"El pueblo es un enemigo a controlar en la defensa del poder en Cuba"

La Habana/“¿Cómo puedes prestarte para acosar e intimidar a jóvenes que tienen tal vez los mismos pensamientos e ideales de tus propios hijos?”. Así se dirige el sacerdote Alberto Reyes a los encargados de "cuidar el país, proteger al ciudadano: policía, agente de la Seguridad del Estado, miembro de fuerzas élites, dígase boinas rojas, boinas negras, avispas negras…", en una publicación en sus redes sociales el viernes.

La voz de los estudiantes no es la única que ha resonado en las últimas semanas pidiendo cambios sociales y políticos. Desde otros sectores de la sociedad, incluyendo el religioso, las reflexiones sobre la convulsión que vive la Isla han llegado a las redes sociales y los medios independientes. Con el título He estado pensando, el cura camagüeyano pidió a las fuerzas militares pensar en “lo que estás haciendo bien y lo que estás haciendo mal”. 

No se trata de un discurso desde lo alto de la jerarquía eclesiástica. Los curas y las religiosas más cercanos a la gente –los mismos que salieron a defender a los manifestantes el 11 de julio de 2021– han respaldado a los estudiantes en un contexto de acoso a los universitarios que han protestado contra las tarifas de Etecsa. Mientras los agentes de la Seguridad del Estado tocan puertas y advierten sobre publicar contenidos “contrarrevolucionarios” en redes sociales, Reyes pide escuchar a la conciencia propia. 

“El modelo social en el que vivimos, al ser dictatorial, parte de la concepción de que estas fuerzas tienen como prioridad no el servicio al pueblo sino la defensa incuestionable del poder, y como es un poder contra el pueblo, la visión que presenta a sus fuerzas militares es que el pueblo es un enemigo a controlar”, dijo el sacerdote.

"Estas fuerzas tienen como prioridad no el servicio al pueblo sino la defensa incuestionable del poder"

Según el párroco del municipio de Esmeralda, “ser policía, agente de la Seguridad del Estado, miembro de fuerzas élites (...) es responder a una vocación hermosa: cuidar el país, proteger al ciudadano, garantizar la seguridad de los individuos”. Cuando “no se es un instrumento para que la sociedad pueda sentirse segura y en paz, entonces se ha corrompido el sentido de su vocación”.

Reyes, a quien sus posturas contra el régimen le han costado varias reprimendas de la Seguridad del Estado y dentro de la propia Iglesia, no dudó en cuestionar la represión a una ciudadanía que ya de por sí viven en la “esclavitud” y la “necesidad”.

Pocos días atrás, el sacerdote Lester Zayas denunció también el ataque contra su vehículo por sus declaraciones en contra del Gobierno. “Es cierto que las casualidades existen pero ¿sucede siempre igual? Así amaneció nuestro carro hoy después de una noche larga de apagón en todo El Vedado, justo frente a nuestro convento”, escribió el pasado 3 de junio.

El religioso se refería a un largo escrito suyo, publicado al día siguiente de que el mandatario Miguel Díaz-Canel apareciera en una nueva entrega de su podcast para ofrecer explicaciones por los apagones. Zayas expresaba su estupor por la falta de un “buen asesor” al lado del dirigente de la Isla. Como consecuencia, y según la foto que acompañaba su denuncia, el vehículo quedó con el vidrio pulverizado y la parte del radio destruida.

Este viernes, en una entrevista a Martí Noticias, el sacerdote Castor José Álvarez –conocido por su arresto durante las protestas del 11J en Camagüey– aseguró que “el pueblo cubano está atrapado en un sistema político que no solo no les da oportunidades, sino que también les niega el derecho a vivir de forma digna”. El párroco quiso llamar a las autoridades a la reflexión, explicando que en la Isla “no puede haber paz sin libertad”.

Esta semana, 14ymedio también reseñó una publicación en Facebook de la madre superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, Nadieska Almeida, en la que denunciaba que las autoridades habían utilizado una foto suya para simular un entorno de entendimiento y colaboración entre la Iglesia y el Gobierno. 

En una cita de rutina al asilo de ancianos que gestiona la comunidad religiosa, las autoridades pidieron hacer una foto y la monja accedió

En una cita de rutina al asilo de ancianos que gestiona la comunidad religiosa, las autoridades pidieron hacer una foto y la monja accedió. Sin embargo, días después recibió “la sorpresa de que, sin permiso, la habían subido a las redes con la siguiente narrativa: ‘Juntos por un ideal revolucionario’”. Almeida dijo haber sentido “mucha molestia, como es de esperar”, y fue el motivo que la empujó a escribir su texto y arremeter contra la Revolución.

“No creo, no espero, no veo nada valioso en la revolución. Tantas mentiras, tantas maneras de aplastar a mi pueblo, tantas promesas tan engañosas”, sentenció en su post. “¿Cómo puedo creer en un proyecto que sigue cobrando la vida de los jóvenes que van obligados al servicio militar? ¿Cómo creerles cuando quieren callar el llanto por hambre de nuestros niños y ancianos? ¿Cómo creerles cuando nos vuelven a hundir en el aislamiento, la desconexión, cuando desvergonzadamente nos mienten y vuelven a insultar la inteligencia de todo un pueblo con tarifas inalcanzables para muchos?”, dijo, en alusión al tarifazo de Etecsa.