Preparan una "parada técnica" de la Guiteras que aumentará aún más el alto déficit eléctrico
Energía
El director de esta central eléctrica anuncia un proyecto de desaladora para "reducir la presión sobre los acuíferos locales"
Madrid/Sin fecha precisa, se acerca una nueva parada técnica de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas y que, en este momento, genera 235 megavatios (MW) a un sistema eléctrico nacional (SEN) en perpetua crisis, que este miércoles tenía previsto producir 1.930 MW para una demanda de 3.500, es decir, un déficit de 1.570 MW.
“Los trabajadores de la Central Térmica Antonio Guiteras ultiman los preparativos para una parada técnica de 72 horas, destinada a reparar el recalentador de alta temperatura, tan pronto lo permita la disponibilidad del SEN”, contó el periodista especializado José Miguel Solís en Facebook.
Las obras estaban anunciadas al menos desde la anterior salida de la Guiteras hace apenas dos semanas, en esa ocasión por la avería de uno de los motores del calentador de aire regenerativo, “que por la alta combustión y los niveles de hollín condicionaba riesgo de incendio”, dijo en aquella ocasión el director técnico de la central, Román Pérez Castañeda.
El 24 de mayo, un día después del fallo, la unidad se sincronizó con el sistema y se anunció la futura parada para finales del mes de junio para “limpiar” precisamente esos calentadores y así asegurar “parámetros estables en la combustión”. La enésima parada técnica de la mayor unidad de generación de la Isla no es una gran novedad, pero sí lo es el anuncio de la construcción de una desaladora específica para la central, con la que las autoridades pretenden convertir la vetusta Guiteras en “autosostenible”.
Se anunció la construcción de una desaladora específica para la central, con la que pretenden convertir la Guiteras en “autosostenible”
La información, aportada por Rubén Campos Olmo, ingeniero y director general de la planta, indica que la termoeléctrica es una alta consumidora de agua de los pozos de Bello, que abastecen a toda la población de Matanzas. Con la idea de aliviar esa carga, “la central térmica ha consolidado una solución innovadora”, dijo el directivo, a través de la construcción de esa planta que además permitirá, avanza, “independencia hídrica para la industria” y una “reducción de la presión sobre los acuíferos locales”.
El optimismo de Campos Olmo continúa, ya que habla del uso de una tecnología “alineada con prácticas globales avanzadas, que minimiza el impacto ecológico y optimiza el uso de recursos”, además del impacto económico y social que supondrá porque “asegura la continuidad operativa sin afectar el suministro residencial” y “reduce costos operativos vinculados al tratamiento y extracción de agua”.
El panorama pintado por Campos Olmo es prometedor, aunque precisamente podría quedarse en eso, promesas, ya que el directivo anunció esta desaladora cuando no es más que una idea “en espera de financiamiento”. Así lo reiteró el directivo en lo que José Miguel Solís consideró su declaración clave: "Esta planta desaladora nos dará independencia hídrica y aliviará a la población, además de situarnos a la vanguardia ambiental. Esperamos concretar el financiamiento pronto".
Sin dinero a la vista, la solución podría tardar años. La última desaladora que se inauguró en la Isla fue la de la comunidad de Las Mangas, ubicada en Bayamo (Granma). La planta comenzó a levantarse en 2019 y a pesar de no ser muy costosa para el Estado –la Delegación Provincial aportó 61.000 dólares– no fue hasta agosto de 2024 cuando comenzó a usarse, cinco años en total aunque incluyendo las dilaciones propias de la pandemia.
El uso de desaladoras es muy habitual en Cuba, a pesar de los inconvenientes –ambientales y de eficacia relativa– que presentan. En 2017 se anunció la pretensión de culminar las obras para 11 instalaciones de este tipo y en 2020 se habló de al menos otras nueve, tres de ellas precisamente en Matanzas.
A pesar de la presentación de la iniciativa, la cascada de reacciones entre los usuarios que siguen atentos a Solís, puntual informador del estado del SEN y, más concretamente, de la Guiteras, fue casi unánime. La solución a futuro fue ignorada por la mayoría de los comentaristas, centrados en la preocupación inmediata de estar horas y horas –algunos de ellos mencionaron cortes superiores a las 10 por día– sin luz.
La alerta es máxima en un contexto en el que los déficits diarios se mueven muy por encima de los 1.200 MW
“¿Bueno en esas 72 horas podremos tener agua?, escribió una de las pocas usuarias que mencionó el asunto. “El proyecto lo veo muy bien, lo que, suponiendo que aprueben el presupuesto, ¿qué tiempo demoraría en ejecutarse? Mientras eso sucede, ¿qué pasa con el agua de los matanceros? Creo que también deben crear estrategias para proteger el bombeo de los apagones, no sé si grupos electrógenos o paneles solares para sus equipos, porque sin electricidad no hay bombeo”, expuso.
La alerta es máxima en un contexto en el que los déficits diarios se mueven muy por encima de los 1.200 MW y con el calor del verano acechando. Se desconoce si hay suficiente combustible para alimentar los grupos electrógenos destinados a compensar las 72 horas de parada de la Guiteras, que tiene por delante una obra mucho mayor: la salida del SEN, a finales de este año, para una reparación capital que durará ocho o diez meses y que incluirá obras en la caldera, la turbina, el generador y el transformador de salida.
La unidad, de tecnología francesa e inaugurada en 1988, deberá ser “sostenible” primero, si después quiere ser “autosostenible”.