APOYO
Para ayudar a 14ymedio

El ajedrez de la memoria: las lecturas cubanas de octubre

Libros del mes

Una revisión de Bahía de Cochinos, una biografía monumental de Lezama, un diagnóstico de Mesa-Lago, un viaje en Lada, un relato de emigración y la poesía de Roberto Méndez

El lector, aunque con un pie en el apagón, ha aprendido a buscar sus libros por vías que el Estado no controla. / Collage
14ymedio

09 de noviembre 2025 - 09:11

La Habana/La vida literaria cubana, aunque fragmentada y dispersa, sigue latiendo con fuerza en los márgenes. Octubre fue un mes de resonancias históricas y confesionales: libros que escarban en los pliegues de la memoria, que desmontan mitos fundacionales o rescatan voces silenciadas por la censura. Mientras dentro de la Isla el colapso editorial parece irreversible –con librerías vacías y presentaciones fantasmales–, la producción intelectual de los cubanos en el exilio continúa afirmando, libro a libro, su vigencia y su pluralidad. 

Hoy la literatura cubana se publica también en otras lenguas, como el inglés, y se difunde por Amazon más que en las librerías físicas. Como ironía suprema, el Instituto Cubano del Libro acaba de anunciar las Obras Completas de Raúl Castro en nueve volúmenes, editadas con papel importado y un presupuesto que los propios escritores nacionales podrían calificar de ciencia ficción.

Frente a ese monumento al culto político, el volumen Bay of Pigs: The Two Sides of the Story, del escritor y periodista Miguel Ángel Sánchez Martínez, representa lo contrario: una apuesta por el rigor, el contraste y la memoria compartida. Sánchez, conocido por su biografía de José Raúl Capablanca, aborda la invasión de Bahía de Cochinos como si se tratara de una partida de ajedrez jugada a vida o muerte. 

La investigación –cuidadosa, cronológica, sin concesiones– se adentra en los documentos desclasificados de la CIA y en testimonios de ambos bandos. El volumen desmenuza las narrativas enfrentadas sobre lo ocurrido y recupera, además, pasajes borrados de la historia oficial, como la falsa participación de Fidel Castro en el frente de batalla, manipulada fotográficamente para sostener su aura de estratega invencible. Más que un ensayo histórico, Bay of Pigs: The Two Sides of the Story es un tratado sobre la naturaleza humana, el poder y la manipulación.

"Es el relato de una vida –confiesa Hernández Busto–, la biografía de alguien que presumió de no tener biografía"

Si el volumen de Sánchez restituye un episodio de la historia política, el de Ernesto Hernández Busto, José Lezama Lima: una biografía. Años de formación (1910-1939), escarba en un mito literario. Tras veinticinco años de investigación, el autor –poeta, ensayista y editor exiliado en Barcelona– ha anunciado este octubre la inminente publicación del primero de los tres tomos de una obra monumental. 

"Es el relato de una vida –confiesa Hernández Busto–, la biografía de alguien que presumió de no tener biografía. Con el tiempo, incluso he llegado a pensar que en estas páginas también está la historia de una cultura extinta". En efecto, el libro reconstruye el entorno intelectual de un joven Lezama: la familia habanera, los primeros versos, las revistas literarias y el nacimiento de una sensibilidad barroca que sería la semilla de Paradiso. Publicado por la editorial Pre-Textos, este volumen combina el rigor filológico con una prosa que se permite la digresión y la melancolía, como si el biógrafo conversara con el propio Lezama a través del tiempo.

A sus 90 años, el economista Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, acaba de publicar Comparing Socialist Approaches: Cuba, China, Vietnam, un compendio lúcido sobre los destinos divergentes del socialismo real. En el libro –y en su reciente presentación en la Universidad de Miami–, Mesa-Lago insiste en un diagnóstico conocido pero cada vez más urgente: la economía cubana es la única del grupo que se niega a reformarse. 

Mientras Vietnam y China asumieron el mercado como herramienta de supervivencia, La Habana sigue apostando por el control protagónico del Estado. El libro, que combina la historia económica con la ética de la evidencia, deja constancia del desastre cubano con la serenidad de quien ha estudiado el tema durante más de medio siglo.

La ficción, por su parte, sigue explorando la ruina y el pasado. En Mi último viaje en Lada (Casa Vacía, 2025), el narrador y dramaturgo Efraín Rodríguez Santana convierte La Habana decadente en un teatro de sombras. Poetas, ex reclusos, agentes del Ministerio del Interior y fantasmas del pasado revolucionario se cruzan en un relato que es, a la vez, novela policial y elegía moral. 

El robo de una serie de cuadros de la vanguardia cubana sirve como pretexto para desentrañar la historia secreta de una ciudad corroída por la vigilancia y el miedo. Rodríguez Santana, que pertenece a la generación del realismo sucio cubano, escribe con una mezcla de ternura y desdén para los vestigios del país que lo formó. Su libro, el primero de una anunciada Trilogía de Quinta Avenida, demuestra que la literatura cubana, incluso en la diáspora, conserva su capacidad de metamorfosis.

"Gracias por compartir vuestras historias. Es la única manera que conozco de encontrarnos a nosotros mismos"

También desde el exilio, pero en otro registro y otra lengua, llega la escritora y periodista Mirta Ojito, ganadora del Premio Pulitzer y autora de Finding Mañana. Su nueva novela, Deeper Than the Ocean (CUNY, 2025), explora la herencia y la identidad echando mano de la memoria familiar. Ojito, que salió de Cuba por el puerto del Mariel, rescata en este libro parte de la historia de su madre y de su abuela para construir un relato de emigración y reencuentro. 

"Te escuché, Mima –aseguró recientemente en sus redes sociales la autora–. Estaba prestando atención. Gracias por compartir vuestras historias. Es la única manera que conozco de encontrarnos a nosotros mismos". La novela, escrita en inglés y publicada en Nueva York, recuerda que la literatura cubana ya no cabe en una sola lengua ni en una sola orilla.

Por su parte, en Las bibliotecas perdidas, Roberto Méndez Martínez vuelve a desplegar una poesía minuciosa, de palabra precisa y emoción contenida, donde la memoria y la pérdida se entrelazan con una ternura sobria. Poeta, ensayista y narrador, el autor ha cultivado una voz reconocible dentro de la literatura cubana: culta sin afectación, sensible sin sentimentalismo. En este nuevo cuaderno, publicado por la editorial Betania, Méndez se detiene en las ruinas de lo cotidiano —una fotografía lavada por la lluvia, una flor que nadie ve, una voz en el exilio— para convertirlas en signos de permanencia.  

La nostalgia y el desarraigo atraviesan las páginas de este volumen como un hilo subterráneo: las ausencias familiares, los amigos dispersos, los espacios clausurados. Méndez escribe desde la conciencia de quien ha visto desaparecer las certezas, pero aún cree en la música de la lengua para reconstruir lo que fue. Las bibliotecas perdidas es, al mismo tiempo, un libro de duelo y de celebración: una despedida del país íntimo y una afirmación de la memoria como acto poético.

En contraste con esta vitalidad dispersa, dentro de la Isla el panorama editorial se apaga cada día. La escasez de papel y la censura ideológica han reducido la producción de libros a mínimos históricos. Los catálogos estatales apenas incluyen títulos infantiles, manuales de historia y las omnipresentes recopilaciones de discursos oficiales. 

Los escritores jóvenes, sin editoriales ni público, emigran o se refugian en el formato digital: muros de Facebook, blogs, newsletters, publicaciones que circulan por WhatsApp o Telegram. Paradójicamente, las nuevas tecnologías han democratizado lo que la institución cultural sofoca. El lector, aunque con un pie en el apagón, ha aprendido a buscar sus libros por vías que el Estado no controla. Octubre lo confirma: la biblioteca cubana –dentro o fuera de la Isla– es hoy un acto de resistencia y memoria.

No hay comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último