Los rusos siguen los pasos de los vietnamitas y entrarán a la producción de arroz en Cuba
Inversiones
Una procesadora de Artemisa firma un convenio con una empresa italiana para producir café de exportación
La Habana/La empresa estatal Agroind S.A. ha llegado a un acuerdo con el Consorcio Ruso del Arroz para, declararon, “ayudar a Cuba a alcanzar la soberanía alimentaria”. El proyecto, presentado en el marco de la reciente Feria Internacional de La Habana (Fihav 2025), prevé alcanzar rendimientos superiores a seis toneladas por hectárea, con la siembra inicial de 600 de ellas en el municipio de La Sierpe, en Sancti Spíritus.
La intención es extender la producción hasta 10.000 hectáreas, lo cual supone una eficiencia similar a la de Vietnam, Tailandia o China. Para ello, el consorcio del país euroasiático deberá aportar los insumos necesarios.
Es llamativo, no obstante, que los rusos sigan los pasos de los vietnamitas en la Isla en lo que a la producción de este grano se refiere. A principios de este año, una empresa del país asiático se convirtió en la primera entidad extranjera en recibir tierras en Cuba –en principio, 308 hectáreas– para sembrar arroz en una granja al sur de la provincia de Pinar del Río, una experiencia inédita en la Isla desde 1959.
Surgió entonces un experimento de producción de arroz con participación vietnamita en el que la parte asiática aporta la semilla híbrida, los insumos y el asesoramiento técnico, mientras los campesinos usufructuarios cubanos se encargan de la siembra y la cosecha.
Con resultados muy por encima de los rendimientos de los productores locales, lograron unas siete toneladas por hectárea frente a las apenas 1,5 del resto del país, demostrando una vez más que el Estado no es capaz de impulsar una producción nacional autosuficiente, y para producir arroz (o casi cualquier cosa) en Cuba, sigue dependiendo de alguien del exterior.
No era la primera vez que el país asiático cooperaba con Cuba en la producción del cereal. Ya lo hizo en el mismo municipio de La Sierpe, en Sancti Spíritus, hasta 2022, cuando decidió cancelar el proyecto cansado de la ineficiencia cubana. En 2025 regresaron los técnicos vietnamitas, para encontrarse con los mismos problemas de burocracia y escasez de combustible que provocaron su salida. Probablemente los mismos con los que chocarán los rusos.
La producción nacional de este cereal apenas alcanzó 80.000 toneladas en 2024, mientras se necesitan aproximadamente 700.000 toneladas de arroz al año para abastecer su consumo interno
La producción nacional de este cereal apenas alcanzó 80.000 toneladas en 2024, mientras se necesitan aproximadamente 700.000 toneladas de arroz al año para abastecer su consumo interno. El resto se cubre mediante importaciones.
El convenio con los rusos sobre el arroz se une a otros anunciados por el régimen a bombo y platillo, para ensalzar una Fihav deslucida. Otro de ellos fue el que rubricó la Procesadora de Café Luis Bocourt, en Bahía Honda, Artemisa, y la firma italiana Caffè Sun, que prevé destinar 20 hectáreas supuestamente para “posicionar el café cubano en el mercado internacional
Durante el anuncio del pacto se informó de que la Isla aportará “suelos, clima, simientes y experiencia en el cultivo”, mientras que la parte italiana suministrará “insumos, tecnologías, maquinarias y financiamiento”, para, según las autoridades, fomentar la producción y comercialización del café. Renato Severini, socio de la firma italiana, señaló que espera lograr el “reconocimiento del café cubano en el plano internacional”. Pero sobre la producción del grano no se informaron metas ni objetivos.
Caffè Sun SRL opera principalmente en Italia y distribuye en otros países como EE UU, Ucrania, Alemania y España. Ahora Cuba se suma a este mapa, pero siguiendo la ruta que ha marcado el Gobierno en este sector: la exportación, más que el consumo nacional.
El acuerdo no influirá en que los cubanos recuperen su tradicional “buchito”, y menos en que el grano regrese a las bodegas o baje el precio exorbitante que alcanza actualmente en el mercado informal
El acuerdo no influirá en que los cubanos recuperen su tradicional “buchito”, y menos en que el grano regrese a las bodegas o baje el precio exorbitante que alcanza actualmente en el mercado informal, ya que la razón principal de que no llegue a la población es el desplome de la producción, que, según la Oficina Nacional de Estadística e Información, en el último quinquenio cayó un 51%.
Este no es el primer intento de su tipo. Otros proyectos anteriores con financiación extranjera han entregado insumos a los productores y con cantidades sobrantes del grano dedicado al autoconsumo se han elaborado paquetes de 250 y 500 gramos, y de un kilogramo, de café para vender a la población “a precios asequibles”.
Uno de ellos es MásCafé, una iniciativa de la Agencia Italiana para la Cooperación y el Desarrollo que inició en 2023. Según informó en enero pasado ACN, la iniciativa se implementa en Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo y Granma y ha entregado a los productores “herramientas esenciales” como machetes, limas, carretillas, sacos, motosierras, tractores y motocicletas para el transporte.
Otra iniciativa ese mismo año fue BioCuba Café S.A. La compañía surgió como la primera empresa mixta del Sistema Agroforestal Cubano con la Fundación italiana Lavazza.
Michele Curto, el director de la compañía, prometió entonces, durante el anuncio del acuerdo, que “por cada tonelada de café que salga, tiene que estar garantizada la misma cantidad para los cubanos. Exportar café es necesario para aumentar la producción del grano en el país, y así lograremos tener café para todos”.
No obstante, BioCuba Café no ha obtenido los resultados esperados. “El cumplimiento del estimado el año pasado fue del 32%”, indicó Curto, aunque prometió “casi duplicar esa cifra” para este 2025. Por ahora, no hay datos al respecto, y el café sigue ausente de las mesas cubanas.