'Cincuenta sombras de Grey' aburre a los cubanos por timorata

Cartel del filme 'Cincuenta sombras de Grey'
Cartel del filme 'Cincuenta sombras de Grey'
Zunilda Mata

23 de marzo 2015 - 06:40

La Habana/Mi vecino dice que sólo disfruta de una película si tiene alguna escena de sexo. "Necesito ver al menos un buen beso, para quedarme por más de una hora frente a la pantalla", confiesa. Su tendencia a mezclar erotismo y cine está muy extendida en Cuba, donde a falta de un mercado legal de pornografía muchos descargan su libido con cualquier filme que muestre un muslo, un seno, la curvatura de una nalga. Por estos días, justamente muchos de estos cinéfilos voyeurs evalúan a la recién llegada producción Cincuenta sombras de Grey.

Basada en la novela homónima de la británica Erika Leonard James, la cinta se ha convertido en un verdadero fenómeno, a pesar de sus pocos valores artísticos. Con la actuación de Dakota Johnson y Jamie Dornan, la historia se centra en una joven universitaria y en su relación con un retorcido magnate. La cinta superó a finales de febrero la barrera de los 400 millones de dólares de recaudación a nivel mundial, de los cuales más de 130 millones han sido recaudados en Estados Unidos. El Día de San Valentín parecía que no había más importante que hacer en muchas partes del planeta que ir al cine a escuchar los gemidos del personaje de Anastasia ante las perversiones de Grey.

A pesar de todo el dinero que ha recaudado en la taquilla, Cincuenta sombras... no ha logrado convencer a los críticos. Es una mala película que ya parte de una pésima novela donde la autora explota para beneficio del sensacionalismo y el mercado, los mecanismos del poder y la sumisión en la relación sexual de los dos personajes principales. Un bodrio donde "ni siquiera se ve bien el sexo", al decir de mi frustrado vecino que regresó a casa pensando que "hay filmes cubanos más calientes y que no han costado tanto dinero".

Si en el plano del análisis psicológico la cinta es superficial y ni siquiera llega a captar y transmitir los laberintos del sadomasoquismo, es en la expresión visual donde hace sus peores chapuzas. Una secuencia de lugares comunes, fórmulas tramposas, momentos de erotismo manido y planos que esconden –más por carencia que pudor– y que han hecho que parte de la expectativa inicial de los cubanos ante Cincuenta sombras de Grey haya ido decayendo con el pasar de lo días, desde que la película llegó a la isla.

Entre varios suministradores del conocido paquete de audiovisuales, la impresión es que la película se "quemó muy rápido". Lo cual quiere decir que dejó de vender, ya sea porque se extendió viralmente y ahora cada cual conoce un amigo o un conocido que puede regalársela sin necesidad de comprarla, o porque el público de la isla ha percibido que la historia "es más rollo que película", una metáfora que nunca ha quedado tan exacta como en este caso.

Cuando la cinta iba por la mitad, un chistoso gritó en medio de la oscuridad "eso no calienta ni para colar la cafetera"

Aunque el sadomasoquismo es un tema tabú en el discurso público cubano, en los últimos años y con la entrada de las nuevas tecnologías al país, en el mercado ilegal ha aumentado el número de materiales dirigidos a quienes buscan un grado más de emociones eróticas. Desde las producciones "hechas en casa" con un teléfono móvil, hasta cortos y series rodados en el extranjero en platós profesionales, con director de luces, sonido y un encargado de secar el sudor de los actores. Todo eso convive en el perseguido ecosistema de la pornografía en Cuba.

Por esa razón, para quienes buscaban en Cincuenta sombras... una válvula de escape a los deseos acumulados o una inspiración para nuevas prácticas, la película se le ha quedado sosa y les ha resultado decepcionante. "En un ómnibus habanero a las cinco de la tarde hay más erotismo", se burlaba un crítico de cine en una velada entre amigos. La cinta ni siquiera convence en cuanto a la atracción entre los actores, que más bien parecieran no congeniar ni haber desarrollado ningún magnetismo el uno hacia el otro.

No obstante, en medio de la expectación por la llegada de la película, un grupo de amigos se reunió a principios de marzo en una casa de la barriada habanera de la Víbora a disfrutar de una versión en alta definición de Cincuenta sombras de Grey. Todo estaba muy bien preparado y la señora que alquilaba el lugar les guardó, además de la sala, habitaciones para cada pareja por si al final querían emular a Anastasia y a Grey. Pero no fue necesario.

Cuando la cinta iba por la mitad, un chistoso gritó en medio de la oscuridad "eso no calienta ni para colar la cafetera", y todos se echaron a reír a carcajadas. Todos saben que el erotismo y la burla transcurren en direcciones opuestas.

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