Al encender el interruptor, ¿de dónde viene la energía?

Un parque eólico.
Un parque eólico.
14ymedio

13 de agosto 2014 - 13:00

La Habana/El poblado de Gibara tiene un rostro antiguo y otro moderno. Su paisaje tradicional es de pequeñas casas de pescadores y unos botes improvisados que se mueven con la brisa. La cara más nueva se reduce a dos parques eólicos experimentales, colocados cerca del mar, cuyas enormes aspas se benefician de los vientos.

En el país se han erigido cuatro de esos parques eólicos entre 1999 y 2010. Los otros dos están ubicados en Canarreos, Isla de Pinos, y en Turiguanó, Ciego de Ávila. Para esta fecha la iniciativa debería haberse extendido a más provincias del país, pero actualmente sólo el 4,3% de la corriente generada por el Sistema Energético Nacional (SEN) se obtiene de fuentes renovables.

Más de una década ha transcurrido desde que se lanzara la llamada "Revolución Energética". El proceso comenzó a bombo y platillo e incluyó la sustitución de equipos electrodomésticos altamente consumidores por otros de mayor ahorro. La instalación de grupos electrógenos en comunidades, centros de producción y servicios, también formó parte del programa, junto al proyecto de sustituir parte de los combustibles fósiles por fuentes renovables y de menor impacto ecológico.

A pesar de los proyectos institucionales, Cuba continúa siendo un país sumamente dependiente de las importaciones de petróleo. Alfredo López Valdés, ministro de Energía y Minas, expuso en el programa televisivo Mesa Redonda los problemas que enfrenta la generación de electricidad en estos momentos. La alta dependencia de combustibles foráneos se une a la baja eficiencia en la generación termoeléctrica y a las pérdidas que se producen en la transmisión a través de las redes eléctricas.

Los funcionarios del sector energético aseguran que para 2030 la cantidad de energía aportada al SEN por fuentes renovables alcanzará el 24% del total. Para cumplir con ese compromiso, las autoridades cubanas apuestan a una combinación de créditos gubernamentales con inversión extranjera.

Por el momento, a la espera de los recursos económicos, se mantendrán algunos proyectos existentes que funcionan a pequeña escala. Entre ellos se incluye la producción bioeléctrica a partir de bagazo de caña. Sin embargo, para obtener una buena producción energética se necesita primero una buena zafra, reconocieron los especialistas convocados al programa televisivo.

A pesar de los proyectos institucionales, Cuba continúa siendo un país sumamente dependiente de las importaciones de petróleo

Se calcula que el sector bioeléctrico necesita una inversión de alrededor de 1.290 millones de dólares. Por otra parte harían falta 1.220 millones para el desarrollo y crecimiento de los parques eólicos a lo largo de todo el país. Mientras que la generación fotovoltaica implicaría una entrada de capital de 1.050 millones, y las hidroeléctricas unos 1.700 millones para construir 75 centrales en todo el país.

Para alentar a los inversionistas extranjeros, Bárbara Hernández Martínez, directora energética de la empresa azucarera AZCUBA, aseguró que "las inversiones se pagan a sí mismas", pues se calcula que en el año 2030 el 14% de la energía producida en Cuba será a partir de la bioelectricidad.

Según Aleisy Valdés Viera, director de energía renovable de la Unión Eléctrica, por esa misma fecha el 6% de la electricidad producida provendrá de los campos eólicos instalados en la Isla.

Queda por ver si estos pronósticos se cumplirán. Cuba está lejos de alcanzar la soberanía energética y los extranjeros se muestran cautelosos a la hora de invertir en un sector donde prevalecen las consideraciones políticas.

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