La Tarea Ordenamiento, la emigración y la caída del turismo quebraron el lucrativo negocio de Etecsa

Madrid/Ni el “bloqueo estadounidense” que “estrangula las importaciones” ni “sitios web fraudulentos” que desvían las recargas internacionales, como se apresuró a esgrimir el oficialismo. Las razones de la estrepitosa caída de los ingresos de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) que le llevaron a decretar tarifazo del pasado 30 de mayo son, para el consultor Emilio Morales, tres: los efectos de la Tarea Ordenamiento, el éxodo migratorio y la bajada del turismo.

En un informe publicado por la organización Cuba Siglo 21 este jueves, el analista desmonta el discurso del monopolio estatal, que “aunque en teoría el régimen la proclame como una empresa socialista propiedad del pueblo cubano, en la práctica es otra empresa estratégica bajo la hegemonía y control del Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), la súper corporación más grande y lucrativa de la Isla que controla alrededor del 70% de la economía del país y algo más del 95% de sus finanzas”.  

El texto parte de una defensa de los estudiantes universitarios, que se han levantado en protesta contra los nuevos precios de Etecsa y que están siendo acosados por la Seguridad del Estado. De ahí su título: “¡Transparencia!”: Los estudiantes cubanos contra el Estado mafioso, como califica al entramado de Gaesa por haberse “apropiado de las empresas nacionales más lucrativas, sus recursos y ganancias”.

Morales recuerda que la tarifa de 3.360 pesos por tres gigabytes es casi tres veces el valor del salario mínimo

Morales recuerda que el prec de 3.360 pesos por tres gigabytes (GB) de navegación, establecida por el monopolio de las telecomunicaciones como “extra” al paquete restringido de 360 pesos por 6 GB al mes, es casi tres veces el valor del salario mínimo (1.260 CUP) y “más del doble de las pensiones de decenas de miles de jubilados”.

Etecsa justificó la medida haciendo referencia a “una pérdida del 60% de los ingresos del exterior y al elevado endeudamiento de la empresa”, pero Morales desgrana explicaciones adicionales. “Cuando el Gobierno implementó la Tarea de Ordenamiento Monetario (TOM), se comenzó a comercializar la telefonía celular en pesos cubanos a una tarifa más baja que los paquetes que se vendían en dólares en el exterior. Sin embargo, la TOM disparó la inflación y el cambio del dólar fue escalando vertiginosamente. El 10 de octubre del 2019 el dólar se cotizaba a 1 x 24 CUP y el 9 de mayo del 2024 llegó a cotizarse a 1 x 395 CUP”, refiere.

“En ese período de tiempo era muy fácil cambiar dólares en la calle a una tasa de cambio muy favorable”, prosigue, y la compra de ofertas de recargas en pesos cubanos resultaban muy baratas. “Este fue uno de los factores principales que hicieron caer las recargas desde el exterior”.

Otro factor fue, dice el especialista, “la masiva ola migratoria que ha sacudido al país”, con más de un millón y medio de cubanos habiendo abandonado la Isla y que ha supuesto de facto, para muchos, “un proceso de reunificación familiar”. Es decir, se fueron los que más recargaban.

“Hay que recordar que el servicio roaming que se les cobra a los turistas que visitan la Isla es otra de las fuentes importantes de ingresos de Etecsa”

El tercer elemento es la caída del turismo, más de la mitad respecto a las cifras de 2019, antes de la pandemia de covid-19, con la que inició una debacle de la que Cuba aún no se recupera. “Hay que recordar que el servicio roaming que se les cobra a los turistas que visitan la Isla es otra de las fuentes importantes de ingresos de Etecsa”, indica Morales.

Para el analista, presidente de Havana Consulting Group, el tarifazo tiene dos objetivos fundamentales: “Tratar de incrementar, a costa del exilio cubano, las ganancias de uno de los canales financieros más lucrativos de Gaesa, sobre todo cuando sus otros ingresos, por turismo y remesas, han descendido estrepitosamente” y “limitar la capacidad de acceder a información”, conteniendo el “potencial de comunicación nacional de la población cubana ante la posibilidad real de que surja una chispa” que provoque una protesta masiva como la del 11 de julio de 2021.

El informe insiste en el punto del verdadero dueño del monopolio de las comunicaciones, el todopoderoso conglomerado militar: “Quien dice la última palabra en Etecsa no son sus directivos ni el Estado cubano: es Gaesa”. Al respecto, rememora que a principios de 2011, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, ex yerno de Raúl Castro hoy fallecido y entonces jefe del Grupo de Administración Empresarial, compró las acciones que tenía en Etecsa la multinacional italiana Telecom Italia, que había impulsado la telefonía móvil desde los años noventa, sacándola del negocio.

De igual manera, Gaesa tomó el control de otras entidades con participación en Etecsa

De igual manera, Gaesa tomó el control de otras entidades con participación en Etecsa, como en 2013 la panameña Universal Trade & Management Corporation S.A. (Utisa), que Morales califica de “empresa de maletín mandada a crear por Fidel Castro”, o en 2016 el Banco Financiero Internacional.

A partir de 2011, prosigue el consultor, cuando se aprobaron las reformas raulistas que permitirían una cierta apertura del régimen, creció exponencialmente el sector de la telefonía móvil. “No era solo el negocio de la telefonía celular en sí, sino la cantidad de servicios que posteriormente se irían agregando, como internet, y el servicio roaming a los visitantes extranjeros, por citar los más importantes. Rápidamente el general López-Calleja visualizó que el negocio de las telecomunicaciones era una mina de oro de la cual Gaesa tendría que tomar control. Con Fidel Castro semi retirado no quedaba ningún obstáculo en el camino para paso a paso tomar el control de Etecsa”, apostilla Morales. 

Sobre ello aporta cifras: en 2018 la cifra recaudada por las recargas telefónicas fue de 317 millones de dólares y, tres años después, se había duplicado (650 millones de dólares).

Etecsa, asevera el analista, no solamente es, además, una “herramienta de control totalitario y represión”, que beneficia a todas las “organizaciones represoras” y “es responsable de los apagones de internet”. Es también la “punta del iceberg empresarial que controla Gaesa”, que, para rematar, “no contribuye al fisco en moneda convertible”.

Esta empresa, dice Morales, fue creada en Panamá por órdenes de Fidel Castro en 1978

Morales documenta que Gaesa y sus accionistas “se roban las riquezas del país” con la declaración jurada de la abogada de Cimex, Mali Suris Valmaña, que aparece en una demanda interpuesta por la petrolera estadounidense Exxon Mobil a la corporación estatal cubana y a Cupet. En ella Suris Valmaña indica que ocupa el cargo de secretaria de la junta directiva tanto de Cimex-Cuba como de la Corporación Cimex S.A., “una sociedad anónima organizada de conformidad con las leyes de la República de Panamá”.

Esta empresa, dice Morales, fue creada en Panamá por órdenes de Fidel Castro en 1978. Entonces, pormenoriza, “servía para operaciones ilegales de comercio y traspasar dólares a Cuba. Cuando en 1995 se establece que aquella es la empresa principal y las entidades Cimex en Cuba son sus sucursales se invierte la lógica del flujo de dinero: se extrae en Cuba y va a parar a Panamá a accionistas privados (“sociedad anónima”) y de ahí a bancos en paraísos fiscales”.

Todo esto, sentencia el autor del informe, “era una posibilidad lucrativa a partir de 1993”, caído el Muro de Berlín y en pleno Período Especial, cuando empezó la dolarización. La empresa servía, así, para captar las divisas que llegaban al país “por medio de remesas, turistas y otras vías”.

Después de resumir la crisis sistémica en la que se halla sumida la Isla –“en bancarrota total”, habiendo perdido sus líneas de crédito, con su matriz energética “en ruinas” y su manufactura “obsoleta”, o su sistema de salud “colapsado”–, el informe insta a pedir transparencia “no solo a Etecsa, sino a los bribones que hoy se hacen ricos a costa de la creciente miseria ciudadana”. Y predice “casi con certeza” que la “insumisión estudiantil” contra Etecsa “tendrá consecuencias”.

“Estas protestas comenzaron siendo dirigidas contra el abuso de una empresa y han devenido en la práctica en una mayor comprensión de que los ciudadanos cubanos viven bajo un estado mafioso en que solo cuentan las ganancias de una elite y no el desarrollo nacional ni las necesidades de la población”, concluye Morales.