Una inmensa cola a las afueras del Jalisco Park marca su jornada de reapertura en La Habana

Decenas de familias se arremolinaron en las inmediaciones del parque y, después de varios minutos de espera, algunos desistieron y se marcharon sin poder ingresar

El reinicio de operaciones del parque de diversiones Jalisco Park estuvo marcado por largas filas de personas que intentaban ingresar al recinto. (14ymedio)
Jalisco Park, en la esquina de 23 y 18 de El Vedado, reabrió este sábado con decenas de familias que intentaban ingresar al recinto. (14ymedio)
Juan Diego Rodríguez

29 de julio 2023 - 15:45

La Habana/"Aquí nos vamos a pasar horas para poder entrar", rezongaba una abuela con dos nietos que, antes de las nueve de la mañana de este sábado, estaba en la larga cola para entrar al Jalisco Park, en El Vedado habanero. Finalmente, el centro recreativo –que pasó de la gestión estatal a la privada– abrió sus puertas luego de meses de reparaciones y tras frustrarse su inauguración, prevista para el pasado 26 de julio.

Familias enteras, padres con niños y grupos numerosos llenaban la fila que rebasaba con creces el número de personas que cabían en el local, ubicado en la esquina de las calles 23 y 18. "Marcamos a las siete y por eso estamos entre los primeros pero ahora llegó una guagua escolar con un montón de muchachos. Hay más gente aquí que en la cola del mercado de la Plaza de Carlos III", contó a 14ymedio un padre con unos gemelos de siete años.

Un enorme charco de aguas residuales cubría parte de la calle alrededor de la esquina y protagonizaba las advertencias de los padres. "¡Dayron, ten cuidado no vayas a meter un pie ahí, que esa agua está podrida!", le gritaba una madre a un inquieto niño que saltaba desde la acera tratando de llegar hasta la zona del asfalto que estaba seca. Una mascarilla terminó flotando en el charco unos minutos después.

El llanto de varios niños, cansados por la espera y el calor que ya empezaba a despuntar, formaban parte de la banda sonora alrededor del Jalisco. Al otro lado de la reja que rodea al parque, las nuevas atracciones inflables ya estaban listas desde bien temprano y un grupo de empleados, todos vestidos completamente de negro, organizaban los últimos detalles antes de que entrara el primer grupo de clientes.

"Yo espero que no se vaya la luz porque esos aparatos necesitan tener el compresor de aire encendido para que funcionen, si se va la luz todo se fastidia", temía un abuelo que acompañaba a su nieta. "No ha podido ir a ningún lado hasta ahora en las vacaciones porque todo está muy lejos o muy caro, esta es la primera salida que hacemos desde que terminaron las clases", explicó a este diario.

Pasadas las 9:05 am, las puertas del Jalisco no habían abierto y seguían llegando personas. Varios taxis colectivos pararon cerca del parque y, prácticamente, todos los pasajeros se bajaron y se dirigieron a la cola. "Si esto no termina en bronca hoy será un milagro", vaticinaba una joven con un niño de unos dos años cargado en brazos.

Sentados en el contén de la acera, algunos niños se resguardaban del sol que ya comenzaba a picar y esperaban por acceder al Jalisco. La mayoría de estos menores no conoció el formato anterior del centro recreativo con atracciones como un carrusel de caballitos, una pequeña montaña rusa, unos botes que daban vueltas en un diminuto estanque y una estrella o noria.

Cerca de las 9:20 de la mañana finalmente pasó el primer grupo y una empleada fotografió a la primera niña que traspasó la entrada. Para ese momento la cola ya estaba conformada por más de 200 personas

A través de la puerta y la valla, ahora recién pintadas de colores brillantes, varios niños no dejaban de mirar los nuevos juegos decorados con motivos del popular personaje infantil Elpidio Valdés. Cerca de las 9:20 de la mañana finalmente pasó el primer grupo y una empleada fotografió a la primera niña que traspasó la entrada. Para ese momento la cola ya estaba conformada por más de 200 personas.

"¡Está prohibido fumar en el parque para no afectar los aparatos inflables!", aclaraba otro empleado a todo el que iba entrando. Los primeros clientes lograron pasar de manera ordenada, gracias a los empleados de seguridad que fueron organizando la parte delantera de la cola, aunque hacia el medio y el final la fila parecía más un molote desorganizado que una línea.

Con un pulóver anaranjado, uno de los jefes de la cooperativa privada que gestiona el Jalisco Park se dirigió a la cola y pidió disciplina dentro del local. El hombre detalló el mecanismo para acceder a las atracciones. Al entrar, se deben comprar unas fichas plásticas. Una verde permite obtener un paquete de rositas de maíz, una azul para los inflables y la roja para las atracciones más complejas, como un toro eléctrico y unos diminutos carruseles.

La guagua escolar terminó marchándose con todos sus pasajeros, frustrados por la espera y conscientes de que "hoy no hay quien entre", según la madre de uno de los niños que venía en el vehículo desde otro municipio habanero.

Para las 10:00 de la mañana la cola había crecido tanto en el exterior del Jalisco Park que cruzaba la calle y llegaba hasta el muro del Cementerio de Colón. Sentados o recostados en los salientes de la tapia de la necrópolis, varios padres con sus niños esperaban para acceder al recién inaugurado parque, el único centro recreativo infantil en varios kilómetros a la redonda.

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