"Esto no es La Habana, pero manden a los militares a recoger la basura", reclaman en Holguín
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Desde varias provincias, exigen que se convoque una movilización como la de la capital
Holguín/La “ofensiva” que este fin de semana se vivió con la recogida de basura en La Habana está teniendo un efecto indeseado para las autoridades. Desde varias provincias, los residentes claman por que se convoque en sus territorios a una movilización semejante que elimine de las calles las montañas de residuos. En la ciudad de Holguín, más que un tropel de reclutas del Servicio Militar y militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas, la gente exige una estrategia a largo plazo para acabar con el problema de la acumulación de desechos.
Al costado de la panadería de la barriada de Pueblo Nuevo y muy próximos a la secundaria y preuniversitario Alberto Sosa González, los desperdicios llevan semanas acumulándose ante la mirada preocupada de los vecinos y el festín de las auras tiñosas. A escasos metros también de un círculo infantil, el basurero apenas deja ya transitar por la calle y sus hedores obligan a apurar el paso cuando se camina cerca. "¡Que Díaz-Canel mande el batallón de Tropas Especiales!", decía malhumorado un vendedor de pan que intentaba pasar con su bicicleta, cargada con la mercancía, por el estrecho espacio entre las inmundicias y la acera.
"Aquí asfixiaron a la mayoría de los privados que tenía un carretón con caballos y brindaban su servicios de recogida de basura"
Las imágenes del trabajo voluntario efectuado este sábado en la capital cubana con personal de la cancillería, jóvenes soldados, cederistas y hasta altos funcionarios ataviados con su impecable indumentaria han sido como sal en una herida para los holguineros, que se quejan del ninguneo constante de su provincia y de la falta de recursos para mantener funcionando los Servicios Comunales. "Aquí asfixiaron a la mayoría de los privados que tenía un carretón con caballos y brindaban su servicios de recogida de basura, les subieron los costos de todos los insumos y la gente se quitó", cuenta a este diario una vecina de Pueblo Nuevo.
Para la mujer, la actual situación necesita más que un "arrebato momentáneo" y reclama que aunque "esto no es La Habana, pero manden a los militares a recoger la basura". En los breves minutos en que la vecina se acerca al basurero para comprobar su extensión, la montaña de desechos crece un poco más porque una cercana mipyme vierte varias cajas vacías que una vez contuvieron pollo congelado, un joven bota restos de una demolición y otro transeúnte lanza unas ramas recién podadas de un jardín. El espectáculo, ya aumentado, recibe a los adolescentes que salen de la cercana escuela tras sonar el timbre que pone fin a la jornada matutina.