El precio del aguacate se acerca al valor del dólar, otro "verde" inalcanzable para los cubanos

El fruto duplica su precio y pasa de los 40 o 50 pesos a entre 80 y 100, tanto en la capital como en otras provincias

El precio del aguacate está convirtiendo en inalcanzable un fruto que en Cuba estaba presente en la mayoría de las mesas. (Martina Badini)
El precio del aguacate está convirtiendo en inalcanzable un fruto que en Cuba estaba presente en la mayoría de las mesas. (Martina Badini)
Natalia López Moya

15 de junio 2022 - 16:01

La Habana/Es verde e inalcanzable para muchos cubanos, pero no se trata del dólar. Como cada verano, el aguacate regresa a los mercados de la Isla, pero esta vez ha duplicado su precio en relación con el año anterior. Donde antes se pagaban 40 o 50 pesos por una pieza, ahora hay que dar entre 80 y 100, una subida que lo aleja de la mesa de muchos hogares.

Las lluvias de mayo marcan el inicio de la temporada del aguacate en la Isla. "Esos aguaceros son los que le dan el toque. Aunque antes de eso se pueda encontrar alguna que otra mata que ya está parida, es mejor esperar para comerlos más sabrosos ", apuntaba este lunes un cliente ante las ofertas de un carretillero en Centro Habana.

"Pero parece que esta vez las lluvias han sido de oro, porque el aguacate está carísimo ", ironizaba el comprador que finalmente se decidió por "uno que no está para hoy, todavía le falta pero los maduros cuestan 90 pesos y prefiero pagar diez menos aunque lo tenga que dejar para mañana o pasado ". Detrás de él, una mujer que preguntaba por el precio esbozó una mueca nada más escuchar la cifra y dio media vuelta con la bolsa vacía.

"El aguacate te salva una comida, pero ahora te la vuelve incosteable", apuntaba otra clienta en el mercado agrícola de 19 y B, un local gestionado fundamentalmente por vendedores privados

Aunque en Europa y otros países de clima más frío, el aguacate es visto casi como un lujo, la elevada presencia de su árbol en Cuba, las ventajas del clima y la tradición de cultivo lo han convertido en un producto tan común en las mesas como pueden ser las manzanas o las naranjas en otras geografías.

"El aguacate te salva una comida, pero ahora te la vuelve incosteable", apuntaba otra clienta en el mercado agrícola de 19 y B, un local gestionado fundamentalmente por vendedores privados y que, sus tradicionales altos precios, le han hecho ganarse el apodo de "la boutique ". "Es verdad que este lugar es caro, pero aquí te encuentras cosas que ya no hay en otras se partes ", defendía un joven que despachaba en una tarima ante las quejas de los que pasaban.

"Todo el que en la familia sabe que aquí se pueden venir a comprar frutas y vegetales que no aparecen en ningún otro mercado, a no ser en la zona de Playa donde vive gente con más dinero y se vende hasta brócoli ". Según el comerciante, "el aguacate empezó a llegar hace semanas, pero las lluvias han complicado mucho el traslado hasta La Habana ".

"La gente se queja de que está caro, pero todo lo está y en esta época del año hay muy poca lechuga, el tomate ya prácticamente no llega y lo que queda es una buena tajada de aguacate con la comida", detalla. "Yo no puedo hacer más nada porque a mi me llega ya caro hasta aquí, todo ha subido mucho de precio y mover la mercancía desde el campo está costando mucho por la falta de combustible".

En el cercano municipio de Güira de Melena, la familia de Reinier García confirma vía telefónica este encarecimiento. "En nuestra finca tenemos una docena de matas de aguacate, cuatro de ellas las tenemos vendidas hace unos años ", explica. La venta de uno de estos árboles no queda registrada y es un negocio riesgoso para ambas partes.

"Pero hay años malos y entonces todos perdemos, el que compró la mata porque no gana mucho y nosotros porque la gente no tiene paciencia para esperar tiempos mejores y se quita del acuerdo"

El cliente compra por un precio fijo, que puede ser mensual o anual, la producción que dará la planta. En temporadas buenas, cuando las lluvias llegan en tiempo y los huracanes no deterioran mucho al árbol, se puede "sacar una buena tajada", explica García. "Pero hay años malos y entonces todos perdemos, el que compró la mata porque no gana mucho y nosotros porque la gente no tiene paciencia para esperar tiempos mejores y se quita del acuerdo".

"El aguacate parece fuerte pero es un producto que lleva cuidados. Desde que se siembra la mata hasta que comienzas a recoger frutos pasan un montón de años y todo se puede fastidiar con una plaga, un rayo o un ciclón", enumera el agricultor. Después llega el traslado, porque aunque se haga con el aguacate verde, "si no lo mueves correctamente se te apolisma todo".

García cuenta con un cuñado para trasladar la mercancía hacia La Habana y distribuirlo entre varios comerciantes de la zona de El Vedado y La Víbora. "Llevo días sin conseguir combustible y cuando lo encuentro es un buchito", comenta a este diario el conductor de un viejo Plymouth al que los inventos y los añadidos le permiten seguir rodando por las carreteras.

"Le pongo el aguacate pequeño a 50 o 60 al vendedor, los más grandes pueden llegar a 70 o a 80 según la calidad. El Catalina es el que más gusta a la gente, porque tiene mucho sabor y mayor tamaño. Con eso casi que no necesitas comer más nada, ni siquiera echarle limón, vinagre o aceite por encima, porque ya sale sazonado de la mata ", cuenta.

Pero acompañar el plato principal con uno de estos Catalina suma una cifra que las familias de menores ingresos no pueden pagar. "Cada huevo me costó 20 pesos, la libra de arroz la encontré a 50 después de caminar mucho. Así que una comida para cinco personas me salió en 150, más 100 que pagué por el aguacate ", detalla Dinorah, residente en el municipio habanero de Diez de Octubre.

En la familia de Dinorah hay dos jubilados con pensiones mínimas y el resto son sus nietos, menores de edad. "Me gasté en una sola comida más de lo que gano en un día de pensión, eso no puede ser así que no voy a seguir comprando aguacate, es un lujo que no puedo darme ", concluye. "Habrá que esperar a ver si para julio o agosto baja de precio".

"Ya aquí está viniendo gente de La Habana que llega hasta Güira de Melena a cambiar ropa por comida o productos de aseo por aguacates y viandas"

La situación no es exclusiva de la capital cubana, donde los precios suelen ser más elevados. Este martes, en el mercado La Plaza de Sancti Spíritus, un aguacate costaba 100 pesos cubanos, casi lo mismo que en una céntrica esquina de Centro Habana próxima a la Plaza de Carlos III y donde los productos tienden a ser más caros. De la inflación no se salvan ni siquiera las zonas tradicionalmente agrícolas, donde el aguacate era hasta hace poco tiempo un ingrediente común en las mesas durante el verano.

"Ahorita voy a recoger los aguacates de mis matas y voy a tratar de pagar con ellos, porque ya valen casi como el dólar ", bromea Reinier García. "Y no me quejo, por lo menos a mi familia no le falta el aguacate y con eso podemos salvar las comidas, pero a nosotros lo que más nos cuesta comprar es todo lo otro: el aceite, el jabón y la pasta de dientes".

García no descarta el trueque. "Ya aquí está viniendo gente de La Habana que llega hasta Güira de Melena a cambiar ropa por comida o productos de aseo por aguacates y viandas", explica. "Tenemos que estar vigilando las matas hasta por la madrugada, porque esto es como tener la caja fuerte del banco abierta y a la vista".

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