Liberan sin cargos al reportero de '14ymedio' Yadiel Hernández luego de tres meses encarcelado
Presos políticos
Este diario publicó el 15 de abril un comunicado exigiendo su liberación y la de José Gabriel Barrenechea, que sigue en prisión
Madrid/El reportero de 14ymedio Yadiel Hernández Hernández, conocido como Kakashi, salió el lunes en libertad sin cargos, luego de meses casi incomunicado en la prisión del Combinado del Sur, en Matanzas. “Gracias a la solidaridad de muchos, después de tres meses de encarcelación desde ayer 28 de abril estoy en libertad”, escribió el propio joven en su muro de Facebook este martes.
Según confirmó su familia a este diario, tuvo que pagar una multa de 15.000 pesos, aunque aún no saben por qué infracción. Las palabras que pudo comunicar el periodista por teléfono “fueron muy cortas”, dice la fuente. Cuando este diario supo del paradero exacto de Kakashi, sus allegados informaron de que pesaba sobre él el delito de “propaganda contra el orden constitucional”.
El pasado 15 de abril, 14ymedio emitió un comunicado exigiendo la liberación tanto de Yadiel Hernández como de José Gabriel Barrenechea, también colaborador de este diario y encarcelado en la prisión de La Pendiente, en Villa Clara, por participar en las protestas de Encrucijada contra los apagones, el pasado noviembre. Era un llamado “a la comunidad internacional a que actúe para proteger a los periodistas, víctimas de la arbitrariedad y la censura del régimen cubano”.
Abierto a la firma de organizaciones y otros medios, el texto ha sido suscrito, hasta el momento, por 22 firmantes
Abierto a la firma de organizaciones y otros medios, el texto ha sido suscrito, hasta el momento, por 22 firmantes, entre ellos Civil Rights Defenders, Prisoners Defenders, Cubalex, Justicia 11J, Committee to Protect Journalists, Article19, Cadal, Plataforma Cívica Archipiélago, CubaNet, Árbol Invertido o Alas Tensas.
Yadiel Hernández, de 33 años, diseñador y graduado en estudios teológicos además de periodista independiente, había sido detenido el pasado 24 de enero cuando investigaba para 14ymedio el tráfico de drogas en el preuniversitario de la ciudad de Matanzas.
La comunicación con este diario se cortó desde entonces, pero en un inicio, el silencio se achacó a los largos cortes eléctricos que azotaron la Isla por esos días y que también generaban frecuentes caídas en la conexión a internet. Sin embargo, unas semanas después, una fuente cercana a la familia de Hernández confirmó su arresto: “Lo detuvieron y se lo llevaron”.
Mientras estuvo recluido en el Combinado del Sur, la comunicación del reportero con el exterior fue muy limitada, y ni siquiera pudo contactar con organizaciones de asesoría jurídica ni con medios de prensa.
“Estuvo detenido muchos días en Versalles”, detalló la fuente en aquel momento, refiriéndose al centro de operaciones de la Seguridad del Estado en Matanzas. “A él se lo llevaron después del incidente que ocurrió con un supuesto escape de gas en el preuniversitario”, añadía, en alusión a un incidente en el centro de enseñanza media superior José Luis Dubrocq, en el que, según publicó la prensa oficial, tras sentirse un fuerte olor, varios estudiantes presentaron náuseas y malestar, y algunos fueron incluso hospitalizados.
Junto a esta legislación, el Código Penal y el Decreto Ley 370, conforman una tenaza que se cierra sobre la prensa
Aunque la versión oficial sobre el incidente responsabilizó a una alumna que roció gas pimienta en la motocicleta de un profesor y ocasionó la inhalación de la sustancia, lo sucedido alimentó los rumores sobre el consumo de drogas en el preuniversitario y la venta de sustancias de ese tipo en el interior de la escuela. “La Policía cargó con gente que podía denunciar lo que realmente había pasado y ese mismo 24 de enero se llevaron a Kakashi, que llevaba tiempo investigando esa red de tráfico”.
La represión contra los reporteros independientes ha sido una constante en las últimas décadas en Cuba, pero se ha recrudecido tras las protestas populares del 11 y 12 de julio de 2021, cuando las redes sociales y los medios no controlados por el Partido Comunista reportaron la envergadura y el deseo de cambio político que marcaron las manifestaciones. La nueva Ley de Comunicación Social de Cuba, que entró en vigor el pasado 4 de octubre, ha constituido una vuelta de tuerca en materia de censura. Los periodistas que trabajan al margen de los medios oficiales denuncian un aumento de las amenazas y las presiones.
Junto a esta legislación, el Código Penal y el Decreto Ley 370, conforman una tenaza que se cierra sobre la prensa. La Ley de Comunicación Social solo reconoce a los medios vinculados al oficialismo y margina todas las plataformas independientes, muchas de ellas, además, bloqueadas en los servidores nacionales. El arresto de reporteros, la confiscación de sus dispositivos tecnológicos y las condenas a prisión también forman parte del esquema represivo contra la libre circulación de la información.