Gibara, luces y acción para un festival especial

La Villa Blanca de Holguín acoge esta semana un evento cinematográfico que va ganando peso con el paso de los años

La inauguración se llevó a cabo el pasado domingo día 1 de julio. (FICG)
La inauguración se llevó a cabo el pasado domingo día 1 de julio. (FICG)
Leonardo del Valle

04 de julio 2018 - 14:39

Gibara/"¿Mamita, qué es el cine?", pregunta Daniela, de cuatro años. "Una fiesta muy grande, mi vida", responde su madre, Beatriz, de 35. Y es que en eso, justamente, se convierte Gibara cada año cuando abre sus puertas el Festival Internacional de Cine (FICG).

Con su calidez y la habitual hospitalidad de sus vecinos, la Villa Blanca de Holguín, como se conoce a la ciudad, acoge la XIV edición del heredero del Festival de Cine Pobre fundado en 2003 por el cineasta Humberto Solás.

"El festival de cine hace de este pueblo un lugar verdaderamente especial, nos trae una alegría indescriptible. Yo misma soy una anciana y míreme, voy a disfrutar como si tuviera 20 años", cuenta Raquel, vecina de el barrio El Güirito.

Gibara dio la bienvenida a los delegados de esta fiesta de las artes con un desfile que recorrió varias calles de la ciudad hasta el Parque Calixto García el pasado domingo 1 de julio

Gibara dio la bienvenida a los delegados de esta fiesta de las artes con un desfile que recorrió varias calles de la ciudad hasta el Parque Calixto García el pasado domingo 1 de julio, cuando empezó la cita fílmica que se prolongará hasta el próximo día 7.

Detrás de la Banda Municipal incontables gibareños celebraron el evento en el que, además de disfrutar de películas, cortos, documentales o filmes de animación, el público tiene la posibilidad de involucrarse en exposiciones, conversatorios, conciertos, espectáculos teatrales y de danza.

El presidente del FICG, el conocido actor Jorge Perugorría, rememoró en sus palabras de bienvenida la pasión del fundador del festival con el pueblo de Gibara y la propia muestra. "Solás, que está y estará siempre junto a nosotros, soñó que el cine se desbordara con ustedes. Que no haya capacidad, que la gente esté de pie en los pasillos, porque para eso él soñó este festival y nosotros con gran orgullo queremos hacerle realidad su sueño", manifestó.

Así mismo sucedió cuando, finalizada la populosa inauguración, llegó la hora de entrar al cine y la sala Jiba se quedó pequeña para acoger a la avalancha de espectadores que querían asistir a la gala inaugural.

"Yo soy lo que aquí se conoce como gibareño ausente. Estuve en dos o tres festivales de los que organizó Solás antes de irme de Cuba. Ahora regreso y, aunque muchas cosas han cambiado, siento que esto hace felices a las personas y eso es fundamental para la vida de un pueblo", contaba Félix Eduardo, un cubano residente en Miami.

Tres figuras imprescindibles del cine cubano recibieron el Premio de Honor Lucía por una vida consagrada al cine, el actor Salvador Wood, la actriz Mirtha Ibarra y el director de cine Enrique Pineda Barnet

El espectáculo, abierto por una bailarina de Acosta Danza calificada como "fuera de serie" por algunos presentes, incluyó dos hermosas coreografías de la compañía holguinera Codanza inspiradas en las memorables películas de Humberto Solás Lucía y Miel para Oshún, ambas con locaciones en Gibara.

Con la sencillez de los verdaderamente grandes, tres figuras imprescindibles del cine cubano recibieron el Premio de Honor Lucía por una vida consagrada al cine, el actor Salvador Wood, la actriz Mirtha Ibarra y el director de cine Enrique Pineda Barnet.

Mirtha Ibarra, visiblemente emocionada, habló en nombre de los tres para reconocer el trabajo de Solás: "Yo nunca tuve la oportunidad de trabajar con Humberto, sin embargo nos unía una amistad sincera. Que hoy este festival que él fundó y este pueblo que tanto él quiso y que ustedes han sabido devolverle ese amor es más que suficiente para recibir este premio de la que indiscutiblemente es una de las más importantes películas del cine cubano. De él, de todos ustedes y de Titón es este premio".

El cineasta Manuel Jorge, un hombre de pocas palabras y muchas emociones, tuvo a su cargo bajar el telón de la gala con su emotivo documental Humberto Solás: Virtuosismo y Excelencia, pieza que en poco más de 20 minutos muestra al espectador la grandeza del realizador como ser humano y hombre de cine.

Poco después de que la pantalla grande sirviera de tijera para cortar la cinta, miles de personas se fueron a la Plaza Dasilva a disfrutar de un concierto de Silvio Rodríguez.

"Ahora entiendo porque Solás amó tanto este pueblo y fundó aquí este festival. Es que ustedes son personas especiales, me lo han demostrado en pocas horas, es un verdadero placer venir a cantar para ustedes. Gracias Gibara", dijo Silvio.

Así arrancó el FICG que continuó con la inauguración de dos exposiciones de fotografías, una de imágenes de Humberto Solás y otra de instantáneas en gigantografías que quedó dispuesta para el público en el escenario más plural: la calle.

La pantalla del Cine Jiba se ilumina, las películas comienzan su competencia, los actores desandan con sus personajes por las calles de la Villa. Osvaldo Montes, que llega a Gibara con la música de El lado oscuro del corazón, pone su melodía al compás de Codanza frente a la Iglesia San Fulgencio de Gibara.

"Creo que el Festival, después de pasar por una etapa en que pensábamos que iba a desaparecer tras la muerte de Solás y producto de incomprensiones, además de los habituales problemas económicos, es hoy un festival lleno de vida. Debe ser un compromiso de cada persona que tenga que ver con la organización, mantenerlo a este nivel", afirma.

"Creo que el Festival, después de pasar por una etapa en que pensábamos que iba a desaparecer, es hoy un festival lleno de vida"

Benicio del Toro, habitual del festival, asiste a las principales actividades del evento como invitado especial y presentará Miedo y asco en Las Vegas este miércoles a las 9 pm. El film de Terry Gilliam que el puertorriqueño protagonizó junto Johnny Depp cumple ahora 20 años.

El pequeño pueblo pesquero aprovecha para salir de su letargo. Los cuentapropistas locales aprovechan la ocasión para sacar partido a los productos del mar, manjares inaccesibles a la mayoría de los cubanos, pero bien pagados por los turistas.

El calor del verano en el oriente de Cuba es sobrada razón para llegar hasta Gibara, con su mar listo para refrescar e inmortalizar momentos como esos que se guardan en la mente de aquellos que repiten su visita o los que llegan por primera vez y no querrán irse hasta el último acorde del concierto que ofrecerá el argentino Fito Páez el próximo sábado 7 para cerrar con broche de oro el Festival Internacional de Cine.

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