Daranas seduce al público cubano con su filme sobre el Periodo Especial

Lo más certero de la película es que logra conectar con el público cubano en un plano de complicidad, reconocimiento e identificación

Ernesto Daranas, director del film. (14ymedio)
El cineasta Ernesto Daranas acudió a la proyección y lamentó que el cine Yara no tuviera una tecnología de "óptima calidad" tanto para la imagen como para el sonido. (14ymedio)
Luz Escobar

15 de diciembre 2017 - 22:57

La Habana/Sergio & Serguéi llegó finalmente al público y la sala repleta del cine Yara acogió el jueves la película de Ernesto Daranas entre aplausos, risas y lágrimas. La exhibición de la obra del director cubano, presentada dentro del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, había quedado frustrada el pasado domingo por una avería del proyector del cine Chaplin.

El cineasta, cuya película anterior, Conducta, recibió muchos premios, acudió a la proyección y lamentó que el Yara no tuviera una tecnología de "óptima calidad" tanto para la imagen como para el sonido.

Esta "es una película para sonreír [y] para pensar", puntualizó el productor de la obra sobre el film, que fue presentado a nivel mundial en la sección oficial de la última edición del Festival Internacional de Cine de Toronto. La cinta refleja "una crisis que aún no termina", en alusión a un cercano pasado cuyos ecos aún resuenan en la Cuba de hoy.

Con un guion del propio director y Marta Daranas, la trama de Sergio & Serguéi se ubica en La Habana de 1991 cuando comienza el Periodo Especial. Sergio es un profesor de marxismo y radioaficionado, mientras que Serguéi, un cosmonauta que viaja al espacio siendo soviético y regresará a la Tierra como un ruso, pasa días de angustia en la averiada estación orbital Mir.

Con un guion del propio director y Marta Daranas, la trama de 'Sergio & Serguéi' se ubica en La Habana de 1991 cuando comienza el Periodo Especial

Sergio & Serguéi se comunican por radio ayudándose mutuamente a pesar de las adversidades que viven y de las complejas circunstancias de sus respectivas naciones. En la tierra, la brutal crisis económica provocada en Cuba por el derrumbe de la URSS agudiza la paranoia de Sergio, que huye de sus perseguidores al servicio de la Seguridad del Estado.

Para Mario Guerra, el actor que interpreta al vigilante Ramiro, resulta "castrante" el trabajo que realiza la policía política en Cuba y confiesa que le gusta que la gente se ría de "una persona tan tarada" como esa.

"Hay cosas que no merecen ser tomadas en serio", dijo Daranas a propósito del tono de farsa en el que es abordado el personaje del seguroso. Durante el encuentro el director también mencionó que la película todavía no tiene fecha de estreno en las salas cubanas, pero sí en España, que se estrenará en 2018 según confirmó la coproductora Mediapro.

Para la realización de Sergio & Serguéi el realizador dijo haberse inspirado en esos "personajes de opereta" que irrumpen constantemente en la vida cotidiana y en los sueños de la gente, y aprovechó el encuentro para decir que se negaba a tomar en serio a "los extremistas de siempre" y a "los controladores".

La película logra efectos especiales muy dignos de los que bien puede sentirse orgulloso el equipo de realización, además de contar con un excelente diseño de sonido y de tener el mérito de haber contratado a un actor de la talla de Ron Perlman para interpretar a Peter, un periodista estadounidense que vive en Nueva York y al que le interesa investigar la propaganda del programa espacial de su país, y que acabará contactando con Sergio.

Esta película es para Daranas una historia "sobre la amistad" y "de gente buena que se merece lo mejor"

El veterano actor norteamericano describe a su personaje como "un periodista judío cuasi revolucionario viviendo en New York" que devela "las diferentes formas de corrupción del gobierno norteamericano". Perlman tuvo que firmar "más de tres mil papeles" para obtener el permiso de la Asociación de Actores de los Estados Unidos y trabajar en una producción cubana.

Sin embargo, más allá de la ficción recreada o de la amalgama de nacionalidades del reparto de la película, lo más certero del filme es que logra conectar con el público cubano en un plano de complicidad, reconocimiento e identificación.

"No quiero que mi hija crezca viendo esto" dice Sergio en la pantalla, y la frase genera un temblor en la sala repleta de padres y abuelos que vivieron aquellos años. El profesor de marxismo ve como el mundo que conoce se desmorona y debe pasar por encima de sus principios para mantener a la familia, una historia conocida por quienes desde las butacas no le perdieron pie ni pisada a su lucha cotidiana.

Esta película es para Daranas una historia "sobre la amistad" y "de gente buena que se merece lo mejor". Aunque en realidad se trata de un filme sobre fantasmas insepultos que recorren la vida nacional y llevan a preguntarse: ¿de qué sirvieron tantos sacrificios para llegar al desastre de hoy?

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