La triste realidad de los jubilados cubanos en el Día Internacional de la tercera edad

Foto del día

Ancianos pidiendo limosnas en las calles y pensiones miserables que no dan para alimentarse

Muchos de los que entregaron sus mejores años e ideas, hoy contemplan decepcionados la miseria y el abandono que los rodea.
Muchos de los que entregaron sus mejores años e ideas, hoy contemplan decepcionados la miseria y el abandono que los rodea. / 14ymedio
14ymedio

01 de octubre 2025 - 17:20

La Habana/Con el pelo encanecido, la ropa deteriorada y la mirada perdida, un hombre descansaba este miércoles en un muro de la avenida Carlos III, fundido con el paisaje de deterioro que lo rodeaba. Otra anciana, en silla de ruedas, sostenía un cartel en sus manos que decía: “Ayuda para alimentarme”. En la misma acera, un mensajero octogenario avanzaba lento, con su bastón, para repartir las compras que otros le habían encargado. Estas son algunas de las imágenes de este 1 de octubre en Cuba, declarado por la ONU como Día Internacional de las Personas de Edad.

En un país donde la pirámide poblacional se invierte aceleradamente, los jubilados sobreviven con pensiones que apenas cubren el costo de una barra de pan y una libra de arroz. Muchos de los que entregaron sus mejores años e ideas a la promesa de “justicia social” y “dignidad” hoy contemplan decepcionados la miseria y el abandono que los rodea.

Una de las historias que mejor ilustra esta contradicción es la del alto precio del antianémico Trofin en las farmacias internacionales de La Habana, mientras su creador, el doctor Raúl González Hernández, vende café en la calle para subsistir.

Según cifras oficiales, más del 22% de la población cubana supera los 60 años.
Según cifras oficiales, más del 22% de la población cubana supera los 60 años. / 14ymedio

La denuncia, realizada hace unos meses por su hija Elizabeth, puso en evidencia la realidad de muchos profesionales retirados. A sus 80 años, el investigador que encabezó el desarrollo de un medicamento registrado y aplicado durante décadas, y que figura en los catálogos de exportación de la biotecnología cubana, es un vendedor ambulante para complementar su exiguo retiro. 

Mientras, el frasco de Trofin se vende este miércoles a 21 dólares, equivalente a tres meses de pensión de un jubilado cubano.

El propio creador del medicamento –cuyo nombre figura en artículos científicos y estudios clínicos desde los años noventa– no tiene acceso garantizado a su invento ni reconocimiento económico por la autoría. En el modelo cubano, las patentes quedan en manos de las instituciones estatales y los investigadores apenas reciben diplomas o menciones honoríficas.

Según cifras oficiales, más del 22% de la población cubana supera los 60 años, y las proyecciones para 2030 anticipan que la Isla será uno de los países más envejecidos de América Latina. Sin embargo, las políticas sociales y de salud no acompañan ese fenómeno. La escasez de medicinas básicas y las pensiones que se esfuman en un par de días, se suman al éxodo masivo de jóvenes. Para algunos, irse del país es la única vía de poder ayudar económicamente a sus familiares en Cuba; para los ancianos, es casi una condena a morir en soledad.  

Un mensajero octogenario avanzaba lento, con su bastón, para repartir las compras que otros le habían encargado.
Un mensajero octogenario avanzaba lento, con su bastón, para repartir las compras que otros le habían encargado. / 14ymedio

En medio de esa crudeza, el mercado de medicinas en dólares levanta un muro adicional. Las farmacias internacionales, administradas por el conglomerado Gaesa, ofrecen suplementos importados, medicamentos de marca y productos de cuidado personal, solo, eso sí, en dólares en efectivo o tarjetas en divisas, un privilegio reservado para quienes reciben remesas o trabajan en sectores vinculados al turismo.

Del otro lado de la calle están las farmacias estatales, en pesos, pero vacías. Desde hace meses escasean los antihipertensivos más recetados, los ansiolíticos o los analgésicos básicos. En los últimos días de septiembre, otro reconocido científico, el neurólogo Néstor Pérez Lache, de 85 años, se arrojó al vacío desde el puente de Santa Catalina y Vento, en La Habana, poniendo fin a su vida

La Cuba oficial repetirá consignas este 1 de octubre y pondrá flores en los bustos de sus héroes. Pero en la otra Cuba, la de los viejos que sobreviven con pensiones de miseria, la de los científicos abandonados y la de las farmacias dolarizadas, no habrá motivos para festejar. 

También te puede interesar

Lo último

stats