Trump restringe la entrada de cubanos a EE UU, además de vetar a nacionales de doce países
Frontera
La medida entrará en vigor el 9 de junio y se justifica por motivos de seguridad nacional
Madrid/El presidente de EE UU, Donald Trump, firmó este miércoles una proclamación por la que restringe la mayoría de visados para cubanos que desean entrar en esa nación, además de a los ciudadanos de otros seis países. El documento incluye, asimismo, la prohibición total de 12 nacionalidades. "Estas restricciones distinguen, pero se aplican tanto a la entrada de inmigrantes como a la de no inmigrantes", indica el texto, esperado desde que en marzo trascendió un borrador que adelantaba esta nueva política.
Los 12 países para los que se elimina cualquier tipo de visado son Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Para todos se esgrimen motivos de seguridad nacional y antiterrorismo, y tienen también en común la ausencia de un Gobierno que pueda garantizar –ya sea por falta de autoridades competentes y centralizada como por falta de cooperación decidida– una información fiable sobre sus nacionales.
Del mismo modo, otros siete países verán restringidas sus visas, estando Cuba dentro de este grupo. En el caso concreto de la Isla se alude, en primer lugar, a su pertenencia a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo que elabora el Departamento de Estado. “El Gobierno de Cuba no coopera ni comparte suficiente información policial con Estados Unidos”, reprocha el documento, que también recuerda la tradicional negativa de la Isla a aceptar las deportaciones, a pesar de que en 2024 recibieron a 1.384, de los que 978 llegaron desde EE UU.
En el caso concreto de la Isla se alude, en primer lugar, a su pertenencia a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo que elabora el Departamento de Estado
“Según el Informe de Exceso de Estadía, Cuba tuvo una tasa de permanencia excesiva con visas B1 y B2 del 7,69%, y con visas F, M y J, del 18,75%”, especifica el texto. En consecuencia, EE UU suspende la entrada de cubanos con visas B1 y B2 (negocios y turismo, respectivamente), F y M (estudios académicos y técnicos), y J (intercambios culturales). “Los funcionarios consulares reducirán la validez de cualquier otra visa de no inmigrante emitida a nacionales de Cuba en la medida permitida por la ley”, añade el apartado.
En el extenso documento hay una sección para las excepciones, que son hasta nueve. Entre ellas, hay una que ha estado en el centro de las preocupaciones de muchos cubanos desde que empezó a circular el borrador de esta proclamación. “Se impide suspender o limitar la entrada de residentes legales en EE UU”, dice el texto, templando los temores de quienes temían viajar a la Isla por cualquier razón y que se les negara la entrada posteriormente.
Junto a ellos, están exentas las personas con doble nacionalidad, extranjeros con otras visas –funcionarios de los respectivos países o de organizaciones internacionales–, atletas, familiares de residentes, personas involucradas en procesos de adopción, además de los visados especiales para afganos y para empleados extranjeros del Gobierno estadounidense; y minorías perseguidas en Irán.
La proclamación entra en vigor el próximo 9 de junio y no se podrán suspender ni revocar las visas que se hubieran emitido con fecha anterior. Tampoco afecta a refugiados ni impide solicitar asilo de acuerdo a la ley.
En un largo preámbulo, Trump argumenta que ya en 2017, durante su primer mandato, limitó la entrada de personas procedentes de varios países –concretamente fueron Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, además de algunos casos concretos de Corea del Norte y Venezuela– y se jacta de que la medida fue todo un éxito –aunque no hay manera de demostrarlo– porque impidió llegar a personas potencialmente peligrosas.
“Estados Unidos debe garantizar que los extranjeros admitidos, y los que ya se encuentran en el país, no muestren actitudes hostiles hacia sus ciudadanos, cultura, Gobierno, instituciones o principios fundacionales, y que no defiendan, ayuden ni apoyen a terroristas extranjeros ni a otras amenazas a nuestra seguridad nacional”, argumenta.
“Estados Unidos debe garantizar que los extranjeros admitidos, y los que ya se encuentran en el país, no muestren actitudes hostiles hacia sus ciudadanos, cultura, Gobierno, instituciones o principios fundacionales"
Bajo este principio, encomendó a sus funcionarios, como adelantó The New York Times en marzo, que elaborasen en un plazo de 60 días un informe en el que se consignaran los países que que no aportan suficiente información sobre los viajeros o que mantienen prácticas inadecuadas de seguridad en lo que respecta a la emisión de pasaportes y otorgamiento de ciudadanía. "No podemos permitir la migración abierta desde ningún país donde no podamos realizar una evaluación y un control seguro y confiable", dijo Trump en una declaración en video emitida este miércoles a la hora de anunciar la proclamación.
También pasan a esta lista negra "los ciudadanos de algunos países que representan un riesgo significativo de permanecer en Estados Unidos más tiempo del permitido por sus visas, lo que aumenta la carga para los departamentos de inmigración y aplicación de la ley y, a menudo, agrava otros riesgos relacionados con la seguridad nacional y la seguridad pública".
En otro documento fechado este miércoles, Trump suspendió también las visas para estudiantes con el “propósito de cursar estudios en la Universidad de Harvard o de participar en un programa de intercambio auspiciado” por ella. “Este Departamento de Justicia defenderá enérgicamente la proclamación del presidente que suspende la entrada de nuevos estudiantes extranjeros en la Universidad de Harvard por motivos de seguridad nacional”, sostuvo la fiscal general Pam Bondi en una publicación en X.
La funcionaria consideró que es un privilegio y no un derecho estudiar en la prestigiosa Universidad, enfrentada con el presidente, que considera que el centro no cumple con sus exigencias. En un comunicado difundido la noche del miércoles y recogido por AP, Harvard afirma que “seguirá protegiendo a sus estudiantes internacionales”. “Este es otro paso ilegal y retaliatorio por parte del Gobierno, en violación de los derechos que garantiza la Primera Enmienda”, señalaron las autoridades universitarias.
En lo que respecta a la proclamación que afecta a Cuba, no hay respuesta por el momento, pero las relaciones bilaterales están más deterioradas que nunca, incluso a nivel diplomático, después de que el oficialismo haya arremetido contra el encargado de negocios de EE UU en Cuba, Mike Hammer por sus reuniones y visitas a opositores y ciudadanos críticos con el régimen de la Isla.
El Departamento de Estado convocó a la embajadora cubana en Washington, Lianys Torres Rivera, el pasado viernes para expresarle su rechazo por esta arremetida contra Hammer
Este miércoles, Martí Noticias dio a conocer que, según fuentes con conocimiento, el Departamento de Estado convocó a la embajadora cubana en Washington, Lianys Torres Rivera, el pasado viernes para expresarle su rechazo por esta arremetida contra Hammer y otros integrantes del personal diplomático estadounidense. “Ellos pueden viajar por todo el país, y nuestro embajador también”, transmitieron, presuntamente, a la diplomática en la cita.
El medio, con sede en Miami, no pudo confirmar oficialmente la información, pero un portavoz de la cartera de Marco Rubio dijo: “Nos oponemos al hostigamiento del régimen cubano contra el jefe de misión Mike Hammer y el personal de la Embajada de EEUU en La Habana por realizar funciones diplomáticas normales, tal como lo autoriza la Convención de Viena”.
El Departamento de Estado argumentó que la Embajada de Cuba en Washington mantiene las reuniones que cree convenientes sin ninguna injerencia por parte de la Administración. “Las quejas sobre la conducta del embajador Hammer no están justificadas. Todo se basa en el principio de reciprocidad y está plenamente respaldado por la normativa internacional que rige la diplomacia”, añadió el Departamento de Estado.