Ante el colapso de las empresas estatales los artistas cubanos piden menos burocracia y más música

El oficialismo habla de "ampliar y diversificar el sistema empresarial de la música y ofrecer al artista otras alternativas en relación con el mercado"

El artista Frank Delgado en la Fábrica de Arte Cubano (FAC). (14ymedio)
El artista Frank Delgado en la Fábrica de Arte Cubano (FAC). (14ymedio)
14ymedio

03 de abril 2023 - 16:58

Madrid/Se afianza la idea de que los artistas musicales podrían acabar trabajando en el sector privado, aunque con limitaciones. El oficialismo sigue sin dar señales claras al respecto, pero la segunda parte del reportaje ¿Representan bien las empresas de la música en Cuba a sus artistas? menciona la posibilidad de "ampliar y diversificar el sistema empresarial de la música y ofrecer al artista otras alternativas en relación con el mercado", aunque deja claro que la prioridad es "fortalecer la empresa estatal socialista".

La amplia nota retoma las calamidades contadas hace dos semanas y concreta algunas de las propuestas gubernamentales para revertir la debacle del sector, entre ellas el divorcio de la parte empresarial y política, pero sin que desaparezca la segunda. El viceministro de Cultura Fernando León Jacomino afirma a Cubadebate que algunas de las conclusiones extraídas los llevan a proponer varias soluciones encaminadas sobre todo a que las empresas musicales sean rentables.

La más destacada de las novedades es la de dar autonomía al mecanismo de acreditación de profesionalidad mediante la creación del Registro de Profesionales de la Música y los Espectáculos Musicales como "única vía de acreditación profesional y legal de los artistas". Las empresas del Estado deben tener unos indicadores de rentabilidad y los artistas deben demostrar que pueden contribuir a generar ingresos, lo que les permitirá permanecer en la nómina. Para ello disponen de seis meses.

"Hoy las empresas tienen que tener en sus catálogos a todos los artistas que quieran ser profesionales. Si operan en esas condiciones, no se les puede pedir que sean eficientes, porque no escogen con quien trabajan"

"Hoy las empresas tienen que tener en sus catálogos a todos los artistas que quieran ser profesionales. Si operan en esas condiciones, no se les puede pedir que sean eficientes, porque no escogen con quien trabajan", sostiene el funcionario.

Por otra parte, se crearán los Centros Provinciales de la Música, que serán los encargados de hacer que se cumpla la "política cultural en los espacios privados y atender al talento artístico subvencionado".

De sus palabras se deduce también que prevén abrir al sector privado los servicios relacionados con el área, y pone como ejemplo el transporte, que actualmente depende de las empresas provinciales del Estado porque no existen normas que permitan contratar a otros un servicio que estas no pueden asumir. Lo mismo sirve para el hospedaje, instrumentos y hasta 14 actividades "trabadas", como se refiere a ellas el viceministro.

"Todos los empresarios que tenemos son empíricos", añade León Jacomino, que considera indispensable rediseñar el sistema de atención a los artistas subvencionados, crear un sistema de formación profesional en la gestión cultural, una estrategia de exportación y atracción de la inversión extranjera y nuevas leyes para la protección de los artistas.

La flexibilidad, en todo caso, será muy relativa, pues las empresas "se vincularán" a los gobiernos provinciales y deben satisfacer "las necesidades del territorio cumpliendo con la política establecida por el ICM [Instituto Cultural de la Música] y el Ministerio de Cultura".

A pesar de los numerosos casos de corrupción que se han producido en el sector, reconocidos en el anterior reportaje de Cubadebate y relatados a 14ymedio también por una solista cubana, el apartado dedicado a este asunto es menor en el texto de este lunes. El medio oficial habla de demoras e impagos pero pasa de puntillas sobre ellos.

"Llegan a pasar varios meses antes que se transfiera a la empresa el pago de una actuación, como suele suceder con Artex, famosa por la morosidad a pesar de cobrar jugosos porcentajes. Esto ha provocado que a veces se incurra en violaciones en los centros donde se realiza la presentación ante la necesidad obvia de garantizar la inmediatez del cobro de los honorarios", confiesa el trovador Ariel Díaz sobre una práctica que es un secreto a voces y que él define como "la migración de los músicos hacia el sector privado donde no median papeles ni normas y se cobra, como vulgarmente se dice: 'a la mano', segundos después de concluir la actuación".

Los testimonios recogidos por Cubadebate, mayoritariamente anónimos, inciden en que es sistemático el mal funcionamiento porque son muchas las personas que participan como intermediarios. Sin embargo, evita acusar directamente a las autoridades. "La culpa no es de las empresas sino todo el entramado que tiene de fondo", reza el texto, que diluye la culpa entre una burocracia sin rostro, unos funcionarios supuestamente alejados de la realidad y transportistas o porteros que se quedan el dinero.

Laura Vilar Álvarez, directora del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc), ha participado en la propuesta de reforma del sistema y defiende que la música sea rentable pero se equilibre con el lado artístico, ya que cada estilo tiene una realidad concreta. No obstante, deja en manos de los políticos del Partido Comunista la decisión de qué es arte. "Se trata de una empresa, pero también es un problema del gobernador, del director provincial de Cultura. No puede ser la música el último renglón. La función del artista no es solamente entretener. El arte va al fondo y a la esencia de la espiritualidad de la nación cubana", señala.

"Necesitamos menos papeles y más música", demanda el artista Mauricio Figueiral. Pero por ahora no parece que la apuesta por la privatización sea radical

"Necesitamos menos papeles y más música", demanda el artista Mauricio Figueiral. Pero por ahora no parece que la apuesta por la privatización sea radical, ya que el control de lo que se sube a un escenario está en juego. En palabras de Arnaldo Rodríguez, cantante y productor musical:

"Se pueden utilizar las formas de gestión no estatal para reimpulsar este sistema, pero no debemos privatizar la industria (...) El país debe insuflar financiamiento al sistema para volver a ocupar jerarquía en los principales espacios públicos, donde prima hoy la inmediatez y la competencia de la gestión privada, que, para obtener resultados económicos positivos, no están promoviendo lo mejor de nuestra música y la cultura cubana".

Ofelia, la artista consultada por 14ymedio para el anterior reportaje, considera que el sistema estatal terminará colapsando solo. "Porque si abren el banderín ahora, verán que todo el mundo se va a ir de esas empresas artísticas. Allí van a quedar nada más las vacas sagradas de la Revolución, los apegados, y no sé hasta qué punto, tampoco, porque las empresas siempre han sido un mecanismo de control que los artistas odian", argumenta antes de rematar con un alegato por la liberalización del sector.

"La música debería fluir libre, sin control estatal y sin mecanismos que entorpecen la creación, desarrollo y desenvolvimiento de los músicos, a no ser que sea para apoyar, no para dificultar, que es lo que hacen estás empresas".

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