El tabaco, entre las plagas y el fango

Luis Brito Ajete, veguero en el famoso Hoyo de Monterrey. (14ymedio)
Luis Brito Ajete, veguero en el famoso Hoyo de Monterrey. (14ymedio)
Juan Carlos Fernández

09 de febrero 2016 - 09:56

Pinar del Río/Apenas ha salido el sol y las botas se hunden en una tierra que es puro fango. En el surco, un grupo de hombres intenta recuperar el tabaco sembrado, pero la naturaleza les lleva la contraria. Cientos de productores de Pinar del Río luchan contra las lluvias y las plagas para salvar una cosecha tabacalera que se augura que estará entre las más bajas de las últimas décadas.

Antes del 20 de enero debieron quedar sembradas unas 17.000 hectáreas de la planta en todo el territorio pinareño, pero apenas han logrado sobrevivir en el campo unas 13.800, y, de ellas, al menos 2.000 tienen serias afectaciones. El exceso de humedad ha fomentado también la aparición del temido moho azul una enfermedad que devasta los sembrados.

Descendiente de inmigrantes canarios, Justo García Hernández no para de trabajar a sus 73 años. Se mueve entre las plantaciones o en la casa de tabaco donde las mujeres de la familia se ocupan de ensartar las hojas. En las dos hectáreas de tierra que posee este agricultor en usufructo, se vive con especial intensidad el drama de una cosecha fallida.

La situación más difícil la tienen los agricultores en el sur del macizo tabacalero de Vueltabajo

Este año "el clima está virao", se queja Justo. Las continuas lluvias de las últimas semanas han arruinado un sinnúmero de vegas incluyendo la suya. "Las condiciones climáticas actuales son favorables para la aparición de hongos, bacterias, virus y otras enfermedades", declaraba días atrás Ariel Castillo Rodríguez, director provincial de Sanidad Vegetal en la provincia.

El terreno que trabajan Justo y su familia pertenece a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CSS) Carlos Hidalgo, en el kilómetro 5 de la Carretera a San Juan. El espacio le permite sembrar hasta 80.000 posturas de tabaco de sol, pero este año buena parte de las plantas se le han muerto sin "levantar casi del suelo", asegura el campesino.

Aún así, dice sentirse afortunado porque a su tierra "no la ha cogido la pata prieta, ni el moho azul" gracias a que ha fumigado. La situación más difícil la tienen los agricultores en el sur del macizo tabacalero de Vueltabajo, en especial los municipios de Con­solación del Sur, Pinar del Río, San Juan y Martínez y San Luis.

Desde el principio de la cosecha comenzaron los problemas. Virginio Morales, director en funciones del Grupo Provincial de Tabaco, informó la semana pasada a la prensa local que la combinación de altas temperaturas y el exceso de precipitaciones asociadas al fenómeno El Niño, hizo que se perdieran "83.500 canteros de semilleros y otros 27.000 han tenido afectaciones".

Las constantes lluvias han afectado sobremanera la siembra de Justo. "Es el mayor daño que tiene mi cosecha, el tabaco está borracho, esto es que la planta se queda chica, no crece debido al exceso de lluvia". Más del 40% de la cosecha la perdió por esa razón y la única solución es "volver a plantar aunque sea fuera de temporada".

El periodo óptimo para la siembra ya concluyó, pero cientos de productores plantarán tabaco hasta el cierre de marzo para paliar los daños ocasionados por la lluvia sobre el cultivo. La mala noticia es que sigue lloviendo y los nuevos brotes también comienzan a dañarse.

Los aguaceros "dejan las hoja sin su grasa natural", comenta Justo, quien ha vivido toda su existencia alrededor de las vegas. Como ejemplo, cuenta que ha recogido tabaco desde muy temprano en la mañana y "son las cuatro de la tarde y tengo las manos limpias, si el tabaco estuviera bueno ya me habría tenido que lavar las manos más de diez veces".

Justo, como muchos vegueros de la zona, no cree que el pago del seguro por daños a los sembrados vaya a resarcir lo que se ha malogrado. El año pasado perdió 16.000 posturas y sólo le pagaron 2.200 pesos cubanos.

En el Hoyo de Monterrey en San Juan y Martínez, lugar al que muchos le atribuyen el cultivo del mejor tabaco del mundo, Luis Brito Ajete es concluyente: "El tabaco está malo". En las dos hectáreas que cultiva junto a su hijo "las matas tienen las hojas como papel de China", se queja.

La mala noticia es que sigue lloviendo y los nuevos brotes también comienzan a dañarse

Otro tanto ocurre en Río Feo, municipio San Luis. William Delgado Rodríguez siembra tabaco en dos hectáreas y media y, aunque alega que otros años ha tenido "buenas cosechas", este "está malo, malo". En su terreno se plantaron 100.000 posturas. "Pero entre el agua y la pata prieta me tienen loco", comenta.

Para demostrar la situación, William arranca una planta de apariencia frágil y muestra el daño causado por la plaga en la parte baja del tallo. En la zona donde está enclavada su finca, de la cooperativa Ormani Arenado, las siembras han aguantado un poco más, pero en otras áreas "los campesinos han tenido que arrancar toda la cosecha para volver a sembrar".

El joven cuenta que, de momento, tiene muy poco tabaco en la casa de secado y conoce casos de otros campesinos a quienes se les ha podrido después de recogerlo a causa de la humedad, por lo que asegura no tener grandes expectativas de ganancia en la actual cosecha. "El quintal lo pagan a 1.950 pesos cubanos y la calidad de la hoja que saldrá de aquí va a ser muy baja", vaticina.

En una pequeña radio de baterías se escucha el ritmo contagioso de Bob Marley con No, woman no cry y el veguero aprovecha para decir "así está la zafra, de lágrimas".

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