la salud a diferentes países del mundo para ofrecer una atención médica integral a la población más desfavorecida" es algo que destaca el propio informe de la ONEI como parte del Programa Integral de Salud.

En el mismo documento se ensalza que el Sistema Nacional de Salud "se basa en los principios de salud pública socialista, mediante los cuales se reconoce el derecho a la población de recibir de forma gratuita los servicios prestados por las instituciones dedicadas tanto a la asistencia médica como a la asistencia social", lo cual "constituye una de las mayores conquistas del modelo social cubano". Sin embargo, la Isla no figura en el ránking de países con mejor cobertura sanitaria pública de la Organización Mundial de la Salud, formado en su primera veintena de puestos por países con economías de libre mercado.

Es un hecho que los recientes números publicados abonan el progresivo desprestigio tanto de la exportación de sanitarios –considerado por Estados Unidos y varios organismos internacionales como trabajo forzado– como del sistema de Salud cubano en sí. La propaganda oficial sobre la Isla como "potencia médica" es cada vez más ineficaz.

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