El temor a una epidemia lleva a las autoridades cubanas a organizar una campaña de "higienización"

Basura

En La Habana se recogieron más de 35.000 metros cúbicos de basura amontonada durante meses en las calles

Basura regada en la calle Industrias, Centro Habana.
Basura en la calle Industrias, Centro Habana. / 14ymedio
14ymedio

07 de octubre 2025 - 09:03

Madrid/Tal vez Diosdado Venero Cruz, un sencillo barrendero de Cienfuegos, jamás imaginó que sería el protagonista de un video en el Noticiero Estelar por su trabajo, pero a día de hoy su labor se ha convertido en la más importante de la Isla. A juicio de este empleado de Comunales, el descuido de la población –que tira la basura a deshora o donde no debe– en poco ayuda a las alarmantes carencias con las que la empresa debe mantener la salubridad del municipio, mientras los virus se expanden por el país. 

La ciudad, según Canal Caribe, tuvo una vez el honor de ser la más limpia de Cuba, pero hoy los vertederos forman parte de su paisaje, como ocurre por toda la geografía del país.

El subdirector de Comunales lamenta que el Gobierno ni siquiera manda inspectores ni multa y que enfrentan una situación de extrema precariedad por la falta de mano de obra, motivo por el que han movilizado desde hace meses a personas de “tarea confianza”, como se denomina al programa de trabajo de presos. 

El director de Comunales afirma que desde hace años también se han aliado con empresas de la construcción, que tienen maquinaria industrial con la que retirar las enormes cantidades de basura. Según explica, hay más de 96 zonas consideradas microvertederos, que aunque se eliminen se reproducen. El directivo es muy claro en su planteamiento: es imposible recoger la basura de manera diaria porque ni hay vehículos ni equipos ni combustible. A su juicio, la única solución es que se cumpla la ley y que el Estado mande refuerzos. 

Los cinco minutos que dura el video tienen la imagen de fondo de auténticas avalanchas de basura, un tema que alarma, tardíamente, a las autoridades

Los datos son demoledores: la provincia debe tener una plantilla de 290 barrenderos, pero solo hay 160; la ciudad necesita 200, pero hay 93. El salario promedio es de 3.700 pesos (unos ocho dólares), poco más de lo que costaba en el mercado de La Calzada de esa ciudad el cartón de huevos la última semana de septiembre. Diosdado Venero, el héroe del reportaje, ha decidido asumir tres rutas él solo, y por eso se lleva 8.000 pesos. 

Los cinco minutos que dura el video tienen la imagen de fondo de auténticas avalanchas de basura, un tema que alarma, tardíamente, a las autoridades hasta el punto de que este fin de semana Miguel Díaz-Canel se hizo con pala y rastrillo para dar ejemplo del esfuerzo con el que hay que mantener la salubridad en las ciudades. Sobre la capital, sumida entre montañas de desperdicios desde hace años –como ha denunciado este diario, entre otros medios independientes hasta que la prensa oficial se apuntó a la evidencia– se cierne la amenaza de una situación epidemiológica tan grave como la de Matanzas, hacia donde este lunes se movilizó otro ejército de salvación, esta vez sanitario.

“Grupos de profesionales de la salud llegarán a Matanzas para apoyar en el enfrentamiento a la complicada situación epidemiológica de la provincia. Varios municipios [esta provincia]

presentan cifras elevadas de enfermos a consecuencia de la proliferación de mosquitos”, anunció el periodista Lázaro Manuel Alonso en sus redes sociales. Ya lo había advertido Díaz-Canel: “Todo el mundo desplegado en el terreno”, dijo, según la prensa, en referencia a La Habana y Matanzas, “golpeada también por arbovirosis”.

Un día después de estar barriendo las calles de la capital, Díaz-Canel mantuvo un encuentro con las autoridades de la provincia en la que hizo balance de la tarea, así como de otros asuntos colaterales que influyen en la fatal situación vírica del país, incluyendo el abastecimiento de agua. Este fin de semana se recogieron más de 35.000 metros cúbicos de residuos en la ciudad –según el reportaje de Canal Caribe, 500 genera Cienfuegos a diario, el doble si se suman los de la construcción–, lo que requirió la movilización de 910 medios, de los que 822 fueron “aportados por organismos”. 

No se explicó de dónde, pero también aparecieron 119 pipas de agua, que suponen 47 más de las que había hasta esa fecha. La viceministra primera, Ines María Chapman Waugh, afirmó que los problemas de abastecimiento se irán solucionando progresivamente, e, incluso aseguró que solo este fin de semana hubo 111.023 personas menos afectadas por la falta de suministro, aunque hay 156.725 que siguen igual.

“El reto fundamental –dijo Díaz-Canel en un discurso pretendidamente motivador– consiste en transformar estas movilizaciones en una estrategia sostenible y sistemática que combine de manera efectiva la voluntad política, la asignación de recursos, la eficiencia institucional y la corresponsabilidad ciudadana. La Habana debe seguir trabajando con la responsabilidad ciudadana, que todos se incorporen al movimiento Por una Habana más limpia y saludable”. 

En la misma línea se mostró Marrero, que destacó la importancia de “dar respuesta a dificultades como el bajo coeficiente de disponibilidad técnica de los vehículos especializados de Comunales”

En la misma línea se mostró Marrero, que destacó la importancia de “dar respuesta a dificultades como el bajo coeficiente de disponibilidad técnica de los vehículos especializados de Comunales”, aunque no explicó cómo ni quiénes deben cargar con la responsabilidad de proveer de lo que escasea.

El ejercicio de higienización y la solución de otros problemas de la capital está mostrando “nuestras propias insuficiencias”, admitió en tono más apagado Díaz-Canel. “Hay cosas que hay que hacer día a día y no se hacen”, añadió, lamentando que no haya “cultura del detalle”. 

Aunque la preocupación por la situación epidemiológica en Matanzas es extrema en este momento, los reportes de virus de todo tipo llegan por redes sociales desde todos los extremos de la Isla. La falta de luz, los problemas de abastecimiento con el agua, la mala recogida de basura y la defectuosa fumigación son el caldo de cultivo ideal para las enfermedades. Pero La Habana, con más de 1.750.000 habitantes, preocupa. Y mucho. 

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