La Policía cierra La Cuevita; vendedores y clientes la reabren

La Habana

En la meca del comercio popular, en La Habana, se encuentra de todo, además de la compraventa de dólares

Los vendedores se reacomodaron en calles aledañas y en los portales de las casas vecinas.
Los vendedores se reacomodaron en calles aledañas y en los portales de las casas vecinas. / 14ymedio
Darío Hernández

26 de septiembre 2025 - 07:42

La Habana/“¡Agua!”, se escuchaba con inusual frecuencia este miércoles en La Cuevita, entre una multitud de cuentapropistas, vendedores clandestinos y clientes desesperados. No era un pregón anunciando bebida ni un aviso de tormenta, sino la palabra clave que en toda Cuba alerta de que la Policía anda cerca. Las autoridades, que suelen mirar para otro lado ante las irregularidades de estos espacios, decidieron esta vez cerrar el lugar durante un mes. El motivo oficial: “realizar reparaciones”, según comentaron a este diario algunos vecinos.

La Cuevita es la meca del comercio popular en San Miguel del Padrón, en La Habana. Allí se encuentra de todo, desde alimentos, productos de higiene, ropa y electrodomésticos, hasta juguetes, medicamentos y cambio de divisas en efectivo. Las mercancías llegan por vías tan diversas como mulas, intermediarios o desvíos de los canales estatales, y generan ingresos tanto para trabajadores por cuenta propia como para los que operan sin licencia.

Por eso, a pesar de la orden de cierre, pocos se resignaron a marcharse. Los vendedores se reacomodaron en calles aledañas y en los portales de las casas vecinas

Por eso, a pesar de la orden de cierre, pocos se resignaron a marcharse. Los vendedores se reacomodaron en calles aledañas y en los portales de las casas vecinas. “Hay que comer”, soltaba una vendedora sin papeles mientras recogía con prisa su mercancía al paso de los uniformados y, minutos después, volvía a montar el puesto en el mismo lugar.

La historia de La Cuevita se remonta al Período Especial y se fortaleció con las reformas económicas de los últimos años. Surgió como respuesta al desabastecimiento crónico y a la necesidad de conseguir bienes en divisas, convirtiéndose en un punto de abastecimiento crucial para habaneros y compradores de otras provincias. 

Este miércoles, sin embargo, el sitio lucía más caótico que nunca. Los puestos se amontonaban frente a las viviendas, la venta de alimentos coincidía justo al lado de basureros pestilentes, los sacos de arroz abiertos se mezclaban con el fango y un coro de gritos de vendedores ansiosos.

Este miércoles, La Cuevita lucía más caótico que nunca.
Este miércoles, La Cuevita lucía más caótico que nunca. / 14ymedio

El cierre coincide con el IV Ejercicio Nacional de Prevención y Enfrentamiento al Delito, que incluye patrullaje, reuniones “profilácticas” con el llamado “potencial delictivo” y acciones de control social. Además de la Policía, participan estudiantes, trabajadores y militantes del Partido. Ejercicios anteriores no han devuelto el orden a las calles, pero sí han engrosado las arcas del Estado con el dinero de multas y decomisos.

“No hay policía para sacar a tanta gente”, decía un vendedor de medias y calzoncillos que corrió a esconderse al escuchar la señal de alerta. Minutos después, al ver alejarse al uniformado en su moto, regresó a su puesto y agregó: “De esto vive el pueblo, no lo pueden cerrar”.

Algunos llaman “candonga” a estos mercados informales que existen por toda la Isla, un término que llegó de Angola con los cubanos que fueron a la guerra en los años 70 y 80. Pero la batalla de hoy es otra: poner un plato en la mesa, zapatos en los pies de los hijos y conseguir el dinero para sobrevivir un mes, algo que ningún salario estatal garantiza.

La Policía cierra La Cuevita, pero vendedores y clientes la reabren

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