Toneladas de mármol abandonadas en el puerto de la Isla de la Juventud

Exportaciones

Al mismo tiempo, los datos oficiales indican que este año Cuba ha importado este material desde EE UU

Entre 400 y 500 toneladas de mármol se encuentran estancadas entre la fábrica y el puerto.
Entre 400 y 500 toneladas de mármol se encuentran estancadas entre la fábrica y el puerto. / Islavisión
14ymedio

12 de agosto 2025 - 05:57

Madrid/Desesperados por exportar su mármol, los productores de la Isla de la Juventud enfrentan serias dificultades. Año tras año, se hacen reportajes grandilocuentes sobre el “esfuerzo de los trabajadores” y “el compromiso de las empresas productoras". Sin embargo, con una maquinaria obsoleta, el éxodo de mano de obra especializada y las torpezas de las autoridades para trasladar la producción hasta La Habana, resulta bien difícil alcanzar el sueño de sacarle algunos dólares al llamado “oro gris”. 

Entre 400 y 500 toneladas de mármol se encuentran estancadas entre la fábrica y el puerto. Esta situación retrasa las obras y debilita la reputación de la empresa pinera. El pasado mes de julio, el periodista Dagoberto Consuegra realizó un reportaje para el telecentro Islavisión donde denunciaba el abandono del material en el puerto de Nueva Gerona. Desde mayo, el lote esperaba ser trasladado hacia la capital, sin éxito. Y este lunes, la emisora local Radio Caribe ha afirmado que todo sigue exactamente igual. 

En el reportaje para Islavisión, el director de la unidad empresarial Mármoles Isla se lamentaba de la situación: “Perdemos credibilidad con el cliente. Siente que aceptó la factura, que pagó, y no recibe la mercancía. Creo que eso no es bueno para el prestigio de la empresa ni para el esfuerzo de los trabajadores”, afirmó.

“Perdemos credibilidad con el cliente. Siente que aceptó la factura, que pagó, y no recibe la mercancía. Creo que eso no es bueno para el prestigio de la empresa ni para el esfuerzo de los trabajadores"

Y la denuncia en Radio Caribe añade que, con el dinero obtenido, planeaban renovar una tecnología con 40 años de antigüedad, comprar un nuevo telar y una pulidora, así como mejorar el salario de sus trabajadores. “La Isla de la Juventud crea un mal precedente –dijo el medio oficialista, en tono crítico–; de qué manera gestionar a nivel de país que esta entidad puede convertirse en un polo exportador, con un primer cliente como Rusia, si hoy por hoy no sale su producción del puerto pinero”.

Las colinas grises de la Isla de la Juventud han guardado un tesoro geológico que ha dado forma y belleza a monumentos como el túnel de La Habana, la Plaza Cívica José Martí –actual Plaza de la Revolución– o edificaciones en Varadero. Fue descubierto en 1834 por un francés apellidado Chateaux en la Sierra de Caballos, cuando buscaba oro sin imaginar el legado pétreo que encontraría.

Los primeros intentos de explotación comercial datan de 1845, con la llegada de las primeras máquinas de vapor a la ribera del arroyo Brazo Fuerte. En las décadas siguientes, el mármol se integró al paisaje local –en parques, esculturas, senderos, y construcciones– y se convirtió en símbolo de identidad y permanencia. Su resistencia al clima y su capacidad de pulido espejo lo hacen especialmente valioso como material de construcción y arte.

Durante los años ochenta se impulsó la industria local con la apertura del Combinado Nelson Marrero, marcando un salto en la producción estructurada del recurso. También se estimó en 2020 que las reservas del mármol gris Siboney superan los 348.000 metros cúbicos y las del Perla otros 210.000, suficientes para décadas de explotación.

Pero los excesos en su uso decorativo en cementerios e instituciones del Estado le fueron creando al producto muy mala fama, llegando a ser nombrado “mármol de funeraria”. En 2011, un reportaje del periódico Juventud Rebelde intentaba culpar a los albañiles de esa leyenda negra. “El mármol de la Isla de la Juventud es de color gris (Perla o Siboney) y a muchos no les gusta porque lo ven en los hospitales, la policía, cementerios… Pero el problema no es de la piedra, sino de la colocación. El albañil suele poner las losas como albañil y no mira la obra como un artista”, decía el medio oficialista. 

Pero los excesos en su uso decorativo en cementerios e instituciones del Estado le fueron creando al producto muy mala fama, llegando a ser nombrado “mármol de funeraria”

Los nuevos ricos de la Cuba actual prefieren evitarlo. Por eso no sorprende que, en el primer semestre de este año, se importaran materiales desde EE UU por valor de 23.521 dólares, incluyendo el mármol. La llegada al país del porcelanato, que imita cualquier material, se puede adquirir en losas de gran tamaño, es más manejable y no pesa tanto, también ha sido un duro golpe para el mármol local.

En 2020, la UEB de Isla de la Juventud, bajo la marca Roca Real, envió un lote de losas abujardadas para su evaluación. No tenían en la mira el mercado nacional, sino la meta de exportar al Caribe, Europa y Norteamérica. También surgieron intenciones comerciales hacia Rusia y Eslovaquia.

Un avance palpable ocurrió en 2021, cuando realizó su primera exportación a Trinidad y Tobago, con voluntad de crecer en 2022. Sin embargo, la realidad rompe en pedazos los planes de los productores. “Qué montan o no en la patana deberían repensarse y poco a poco crear condiciones para que el mármol cruce del puerto pinero al de Batabanó”, denunció la emisora local. Hasta que el lastre logístico, burocrático y tecnológico no se supere, exportar seguirá siendo una promesa, atrapada en bloques que no llegan al mar.

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