La Cinemateca de Cuba estrena nueva sede

Después de 55 años, la institución se muda al cine 23 y 12

El cine 23 y 12, la nueva sede de la Cinemateca. (14ymedio)
El cine 23 y 12, la nueva sede de la Cinemateca. (14ymedio)
Luz Escobar

23 de febrero 2015 - 07:50

La Habana/La Cinemateca de Cuba ha sido durante años el templo donde los amantes del cine tienen la oportunidad de deleitarse con ciclos de los mejores directores de la historia del séptimo arte. Justo ahora, cuando cumple sus 55 años, abandona su sede tradicional del cine Charles Chaplin. El nuevo lugar elegido para instalar esta emblemática institución fue el cine 23 y 12, en el cual se tiene previsto, además, abrir varios espacios interiores como el Café Buñuel o la librería Gérard Philipe.

Según Luciano Castillo, su actual director, esta del 23 y 12 es una sala que se aviene más al público de la Cinemateca. Por sus declaraciones a varios medios oficiales se adivina la idea de que en la sala Chaplin sobraba espacio para los pocos adeptos a su selecta programación. Es como si solo se tratara de metros cuadrados y en la decisión no haya pesado en lo más mínimo la tradición de ese pequeño, pero fiel, grupo de personas que ahora se siente traicionado.

"La verdad es que me dan ganas de llorar", dice Alicia, de 52 años, "son muchos años viniendo aquí y ahora no es lo mismo". Carlos, de 32 años, se centra más en la tecnología y se pregunta si ahora pensarán en proyectar en formatos de mayor calidad que nos sea solo el DVD, "porque si no para eso, me quedo en mi casa y lo veo cómodamente en mi televisor. Hace falta que consigan copias en Blu-ray o DCP, porque de las originales en 35mm ya no queda casi nada".

Durante años el archivo de la Cinemateca ha sufrido en demasía la ausencia de las condiciones ideales para su conservación. Títulos importantes de la cinematografía cubana e internacional han quedado reducidos a una copia y, en muchos casos, perdidos totalmente. La empresa encargada de la distribución y conservación del patrimonio fílmico de manera general no cuenta ni remotamente con las condiciones de climatización y de personal especializado que una entidad como esta necesita. No se trata solamente de conservar lo que, de hecho, ya es patrimonio, sino también de proteger lo que, algún día, lo será.

Otro tema a su pesar es la misma programación. Se necesita imperiosamente de más riesgo a la hora de escoger títulos y temáticas. Se nota, desde hace tiempo, una increíble falta de atrevimiento a la hora de mirar al panorama contemporáneo.

Títulos importantes de la cinematografía cubana e internacional han quedado reducidos a una copia y, en muchos casos, perdidos totalmente

Entre las iniciativas que la institución se plantea para solucionar estos problemas, está la creación de diversos espacios especializados, como el recientemente inaugurado Cineclub Orson Welles. A partir de ahora, cada martes, el público podrá disfrutar de una selección de lo mejor del cine cubano de todos los tiempos y pronto comenzará otra jornada fija dedicada al documental, que será dirigida por Antonio Mazón.

Para el mes de julio la Cinemateca organizará el festival Chaplin en La Habana, que será una gran fiesta para los cinéfilos. En este evento, no solo estará implicado el cine sino también la música, las artes escénicas y las artes plásticas. Esta iniciativa tuvo lugar muy lejos de Cuba, exactamente en Australia, de la mano de un coleccionista muy relacionado a la gran figura que fue Chaplin.

La pequeña sala de vídeo Charlotte, enclavada en el cine Charles Chaplin, seguirá siendo la sede de Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica y continuará con las funciones alternativas de la Cinemateca que tienen lugar el segundo jueves de cada mes.

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