El juicio de asilo político del cubano Oscar Casanella en Miami continúa sin veredicto

Migración

La defensa entregará sus escritos para la conclusión del sumario el próximo 11 de julio

La vista duró casi siete horas, desde las ocho y media de la mañana.
La vista duró casi siete horas, desde las ocho y media de la mañana. / Cortesía
14ymedio

24 de junio 2025 - 18:21

Miami/El científico cubano Oscar Casanella, miembro del Movimiento San Isidro (MSI), tuvo este martes su juicio de asilo político en Miami, tres años después de haber llegado exiliado a Estados Unidos. Tras la vista, que duró casi siete horas –desde las ocho y media de la mañana–, las abogadas del activista, Kenia García y Deliane Quiles, del bufete García & Qayum Law Group, declararon a la prensa congregada a las puertas de la corte de inmigración que aún no había veredicto.

Será el 11 de julio que la defensa entregue sus escritos para la conclusión del sumario y, posteriormente –en unas dos semanas más–, la jueza a cargo del caso comunicará por escrito su decisión, que se publicará en el sistema de inmigración.

La magistrada “quiere evaluar toda la evidencia que se sometió en este caso”

“Definitivamente la jueza ha sido muy generosa con su tiempo y el fiscal con su tiempo, y han escuchado todos los argumentos y todo el testimonio que Oscar quiso dar”, dijo García, que también explicó que la magistrada “quiere evaluar toda la evidencia que se sometió en este caso”.

Su visión era algo más optimista de la expresada por la familia del opositor, que, según CubaNet, uno de los medios cubriendo en directo el caso, se había quejado de que las preguntas estaban siendo “un poco fuertes”, para que respondiera “sí” o “no”, y sin dar oportunidad a Casanella de explicarse largamente. “Lo que le estaba explicando a Oscar, que está un poco cabizbajo, es que el no es fácil de decir; el sí, especialmente en esta Administración, tiene que ser bien justificado. Esto en mi opinión no es mala noticia”, explicaba Kenia García en unas primeras declaraciones difundidas en redes. Para ella, el proceso “fue suave”, y el tribunal “estaba relajado”.

Si le fuera negado el asilo, Casanella tendría 30 días para presentar una apelación, en el Tribunal de Apelaciones de Virginia.

En sus declaraciones a los medios tras el juicio, el activista dijo que se sintió “bien acompañado y asesorado por sus abogadas” –que le prestan servicio gratuitamente, según había contado el propio opositor–, pero que “hubiera querido que fuera todo más rápido, hubiera deseado una respuesta hoy”. El caso, añadió, “está abierto” y no puede “ofrecer detalles particulares”.

Si le fuera negado el asilo, Casanella tendría 30 días para presentar una apelación

De igual manera, aludió al asesinato a manos de sicarios en Costa Rica del opositor nicaragüense Roberto Samcam como ejemplo a la pregunta de una periodista sobre el alegato final ante la jueza, en el que dijo que se sentía seguro en EE UU, pero no en otro país, porque el régimen cubano tenía “tentáculos” y que su vida “corría peligro”.

Casanella, que entró a pie en 2022, recibió una forma I-220A, la cual, como sucede con otros connacionales en su misma situación, no garantiza ni el asilo en una corte ni la concesión de la residencia por la Ley de Ajuste Cubano. Según contó el mismo activista en una entrevista con CubaNet el lunes, las autoridades migratorias no le permitieron realizar una entrevista de miedo creíble al cruzar la frontera de El Paso, Texas.

Su temor ante la vista de este martes era que el tribunal desestimara su caso y decretara su expulsión. “Deportarme para Cuba implicaría que yo voy a terminar en la cárcel y en la cárcel me podría suceder cualquier cosa, y eso también implicaría que mi esposa y mi hijo mayor también serían deportados y quedarían totalmente vulnerables bajo el acoso de la policía política cubana”.

La Seguridad del Estado, alega Casanella, lleva acosándolo desde 2013, por su cercanía con artistas disidentes como el grupo Porno para Ricardo o Tania Bruguera. En 2016, fue expulsado del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), donde trabajaba, supuestamente por una “falta ética”, negada por el activista.

La Seguridad del Estado, alega Casanella, lleva acosándolo desde 2013

Pero los ataques arreciaron, ha contado, a partir de su participación en el acuartelamiento de San Isidro, en noviembre de 2020, cuando 15 miembros del MSI se encerraron en Damas 955 y se pusieron en huelga de hambre en protesta por la detención arbitraria del rapero Denis Solís.

De ahí fueron desalojados con violencia por agentes vestidos de sanitarios más de una semana después, el 26 de noviembre –Oscar Casanella había abandonado la sede dos días antes–, lo cual provocó, a su vez, la solidaridad de más de 300 artistas que al día siguiente se concentraron frente al Ministerio de Cultura para pedir diálogo con las autoridades y dieron origen al grupo 27N.

Fue en 2022 que Casanella cuenta fue obligado a salir de la Isla. Antes, aseveró a CubaNet, todo el año 2021 –el de las históricas manifestaciones del 11 de julio– estuvo casi “en prisión domiciliaria”: cercado por la Seguridad del Estado, refirió que además Etecsa les negó el servicio telefónico y de datos móviles, “así que estaba algo así como muerto en vida”.

Para entonces, relató también el opositor, el régimen le había armado “un expediente por sedición”, con el que lo amenazaban si no se iba: “Te vamos a dejar salir de la casa durante un mes para que hagas tus papeles y te vayas del país. Si de aquí a un mes todavía estás en Cuba, vas preso”.

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