Parrandas, cuerpos y sonidos: diez años de Estudio ST

Cine

La productora cubana comparte gratis cinco de sus películas y recorre una década clave del cine independiente

La productora se ha consolidado como uno de los espacios más activos del cine cubano independiente.
La productora se ha consolidado como uno de los espacios más activos del cine cubano independiente. / 14ymedio/Cortesía
14ymedio

27 de diciembre 2025 - 16:31

Ciudad de México/La productora Estudio ST anunció en redes sociales que del 24 al 28 de diciembre dejará disponibles de manera gratuita en su canal de YouTube cinco de sus películas, en una iniciativa que coincide con su décimo aniversario. Fundada en La Habana y actualmente radicada en Madrid, la productora se ha consolidado como uno de los espacios más activos del cine cubano independiente, habiendo apostado durante una década por películas realizadas al margen de las estructuras oficiales y por una mirada autoral que ha encontrado en los márgenes un territorio fértil.

Durante estos días podrán verse títulos como Blue (2023) de Violena Ampudia, El rodeo (2021) de Carlos Melián, El niño de goma (2020) de Marcos Díaz, El secadero (2019) de José Luis Aparicio y ¿Qué remedio? La Parranda (2018) de Daniela Muñoz. Este conjunto permite recorrer distintas etapas de una productora que ha funcionado como espacio de impulso y acompañamiento para una nueva generación de cineastas cubanos, hoy todos en la diáspora, por cierto.  

La productora ha funcionado como impulso para una nueva generación de cineastas

Dentro de la selección de películas, ¿Qué remedio? La Parranda destaca por ser la más antigua de todas y la primera obra de Daniela Muñoz, realizada como tesis de graduación en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual. El filme que muestra los preparativos de las parrandas de Remedios en Villa Clara, registra el ruido constante, la tensión creciente y la explosión final de la celebración a través de una cámara, hecha por la propia directora, que permanece cerca de los cuerpos y del trabajo colectivo, mientras el sonido envuelve al espectador y se convierte en una experiencia física que permite sentir la fiesta desde dentro. 

Este uso del sonido resulta todavía más llamativo considerando que Muñoz padece hipoacusia, una condición que también influye en el enfoque de sus filmes posteriores, desde el retrato íntimo de Mafifa (2021) -donde sigue la historia de una legendaria percusionista de Santiago de Cuba pese a no poder escuchar plenamente los instrumentos que filma- hasta 4 hoyos (2023), en el que su interacción con un protagonista con dificultades auditivas integra los malentendidos y las tensiones sonoras en la narrativa. Esta película no busca explicar la fiesta sino acompañarla, y el relato fluye con el ritmo de la comunidad y la intensidad emocional de sus participantes.

En uno de los momentos más impactantes del documental, un vecino recuerda con una mezcla de solemnidad y simpatía la historia de una muchacha de quince años que murió hace años cuando se quemó su carroza. Con tono serio pero con cierta resignación y humor, comenta a la cámara de Daniela: "Todas las grandes causas tienen mártires y a la parranda de Remedios le faltaba un mártir".

Esta película funciona como un testimonio de uno de los grandes tesoros que Cuba aún preserva.
Esta película funciona como un testimonio de uno de los grandes tesoros que Cuba aún preserva. / 14ymedio/Cortesía

Las parrandas se celebran cada 24 de diciembre y dividen históricamente al pueblo en dos bandos rivales, El Carmen y San Salvador, que corresponden a barrios de la ciudad. Durante esa noche, la ciudad se transforma en un escenario de competencia simbólica donde la música, las carrozas y los fuegos artificiales ocupan por completo el espacio público. Las parrandas consisten en recorridos musicales por las calles del pueblo, en los que los vecinos de cada barrio visitan las casas del otro, cantando, tocando instrumentos típicos como tambores, güiros y trompetas, e improvisando versos que alaban a su propio grupo y desafían al rival. 

Cada recorrido incluye paradas estratégicas en plazas y sitios emblemáticos, donde se realizan presentaciones coreografiadas y se encienden cientos de fuegos artificiales o voladores -como le llaman popularmente los locales- que representan uno de los momentos de mayor competencia entre los barrios.

El origen de la celebración se remonta al siglo XIX, cuando surgió como una estrategia para mantener despiertos a los habitantes y garantizar su asistencia a la Misa de Gallo. Con el tiempo, la fiesta fue creciendo y desprendiéndose de su carácter religioso hasta convertirse en una tradición profundamente arraigada, organizada y defendida por el propio pueblo. Hoy, la Iglesia ya no dirige la celebración y son los vecinos quienes asumen su continuidad como un asunto colectivo, manteniendo viva la rivalidad simbólica, la creatividad musical y el despliegue pirotécnico que caracteriza a las parrandas de Remedios.

Reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, las parrandas de Remedios siguen siendo uno de los rituales más antiguos y singulares de la Isla. En ese sentido, esta película funciona como un testimonio temprano de uno de los grandes tesoros culturales que Cuba aún preserva, una tradición que insiste en mantenerse viva incluso en estos tiempos tan oscuros.

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