'Granma' critica que los guajiros vendieron cacao a los privados ante los impagos del Estado

Cuba

La Agroforestal de Baracoa vendió a las mipymes toneladas del producto almacenado desde hacía años por el doble que a la empresa estatal

Los productores comenzaron a vender cacao a las mipymes porque el Estado les debía dinero.
Los productores comenzaron a vender cacao a las mipymes porque el Estado les debía dinero. / Granma
14ymedio

31 de julio 2025 - 11:17

Madrid/El chivo expiatorio del día son los productores de cacao. Si en la primera parte del reportaje publicado por Granma sobre esta industria en Baracoa, Guantánamo, acusaba a las mipymes de haber aprovechado los cientos de toneladas que se acumulaban en los almacenes estatales durante una eterna reparación de la fábrica de chocolate, hoy les toca a ellos. Los cacaoteros son declarados culpables de vender a quienes les pagaban, y además a mejor precio, en el juicio público del diario oficial.

Raúl Matos Pérez, director de la Empresa Agroforestal y del Coco en Baracoa, admite –involuntariamente– que las deudas del Estado, tanto en moneda nacional como en moneda libremente convertible (MLC) que se les había prometido como estímulo, empujaron a los agricultores a buscarse la vida. “Un segmento privado que se dedica a procesar cacao en cantidades pequeñas comenzó a proponer pagos tentadores por la materia prima y a competir, peligrosamente, con lo que paga la empresa. Por supuesto, las entregas al Estado empezaron a mermar”, revela.

La autorización que las mipymes habían obtenido para dedicarse a la producción de cacao, dice el directivo, “desató un efecto dominó entre un grupo de cacaoteros a los cuales aún no se les había pagado todo lo que debía pagárseles por sus producciones de cosechas anteriores”.

El medio reprocha a los productores de incumplir “sus compromisos de suministrarle cacao a la Agroforestal y del Coco” y ponerlo “en manos privadas”, soslayando otro incumplimiento rampante: el del Estado

El medio reprocha a los productores de incumplir “sus compromisos de suministrarle cacao a la Agroforestal y del Coco” y ponerlo “en manos privadas”, soslayando otro incumplimiento rampante: el del Estado de pagar en tiempo y forma a los cacaoteros. 

Para llegar a este punto, el medular, Granma ha repasado la historia ya narrada en la primera parte del reportaje: en resumen, que la fábrica de chocolate debía haberse levantado en menos de un año y se demoró hasta los cinco, que la cosecha se acumulaba en los almacenes de la empresa y que se contempló exportarlo pero se optó, mejor, por venderlo a seis mipymes autorizadas. La conclusión a la que había llegado este miércoles el medio es que los privados acabaron quedándose con más de 100 toneladas que, en caso de ser exportadas, hubieran dado divisas al necesitado país.

De todo este balance, trascienden hoy datos nuevos. Uno de ellos es que la Agroforestal vendió el cacao a los privados ni más ni menos que al doble que a la empresa estatal de Derivados del Cacao. Granma identifica hoy al administrador de una de las mipymes, Néiser Machado Matos, que declara con relativo pesar –juzga el redactor– haber pagado tal cantidad de dinero por un producto que “se echaba a perder en los almacenes y no tenía quién lo comprara”. Su mipyme es la ubicada en Paso de Cuba, que según el texto de ayer se hizo con la mayor parte del cacao, 45 de las 101 toneladas.

Según Ogli Pérez Pérez, director económico de la estatal, estas empresas pagaron 100.000 pesos por tonelada, lo que en el caso de Machado Matos serían 4,5 millones de pesos (unos 187.500 dólares al cambio oficial). Derivados del Cacao hubiera pagado 55.000 pesos y una pequeña cantidad en MLC, de haber estado funcionando. 

A sabiendas de las cantidades, este jueves Granma ya no juzga tan severamente la alternativa. “El cliente, actor económico nuevo y debidamente instituido, tenía contrato con el suministrador, condición que le abrió paso a la compraventa legal”, dice. Aunque tampoco duda en señalar que ahí pudieron comenzar a inflarse los precios, y no en el hecho de duplicar el costo a los privados. “La ‘bola’ de la inflación, mientras rodaba, crecía, dejándoles ganancias multiplicadas a sus gestores, a la par de que –‘magia’ de los precios– descargaba sobre los consumidores el golpe final y más fuerte”, comenta el medio.

Estas empresas pagaron 100.000 pesos por tonelada, lo que en el caso de Machado Matos serían 4,5 millones de pesos (unos 187.500 dólares al cambio oficial). Derivados del Cacao hubiera pagado 55.000 pesos

A la Agroforestal, que creía haber cerrado un buen negocio con la venta, debió de sorprender que las autoridades la llamaran a capítulo para que dejara de vender el producto a las mipymes. Mayelín Frómeta Alayo, intendente de Baracoa, se hace cargo de la medida, que se produjo a partir de las quejas de Derivados del Cacao, y de haber advertido a la dirección de trabajo de que no podía permitir que los cuentapropistas hicieran chocolate, algo que considera “comercio ilegal”. “Paramos ese proceso; sabíamos lo que representaba”, alega.

No sirve del todo, como pretexto, a Granma, que sigue considerando que fue una reacción tardía que parte de decisiones erróneas y exculpa –repentinamente– a los privados, que estaban aprobados debidamente. “Lo inexplicable e irracional empieza desde mucho antes, con la inercia empresarial de permitir que el cacao se deteriorara, que envejeciera y se hipotecara, que perdiera propiedades para ser exportado a tiempo cuando su valor escalaba en el mercado internacional... Todo eso pudo haberse evitado y no se hizo, ¿por qué?”, prosigue el diario. 

Matos Pérez se defiende y sostiene que se actuó pensando a corto plazo, porque el cacao se deterioraba en los almacenes. Hasta ocho años, afirma, llegó a estar. Y es en ese momento cuando Granma enlaza con el descrédito a los productores. 

“A esas alturas ya no se trataba solo de la materia prima con años de espera; a los privados que elaboran productos derivados comenzó a entrarles un cacao acabadito de cosechar, pero salido de las plantaciones por una puerta trasera. Con la reacción en cadena, el extravío se ha trasladado al cacaotal, para iniciar una travesía clandestina y dañina para la economía local”, concluye el texto, que advierte con no dejar quieto ese asunto.

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