“Vamos a purgar todo lo impuro en nuestra Institución”, advierte el Gran Maestro de los masones cubanos
Masonería
- Mayker Filema Duarte califica de "traidores" a los que lo destituyeron el domingo
- Una fuente interna asegura que fue un intento de golpe del Supremo Consejo contra la Gran Logia
La Habana/Mediante un comunicado con fecha del lunes 26 de mayo, Mayker Filema Duarte rechazó su destitución como Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba (GLC), acordada el pasado domingo por "un poco más de un centenar" de masones de la Isla. Durante una asamblea extraordinaria, la Alta Cámara –una de las mayores autoridades judiciales de la fraternidad– decidió destituirlo por el voto unánime de los congregados, acusándolo de aferrarse al cargo y de actuar con el respaldo del Partido Comunista de Cuba (PCC). En su lugar, fue designado de manera provisional Juan Alberto Kessel Linares, hasta la celebración de elecciones generales previstas para septiembre.
En su texto, Filema calificó lo ocurrido como un acto ilegal e ilegítimo. También aseguró que la convocatoria realizada por Kessel y por el presidente de la Alta Academia de Estudios Masónicos, Manuel Valdés-Menéndez Cuesta, constituye una “grotesca violación de todo lo sagrado”, así como “otro golpe mediático y de descrédito ante el mundo profano a la imagen de nuestra GLC”.
Añadió que “otra vez la imagen de la GLC fue herida en su orgullo a la vista del ojo público por acciones de traidores a sus juramentos de discreción y respeto a nuestras leyes”. Además, comparó la situación con lo ocurrido recientemente en República Dominicana, cuando, aseguró, el Supremo Consejo del Grado 33 se separó para funcionar de manera autónoma. En Cuba, el Supremo Consejo, presidido por el masón crítico con el régimen José Ramón Viñas, ha denunciado varias veces la infiltración de la Seguridad del Estado en la Gran Logia y amenazado con un cisma.
“No entregaremos los destinos de la institución a los caprichos de un hombre y un grupo de seguidores”
“No vamos a ceder ante presiones inconstitucionales”, sentenció. “Hemos evitado la guerra y se nos ha negado la paz”, pero “vamos a purgar todo lo impuro en nuestra Institución”, añadió, y “no entregaremos los destinos de la institución a los caprichos de un hombre y un grupo de seguidores”.
Filema había cancelado el encuentro de la Alta Cámara fijado para el 25 de mayo, alegando amenazas personales. A pesar de su ausencia y la de sus funcionarios, los representantes decidieron seguir adelante con la sesión y votaron por su destitución. Ahora, permanecen a la espera de la postura que adoptará el Registro de Asociaciones, entidad estatal encargada de regular el cumplimiento de los estatutos de las asociaciones en Cuba. Esta oficina, que ha intervenido varias veces en la crisis masónica desde el año pasado, ha sido señalada como una herramienta del régimen para entrometerse en los asuntos internos de instituciones fraternales y religiosas.
Según datos proporcionados por una fuente interna, actualmente existen 327 logias en el país y un registro total de 48.000 miembros. De ellos, solo unos 20.000 permanecen dentro de la Isla, lo que representa un éxodo de más del 50% de los masones registrados.
Debido al hermetismo propio de la institución, los conflictos internos que atraviesa la masonería desde 2020, así como las maniobras de la Seguridad del Estado para controlar a su membresía, resulta complejo obtener una visión objetiva de lo que realmente está ocurriendo. El emblemático edificio de la avenida Carlos III, sede de la GLC, está vigilado por las fuerzas de seguridad y una patrulla de la brigada especial del Ministerio del Interior. Además, se reportaron cortes de internet en las áreas aledañas.
Una fuente –que pidió mantener el anonimato– plantea: “Lo que ha ocurrido es un intento de golpe de Estado. Hay dos cuerpos en pugna: la Gran Logia de Cuba y el Supremo Consejo del Grado 33. Y aunque todo el mundo está hablando de política, aquí el trasfondo es más profano. Es cierto que el régimen siempre ha querido destruir a la masonería, o al menos controlarla. Ahora deben estar disfrutando, desde las gradas, viendo cómo nos destruimos nosotros mismos”.
“Hay otro detalle del que nadie habla”, añade la fuente, “no es casual que, cada vez que suenan las protestas en Cuba, aparece un escándalo de estos para desviar la atención”.
Filema ascendió en la jerarquía masónica hasta ocupar el cargo de Diputado Gran Maestro bajo la administración de Mario Urquía Carreño. Tras la renuncia de Urquía en agosto de 2024, en medio de un escándalo por la desaparición de 19.000 dólares, asumió provisionalmente el liderazgo de la GLC. Su nombramiento oficial como Gran Maestro se realizó en septiembre del mismo año, durante las sesiones anuales de la Alta Cámara.
Filema denunció irregularidades financieras de la administración anterior, incluyendo la malversación de millones de pesos cubanos
Durante su gestión, Filema denunció irregularidades financieras de la administración anterior, incluyendo la malversación de millones de pesos cubanos. Estas acciones fueron interpretadas por algunos como un intento de restaurar la integridad de la institución, y por otros, como una amenaza. Según una de las fuentes consultadas, “ahí está el detonante del nuevo cisma entre la GLC y el Supremo Consejo”.
La negativa de Filema a convocar elecciones y su respaldo por parte del Ministerio de Justicia –en particular de la directora de Asociaciones, Miriam García– generaron sospechas sobre su cercanía al régimen. Algunos masones y observadores externos lo acusan de ser una figura impuesta por la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC, lo que “ha comprometido la autonomía de la masonería cubana”.
Otra fuente entrevistada comenta: “Se ha hecho habitual en Cuba que todos nos acusemos de ser agentes de la Seguridad del Estado. En el caso de Filema, eso me parece un disparate. Él es hijo de presos políticos, y tuvo una infancia bien difícil. Quienes hemos estado cerca, sabemos que no tiene una opinión favorable sobre el régimen. Pero, cuando tienes una responsabilidad como la suya, estás obligado a lidiar con ellos”.
"Ellos tienen un solo objetivo: dividirnos"
“Hay que ver cómo va a jugar el régimen. Y los enemigos de Filema van a aprovechar cualquier apoyo que reciba para apuntalar su discurso sobre él. Pero es ingenuo pensar que el régimen realmente ‘apoya’ a una u otra figura. ¡No, hombre, no! Ellos tienen un solo objetivo: dividirnos. Y usan nuestros propios conflictos, nuestros egos e incluso nuestro rechazo al régimen, para crear sospechas y echarnos a pelear entre nosotros”, concluye.
Sin embargo, es innegable que Filema no goza de simpatías dentro de un número considerable de masones cubanos. Las opiniones en su contra se acumulan. Uno de sus hermanos de fraternidad comentó a 14ymedio: “Fue la propia Miriam García, funcionaria del Ministerio de Justicia, quien propuso posponer la fecha del 25. Algunos le respondieron que eso era una injerencia. Entonces dijo que ‘ellos’ querían ‘ayudar con el transporte’ para traer a los masones. Filema usó un supuesto vandalismo como excusa para suspender el encuentro, cosa que se demostró el domingo pasado que no es así. Él no quiere soltar el poder porque la Seguridad del Estado le está diciendo que no lo haga”.