El Nicho sigue siendo un paraíso natural pese al abandono

Cuba

"Esto ha cambiado mucho", lamenta un campesino ante el deterioro de las instalaciones recreativas y de los cafetales

El Nicho forma parte del Gran Parque Natural Topes de Collantes, en la cordillera del Escambray.
El Nicho forma parte del Gran Parque Natural Topes de Collantes, en la cordillera del Escambray. / 14ymedio
Darío Hernández

14 de septiembre 2025 - 08:35

El Nicho/En el corazón de la sierra del Escambray, entre las provincias centrales de Cuba, existe un recodo de aguas color turquesa y una selva húmeda que durante décadas fue presentado como uno de los rincones naturales más fotogénicos y accesibles de la Isla. “¡Nos vamos pal Nicho!”, solían improvisar los estudiantes y jóvenes hace unos años, sin planear mucho la escapada ni requerir demasiadas sumas de dinero. Hoy, además de su belleza intacta en algunos tramos, el lugar muestra señales claras de abandono que amenazan su condición de “paraíso cercano”. 

“Esto ha cambiado mucho”, dice a 14ymedio un campesino que nació y creció en ese paisaje, mientras recuerda mejores tiempos. “El que no se ha ido para afuera, o se ha muerto o se ha mudado para Cumanayagua”, lamenta. Señalando hacia algunas casas vacías, indica que no pertenecen a los residentes del lugar, sino a personas que ahora viven en Matanzas o La Habana. La mayoría de la población subsiste de vender sus productos a los campistas, y al disminuir el número de visitantes, todas las economías familiares se han visto afectadas. 

Con su flora endémica y su red de riachuelos y lagunas, ofrece opciones de senderismo, así como el disfrute de cascadas y piscinas naturales.
Con su flora endémica y su red de riachuelos y lagunas, ofrece opciones de senderismo, así como el disfrute de cascadas y piscinas naturales. / 14ymedio

El Nicho forma parte del Gran Parque Natural Topes de Collantes, en la cordillera del Escambray, y se ubica en la provincia de Cienfuegos. El enclave, situándose en un paisaje montañoso a varios cientos de metros sobre el nivel del mar, está asociado al río Hanabanilla y al complejo de humedales y refugios de fauna de la región. Con su flora endémica y su red de riachuelos y lagunas, ofrece opciones de senderismo, así como el disfrute de cascadas y piscinas naturales. Pero este edén ya no atrae a tantos viajeros como en el pasado.

Otro vecino del lugar nos muestra un círculo recreativo con evidentes indicios de deterioro. El lugar, cerrado y con las paredes descascaradas, luce un rústico letrero con una frase de Fidel Castro: “El pueblo tendrá todo lo que sea capaz de producir”. La consigna suena como un mal presagio o una amenaza. “Antes, a esta hora, el círculo tenía música puesta, estaban los campistas jodiendo (disfrutando). Esto ha cambiado mucho”, confiesa el lugareño.  

El Nicho sigue siendo un paraíso natural pese al abandono

Otra de las opciones de subsistencia es la siembra de café, cuya cosecha comienza en septiembre. Pero también ese sector está depauperado. “Solo hay dos o tres gentes para eso”, comenta un agricultor. “Antes todo esto se veía amarillo (por los frutos del café, que luego se ponen rojos), pero ahora se cultiva col, pepino, un poco de tomate, porque eso tiene más mercado”, añade. Muchos han decidido trasladarse a otras zonas donde hay más trabajo. 

En los últimos años se han multiplicado las reseñas y comentarios de visitantes que señalan problemas puntuales, como la acumulación de basura en áreas de baño, deficiencias en los servicios, y caminos de acceso en mal estado que complican la llegada por carretera. En portales de viajeros y foros se repite que, pese a la belleza natural, la presencia de desechos y la falta de mantenimiento restan calidad a la experiencia. Además, la accesibilidad por carretera sigue siendo un factor limitante en temporadas de lluvias. Estas observaciones –aunque en buena parte provienen de relatos de turistas y usuarios– coinciden en mostrar una degradación en el manejo cotidiano del espacio.

La accesibilidad por carretera sigue siendo un factor limitante en temporadas de lluvias.
La accesibilidad por carretera sigue siendo un factor limitante en temporadas de lluvias. / 14ymedio

Para entender la decadencia de El Nicho hay que situarla dentro de un contexto mayor. A la crisis prolongada del turismo se suma el descalabro de la economía cubana y la ola migratoria reciente. En los últimos años la población de la Isla se ha reducido drásticamente, empujando sobre todo a los jóvenes a buscar suerte en otros países. A eso se suma la inflación y la pérdida del valor real de los salarios. Encima, la escasez de transporte hace que el turismo interno sea, cada vez más, un lujo inalcanzable para la mayoría. 

El Nicho continúa siendo, en esencia, un lugar de enorme valor paisajístico y biológico. Sus cascadas y pozas mantienen la belleza que lo hicieron el lugar preferido para muchísimos cubanos que buscaban escapar del ruido, la basura y los escombros de las ciudades. Pero todo conspira en contra de los viajeros y de los pobladores que subsisten gracias a ellos. “Esto está pobre aquí”, murmura un campesino a este diario, viendo como se vacía su paraíso. 

Otra de las opciones de subsistencia es la siembra de café, cuya cosecha comienza en septiembre.
Otra de las opciones de subsistencia es la siembra de café, cuya cosecha comienza en septiembre. / 14ymedio

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