Encerrado a la espera de juicio en el Combinado del Este, el dueño del “Costco cubano” teme por su vida
Cuba
"Lo castigaron por su éxito y copiaron el modelo de Diplomarket para las tiendas estatales en dólares", comenta una fuente cercana a Frank Cuspinera
La Habana/Frank Cuspinera, dueño del defenestrado Diplomarket, el “Costco cubano”, lleva casi un año en el Combinado del Este a la espera de juicio, acusado de evasión fiscal, tráfico de monedas y lavado de activos. Tras hacerse eco de la carta del empresario cubanoamericano enviada desde la cárcel, en la que pedía ayuda a la comunidad internacional, contaba las arbitrariedades cometidas contra él por parte de la Seguridad del Estado e informaba de que se pondrá en huelga de hambre a partir del próximo domingo, 14ymedio recibió más información acerca de su caso.
La aporta un familiar que ruega anonimato por temor a represalias: “Tenemos miedo de lo que pueda suceder, aquí las instancias que tienen que ver con estos temas no responden bien a la presión”.
Según refiere esta fuente –a la que llamaremos Luis– la esposa de Cuspinera, Camila Castro, se encuentra en libertad en La Habana, pero también enfrenta los mismos cargos, como dueña de otra empresa asociada a la de su marido, Kmila-mart SURL. Todo empezó, cuenta Luis, el mismo día en que ambos fueron detenidos, el 20 de junio del año pasado, con la llegada a Diplomarket de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (Onat).
"Pensaron que se trataría de una confusión, que les dejarían abrir las empresas después de resolverla"
“Tenían una denuncia por evasión fiscal, sin haberles hecho en ningún momento una auditoría previa”, asegura. Estos funcionarios “revisaron todo” y, después de ellos, se presentó la Dirección Técnica de Investigaciones (DTI). Arrestaron a los empresarios y les quitaron “de inmediato” las licencias comerciales tanto de Cuspinera SURL –la firma bajo la cual operaba el supermercado– como de Kmila-mart, dejándolos “inoperables”.
Para la pareja fue, asegura Luis, una conmoción: “Pensaron que se trataría de una confusión, que les dejarían abrir las empresas después de resolverla, que les permitirían devolverle la mercancía a algunos proveedores o incluso que Frank podría responder al proceso en libertad bajo fianza, pero no han accedido a nada de eso”. Las autoridades fueron, dice, “más severas y arbitrarias mientras más pasaba el tiempo”.
A la hora del arresto, los funcionarios alegaron “que no se depositaba el dinero de las ventas en el banco y causó daño al mismo y descontento a la población”, indica Luis. Esto es, en su opinión, “absurdo”, pues “ni las importadoras estatales ni los bancos garantizaban la disponibilidad de dólares ni las transferencias al exterior para pagos a proveedores aun cuando se depositaba la divisa”.
"Aquí todo el mundo sabe que todas las mipymes hacen tráfico de moneda"
¿Cómo es que un empresario exitoso, cuya labor era reportada por la prensa oficial y se permitía incluso sumar su firma para pedir al presidente estadounidense el levantamiento del embargo, cayó en desgracia? Luis se atreve a aventurar que tuvo que ver precisamente con el éxito cosechado, y que la actuación de la Seguridad del Estado demuestra la arbitrariedad que manifiestan con determinadas prohibiciones.
“Aquí todo el mundo sabe que todas las mipymes hacen tráfico de moneda, porque cuando hicieron la ley de empresa privada la hicieron a sabiendas de que nunca iba a haber disponibilidad en el banco de obtener la divisa legalmente. Se sabe que el mayor porciento de todo lo que se comercializa en Cuba son productos importados obtenidos con transacciones en divisa, porque aquí no se produce nada, por eso hay que importar para después producir”, sostiene. Y acusa: “Ellos te dejan correr sabiendo que tienen el poder para sacarte este delito cuando quieren no dejarte correr más y escogen a mipymes que se les fueron de las manos para eliminarlas”.
Sin embargo, observa, “el modelo de trabajo y forma de operar de Diplomarket lo copiaron totalmente: lo implementaron en las actuales tiendas en dólares, que casualmente inauguraron en diciembre con la tienda de 3ra y 70”. Fue justo después, asevera, “de haberle sacado toda la información en Aldabó [la unidad policial de 100 y Aldabó, en Boyeros] de cómo Frank vendía mercancía en dólares y como mantenía el ciclo de reabastecimiento con sus proveedores extranjeros, con el mecanismo de mercancía en consignación”. Para ellos, clama, “¿sí hay mecanismo para hacer transacciones en dólares, el banco sí encontró un mecanismo legal para hacer las transacciones a los proveedores extranjeros, pero se lo prohibieron al sector privado?”.
Lo que niega rotundamente esta fuente es que Cuspinera fuera testaferro del régimen
Al tiempo que corrobora que Cuspinera tenía licencia de Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) para exportar de EE UU a la Isla, Luis es claro al aventurar: “Frank encontró las formas más legales posibles de hacer estás transacciones entre Cuba y EE UU sin mediar ninguna institución estatal, eso los asustó o no les convino. O encontró la misma forma que utilizan ellos de hacer transacciones con EE UU, porque se sabe que el Estado vende el pollo americano”. Remacha sobre el tema: “Sí es posible el comercio con EE UU directo y personas naturales con negocio privado en Cuba, pero no pueden permitirlo”.
Lo que niega rotundamente esta fuente es que Cuspinera fuera testaferro del régimen, o que estuviera asociado con Raúl Guillermo Rodríguez Castro, alias El Cangrejo, guardaespaldas de su abuelo Raúl. “No estaban protegidos por nadie, si no esto no hubiera pasado, pero estoy seguro de que la Seguridad del Estado tenía conocimiento de lo que estaba logrando Frank”, declara.
Sobre El Cangrejo, especula que, siendo hijo del fallecido Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, que en vida fue director del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), pudo heredar negocios de su padre. “Existen muchas empresas que llevan años siguiéndoles el juego y puede ser que Frank compitió con ellas”, aventura. “Nada más imagínate las empresas de paquetería, por ejemplo, se sintieron amenazadas por una tienda que trae productos originalmente del mercado estadounidense. La clientela iba a Diplomarket por eso”.
Una hipótesis es que esas empresas “ya acopladas con Gaesa para trabajar aquí satisfactoriamente hayan hecho alguna presión y se decidió disolver a Cuspinera de esa forma tan severa”.
Frank no tiene ningún historial de salida ilegal del país ni antecedentes penales
Es injusto, por ejemplo, mantenerlo en la cárcel sin fianza por el riesgo de que evada la Justicia. “Las razones por las que denegaron la fianza son absurdas. Frank no tiene ningún historial de salida ilegal del país ni antecedentes penales. Además, su madre, su padre, sus tíos y su esposa viven en Cuba. Existen alternativas legales para restringir su salida que no sea prisión”, estima.
En cuanto al abogado al que Cuspinera señalaba en su carta, cuenta que no fue de oficio: “Lo contrataron ellos, pero los abogados aquí no trabajan comprometidos de verdad con su cliente. La prepotencia del DTI y la Fiscalía lo ha hecho considerar que es mejor bajar la cabeza antes de buscarse problemas y perder un supuesto prestigio que creen tener. Además, las leyes de Cuba están hechas para atar bastante de manos las acciones de los abogados”.
La familia no se explica, en cualquier caso, que, casi un año después de estar encerrado –en una prisión de máxima seguridad, como es el Combinado del Este de La Habana–, “aún no cierran la investigación”. Tampoco han hecho hasta la fecha “un reporte con algún monto de adeudo que respalde la evasión” de la que le acusan. Ni, mucho menos, les han devuelto lo confiscado: “Lo recogieron todo, mercancía, equipamientos y vehículos”, que les dicen están “ocupados”.
Luis insiste a este diario que el “objetivo prioritario” de Cuspinera –“ciudadano estadounidense desde sus veintipico”–, y de ahí el envío de su misiva desde prisión, es obtener ayuda internacional: “No ha encontrado otra salida y teme mucho por su vida”. Refiere también que, a pesar de que el empresario, de 48 años, sufre de diabetes y de presión arterial alta, “mantiene la idea de comenzar la huelga de hambre que anunció en su carta el 1 de junio”.
Lo que puede esperarle a partir de entonces puede ser serio: “Al comenzar una huelga de hambre la institución penitenciaria lo primero que hace es quitarle sus derechos de preso como no realizar llamadas telefónicas, le quitan las visitas –que desde febrero, narra, ha recibido cada 21 días– ponerlo en una celda de aislamiento sin ventilación, luz ni baño, a modo de castigo, para que desista”. Sin embargo está dispuesto a llegar hasta el final: “Tiene decidido hacer la huelga de hambre y sed, que es aún peor”.