Por los impagos del Estado cubano, los carretoneros dejan de recoger la basura

En Las Tunas, los privados se encargan de la limpieza con sus vehículos de tracción animal

El lema de los carretoneros más "rebeldes" es elocuente sobre su cansancio. Quieren, sencillamente, "ganar más y sudar menos". (Tiempo21)
El lema de los carretoneros más "rebeldes" es elocuente sobre su cansancio. Quieren, sencillamente, "ganar más y sudar menos". (Tiempo21)
14ymedio

03 de marzo 2023 - 19:18

La Habana/Cada madrugada, una flota de 101 carretoneros trata de vaciar los vertederos y barrer los escombros de Las Tunas. Esta pequeña ciudad del oriente cubano, de menos de 170.000 habitantes, produce 33.200 metros cúbicos de basura al mes. Los Servicios Comunales lamentan no contar con más recogedores –harían falta 146 carretas adicionales para comenzar una limpieza a fondo de la ciudad– pero no están dispuestos a pagarles más ni a mejorar los términos de su contrato.

Los carretoneros recogen el 86,2% de la basura de Las Tunas, según las autoridades. El resto debería ser transportado en camiones, pero el subdirector provincial de Higiene y Necrología Raúl Martínez Rodríguez –el mismo funcionario que reveló el mal estado del transporte fúnebre en la zona– asegura que eso tampoco funciona.

La higiene de la provincia depende de los carretoneros por cuenta propia, que ya están hartos de los impagos del Gobierno, los impuestos exagerados sobre su ganancia anual y la falta de insumos para mantener su vehículo en buenas condiciones. Eso, sin contar la dureza del trabajo, que implica manipular desechos sin la más mínima protección.

El lema de los carretoneros más "rebeldes" es elocuente sobre su cansancio. Quieren, sencillamente, "ganar más y sudar menos".

"Me quité de arriba el andar todo el día lleno de churre, con riesgo de enfermarme, porque entre los desechos hay muchas cosas que pueden hacer daño y te revisan los papeles una y otra vez"

"Me quité de arriba el andar todo el día lleno de churre, con riesgo de enfermarme, porque entre los desechos hay muchas cosas que pueden hacer daño y te revisan los papeles una y otra vez", contó a la prensa oficial uno de los trabajadores, que ya encontró una alternativa en el sector privado. "Ahora, alquilado, con un par de buenas carreritas en el día, o botando escombros de una construcción, salgo bien", asegura.

Los obreros podrían encontrar más llevaderas las condiciones de trabajo si al menos el Gobierno compensara adecuadamente su labor. Por el contrario, los impuestos y controles estatales –deben entregar un 15% de sus ingresos anuales– aumentan cada año y provocan la desbandada hacia el negocio privado.

El costo de la patente también subió y el trámite se ha hecho más complejo, lo cual complica la incorporación de trabajadores. Además, mantener con vida y en forma a un caballo en la Isla es una tarea "imposible", se quejan los carretoneros, que deben conseguir hierba, aditamentos equinos, herrajes y piezas para reparar la carreta, además de protegerlo constantemente de las bandas de matarifes ilegales que tanto abundan en los campos cubanos.

A menudo, el Estado pone en venta este tipo de insumos, además de guantes, botas y ropa de trabajo, pero como los cocheros son cuentapropistas, las autoridades no les dan derecho a comprar.

"Yo dejé eso de trabajar para Comunales" es hoy, en Las Tunas y en otras ciudades de Cuba, una frase que se pronuncia como alivio y es tomada como un signo de prosperidad en el gremio.

Martínez no se escapa de la retórica con que la burocracia de Servicios Comunales describe sus problemas y que los carretoneros ya no quieren escuchar

Los funcionarios locales, sometidos a la burocracia nacional, son lentos para contener la estampida de su fuerza obrera. La ley permite, en teoría, el "canche para hacer cambios" del que depende la higiene de Las Tunas. El subdirector Martínez, no obstante, se justifica: "A los evidentes problemas de falta de recursos se le adicionan las indisciplinas sociales constantemente", dice.

Martínez no se escapa de la retórica con que la burocracia de Servicios Comunales describe sus problemas y que los carretoneros ya no quieren escuchar. Afirma estar trabajando en un sistema de pago "escalonado" y "progresivo", aunque admite depender de la "tracción animal" ante el poco "coeficiente de disponibilidad" de camiones. La situación, admite la prensa local, es "insoportable" y la falta de flexibilidad con los cuentapropistas provocará más bajas en los próximos meses.

Con mucha discreción, los periódicos del régimen han abordado en las últimas semanas la "crisis de la basura" en la Isla. "Acá no se recoge ni el 50% de la basura que se genera diariamente", aseguraba una reportera oficialista sobre el municipio de Habana del Este. 800 trabajadores y nueve camiones –con "roturas, falta de piezas, gomas y cajas de velocidad"– tampoco cubren la demanda higiénica de la zona.

Otros municipios "superpoblados" de la capital tienen que esperar 15 días antes de que vengan los Servicios Comunales a hacer su trabajo. La solución, argumenta la periodista, no está en mejorar las condiciones de trabajo sino en activar, con mayor severidad, a los "antiguos inspectores".

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