Con su pensión, los jubilados cubanos podrán comprar un cartón de huevos al mes

Pensiones

En lugar de 1.528 pesos, el pago mensual será de 3.056 pesos para unas 430.000 personas

En Cuba, más de una cuarta parte de la población cubana tiene 60 años o más.
En Cuba, más de una cuarta parte de la población cubana tiene 60 años o más. / 14ymedio
14ymedio/ EFE

16 de julio 2025 - 14:25

La Habana/El Gobierno cubano anunció este miércoles un aumento en la pensión mínima para unos 430.000 jubilados a partir de septiembre, según confirmó el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, ante el Parlamento. La ayuda estatal pasará de 1.528 pesos cubanos (unos 12,70 dólares al cambio oficial) a 3.056 pesos (25,40 dólares), una cifra que, pese a representar el doble del monto actual, sigue estando muy por debajo de los precios del mercado informal.

Marrero justificó la medida tras una reciente reunión del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), donde se evaluó la “compleja situación de los ingresos de los pensionados”. Según el jefe de Gobierno, el ajuste beneficiará al 79% de todos los jubilados del país –alrededor de 1,3 millones de personas– que actualmente reciben menos de 4.000 pesos. “Seguimos buscando soluciones, pero creo que es justo que, aunque ahora no se pueda abarcar a todos, hemos comenzado con 1,3 millones porque son los que están en mayor situación de vulnerabilidad”, afirmó Marrero.

El Gobierno no detalló de dónde saldrán los recursos para cubrir esa suma

La medida tendrá un costo fiscal estimado de 22.000 millones de pesos anuales (unos 916 millones de dólares al cambio oficial para empresas), aunque el Gobierno no detalló de dónde saldrán los recursos para cubrir esa suma. Marrero solo adelantó que se implementará “un grupo de medidas” para financiar el gasto, sin ofrecer precisiones.

Sin embargo, más allá de la retórica oficial, el impacto real de este ajuste en las pensiones es limitado. En un país donde un cartón de huevos puede superar los 3.000 pesos, el nuevo mínimo apenas cubriría un solo producto básico, dejando a los pensionados desprotegidos frente al resto de los gastos cotidianos: desde medicamentos hasta transporte, pasando por electricidad, agua y alimentos. Como han alertado múltiples economistas independientes, el problema no es únicamente el bajo nivel de los ingresos, sino la continua devaluación del peso cubano y la galopante inflación que ha pulverizado el poder adquisitivo.

Más de una cuarta parte de la población cubana tiene 60 años o más

Según datos recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), más de una cuarta parte de la población cubana tiene 60 años o más. Entre 2021 y 2023, el número de personas mayores de 60 creció de 2,3 millones a 2,4 millones, un aumento del 3%. En contraste, el grupo entre 15 y 59 años se redujo en casi un 12%, pasando de 6,7 millones a 5,9 millones. Este cambio demográfico plantea desafíos enormes para un sistema de Seguridad Social que se sostiene cada vez con menos cotizantes y más dependientes.

La situación se agrava por el deterioro de los servicios de salud, la escasez crónica de medicamentos y el colapso del sistema de atención primaria a los adultos mayores. En provincias como Guantánamo o Granma, los hogares para ancianos sobreviven con donaciones, mientras muchos jubilados deben depender de remesas, trueques o trabajos informales para sobrevivir. En reportes recientes, 14ymedio ha documentado cómo los jubilados venden café, jabones o cigarros en las calles, recogen botellas plásticas o se dedican al cuidado de viviendas para turistas como única vía de subsistencia.

El anuncio parece más un gesto de contención que una solución de fondo

Además, mientras el Gobierno anuncia estas reformas parciales, no ofrece garantías de transparencia ni mecanismos de control ciudadano sobre el uso del presupuesto estatal. El aumento de las pensiones llega sin estar acompañado de un plan integral de reforma económica, ni de una política fiscal coherente que enfrente las raíces estructurales de la crisis: improductividad, burocracia e inflación sin freno. Tampoco se han planteado medidas de alivio inmediato como la apertura de mercados en moneda nacional o la liberación de las importaciones individuales sin trabas aduanales.

En medio de este panorama, el anuncio parece más un gesto de contención que una solución de fondo. La población envejece, las familias emigran, y la generación que construyó la Revolución se ve hoy obligada a subsistir con pensiones que no alcanzan ni para un almuerzo. Con una moneda en caída libre, mercados desabastecidos y salarios estancados, duplicar la pensión mínima es, en el mejor de los casos, una curita sobre una herida abierta.

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