Después de una noche de apagón en "condiciones extremas", los cubanos se preparan para otro día peor

La Habana/Amanece en La Habana y Luis, que apenas durmió por el calor, comprueba que todavía no tiene corriente en su casa en Luyanó. Intenta escribirle a su madre para ver si en su casa hay luz y puede ir a Nuevo Vedado a almorzar, pero tampoco tiene internet y su frustración se dispara. El apagón no estaba programado, pero después de una noche con “condiciones extremas” en el sistema eléctrico nacional (SEN) –según la propia definición de las autoridades–, muchos experimentan el mismo amanecer en la Isla.

“Aquí que estamos en el circuito de un hospital, que es prioritario, y la quitaron cinco veces. El resto de los barrios cercanos están sin electricidad desde anoche (jueves) sobre las 7:00 pm y sin prácticamente cobertura, que aparece por momentos”, cuenta a este diario Luis mientras se queja de la pésima conexión a internet. “Hubo un momento en el que pensé que se iba a caer todo el SEN de nuevo”. 

Para este viernes, el pronóstico es incluso peor que el de la jornada anterior: se estima que para el horario pico el déficit sea de 1.870 MW, 45 más que ayer. Asimismo, la UNE informó de averías en la unidad 6 de la termoeléctrica de Mariel –supuestamente por mantenimiento y que podría demorar hasta tres días en reconectarse–, la 2 de Felton (Holguín) y la 6 de Renté (Santiago de Cuba). Pero fue durante la noche del jueves cuando se vivió el peor momento en el servicio.

Poco a poco, los reportes que aparecen en las redes sociales de periodistas y medios oficialistas comienzan a arrojar luz sobre las causas del apagón que afectó a todas las provincias, incapaces de seguir la programación de cortes: no solo las reservas de combustible estatales están secas –el jueves casi la mitad de los 1.825 megavatios (MW) de déficit eran por falta de petróleo–, sino que además la termoeléctrica Nuevitas, en Camagüey, se desconectó del SEN y la Antonio Guiteras (Matanzas), la mayor del país, está funcionando de forma “limitada”.

La empresa eléctrica de La Habana también reportó la baja aportación de los parques solares debido a las condiciones del clima

La empresa eléctrica de La Habana también reportó la baja aportación de los parques solares debido a las condiciones del clima. “Hasta la solar falla, pese al intenso calor”, comenta Luis, como si hablara de una maldición que no deja que a los hogares llegue la luz por más de unas cuantas horas seguidas. 

A las 8:00 pm del jueves, según un parte publicado por el periodista José Miguel Solís en redes sociales, el mayor déficit se vivió en Holguín, con 152 MW faltantes, el 8,3%. Le siguen Matanzas, con 147 MW (8%), y Villa Clara, con 133 (7,2%). “Otras provincias con déficits significativos son Camagüey, con 116 MW (6,3%), Pinar del Río con 98 MW (5,3%), Ciego de Ávila con 92 MW (5%), Granma con 87 MW (4,7%) –lo que equivale al 75% del territorio–, Cienfuegos con 48 MW (2,6%) y Guantánamo con 40 MW (2,1%)”, apuntó Solís.

En Las Tunas, añadió, “no fue posible proveer una programación debido al alto déficit, por lo que no se cuenta con datos específicos para esta provincia”, y en Guantánamo –la provincia más aislada del país– los circuitos de los dos bloques programados se apagaron. “Este panorama refleja la complejidad del sistema eléctrico en estas provincias durante el pico nocturno”, concluyó el reportero. 

El largo corte nocturno es solo una extensión de las constantes interrupciones en el servicio que ha vivido en los últimos días

Pese a todo, Luis vive los apagones con resignación, ajeno a los rumores de cacerolazos en la capital. El largo corte nocturno es solo una extensión de las constantes interrupciones en el servicio que ha vivido en los últimos días y que le causan infinitas inconveniencias y que ha aprendido a sortear. “Ayer se fue la electricidad en la tarde en el edificio de mi mamá. Estaba programado el apagón para las 3:00 pm y un despistado se metió a las 3:01 pm en el ascensor. El vecino que sabe destrabar la puerta no estaba en la zona y, claro está, el hombre se quedó dentro del elevador”, cuenta.  

El resultado: “Los vecinos tuvieron que llamar a los bomberos para sacarlo que, como siempre, llegaron a lo bruto y rompieron la puerta de acceso a la cabina de mando del elevador porque el otro vecino que tiene una copia de la llave tampoco estaba”. Ahora, lamenta, el edificio cuenta con otro achaque que ningún residente puede pagar o arreglar por su cuenta. Lo mismo pasa, compara, con el SEN.