La danza cubana se enfunda las mallas en la nueva normalidad

La compañía Lizt Alfonso Dance Cuba protagoniza la reapertura del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso

Lizt Alfonso, directora de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba, en La Habana. (EFE/ Ernesto Mastrascusa)
Lizt Alfonso, directora de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba, en La Habana. (EFE/ Ernesto Mastrascusa)
Yeny García

23 de octubre 2020 - 16:53

La Habana/(EFE).- La danza cubana vuelve a enfundarse las mallas y levantará este fin de semana el telón del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso con un espectáculo que busca reanimar la intensa vida cultural capitalina, detenida hace siete meses por el coronavirus.

La compañía Lizt Alfonso Dance Cuba, que fusiona el baile español y los ritmos criollos, protagonizará este regreso, una "casualidad" que en el colectivo acogen "súper emocionados por volver al Gran Teatro y por ser los primeros", ha asegurado a Efe su directora, la maestra Lizt Alfonso.

El programa de este viernes, sábado y domingo estará dedicado al 29 aniversario del ensamble con un resumen de su trayectoria que incluirá fragmentos de espectáculos emblemáticos como Fuerza y compás, Elementos, Latidos y Alas.

Bajo las restricciones de la desescalada en La Habana, las funciones se harán con un aforo del 50%, sin intermedio y con distanciamiento físico

"Recibimos una llamada del director del Gran Teatro que nos preguntó cuánto tiempo necesitábamos para presentarnos. Le dije que nos diera 21 días", recuerda Alfonso.

La temporada en el Teatro Martí de la capital en febrero pasado y el régimen de entrenamiento en casa durante el cierre por la pandemia mantuvieron a los bailarines bien preparados y con las "coreografías vivas", a pesar de no haber pisado un salón de ensayos en seis meses.

Bajo las restricciones de la desescalada en La Habana, las funciones se harán con un aforo del 50%, sin intermedio y con distanciamiento físico, algo que "primero puede chocar al artista, que verá una audiencia medio vacía, pero es un inicio muy necesario".

"Es necesario romper, empezar, seguir adelante y tratar de cuidarnos lo más posible", insiste la aclamada bailarina y coreógrafa.

"Nunca pensé que iba a ser algo tan grande", reflexiona Alfonso (La Habana, 1967) sobre los 29 años de su compañía, sinónimo de fusión en la danza cubana y con un lugar bien ganado entre las principales compañías en un país donde bailar es casi tan natural como respirar.

Lo que nació en 1991 como un grupo de baile español llamado Danzas Ibéricas cambió rápidamente de dirección hasta parecerse cada vez más a Cuba: permeada por siglos de presencia hispana y de otras culturas, pero con una fuerte identidad propia.

"No teníamos que imitar cuando podíamos ser auténticos y a la vez hacer algo nuevo", explica la artista, que creó una fusión con sello propio echando mano de lo mejor del acervo popular criollo, su formación en la prestigiosa Escuela Cubana de Ballet y su conocimiento de las danzas regionales españolas.

"La mayoría de los bailarines viven en un espacio muy reducido y costaba mucho trabajo ensayar, pero lo hacían"

Poco después ampliaron su universo con talleres vocacionales, dos ballets infantil y juvenil, y el reconocimiento oficial como centro educativo por el sistema de enseñanza artística cubano. "Ya no éramos solo una compañía, sino una gran escuela con más de mil estudiantes", subrayó la maestra.

Aunque sus espectáculos llenaban grandes teatros de medio mundo, el punto de inflexión llegó en 2014 con el éxito Bailando, que cimentó la carrera de Enrique Iglesias, catapultó a la fama a Gente de Zona y sirvió de vitrina para el talento coreográfico e interpretativo de Lizt Alfonso.

La compañía tiene además un grupo musical y produce, desde cero, eventos como la gala dedicada a los reyes de España en su histórica visita a La Habana en noviembre de 2019. "Esto no para, nuestra sede es siempre un hormiguero", bromea Alfonso.

Pero con la llegada del coronavirus a fines de marzo a la Isla, el "hormiguero" de Lizt Alfonso en La Habana Vieja se vació.

Cuba echó el cerrojo y comenzó a vivir de puertas hacia adentro, y lo que parecía ser una pausa momentánea se extendió por meses. Sobre todo en La Habana, bajo las restricciones más prolongadas.

Los bailarines cubanos cambiaron los amplios salones de ensayo por pasillos, azoteas y cualquier espacio suficientemente amplio para entrenar y no perder la forma. Las interacciones se mudaron a las redes sociales.

"Pasamos de estar a full a no hacer nada. Pero yo me dije: esto no puede ser así, tenemos que seguir adelante y de la mejor forma posible. Gracias a la internet, que aquí en Cuba es carísima y prácticamente insostenible, pero hicimos un esfuerzo enorme, nos mantuvimos en contacto", recuerda la maestra.

En la compañía las clases continuaron vía Whatsapp, por donde estudiantes y bailarines recibían los planes de entrenamiento. "La mayoría de los bailarines viven en un espacio muy reducido y costaba mucho trabajo ensayar, pero lo hacían", destaca.

Varias de las principales compañías de baile comenzaron a ensayar y algunas ya tienen fecha de regreso, entre ellas Acosta Danza, la compañía fundada por el aclamado bailarín y coreógrafo Carlos Acosta

Con la flexibilización de las restricciones en La Habana a principios de octubre, la compañía volvió a sus salones, donde solo las mascarillas y los geles desinfectantes delatan la "nueva normalidad".

Las funciones de Lizt Alfonso Dance Cuba en el Gran Teatro de La Habana serán el inicio de una reanimación paulatina de la vida cultural en la capital. Los primeros en abrir fueron los cines el pasado 10 de octubre. Ahora es el turno de la danza, que dará paso en las semanas siguientes a espectáculos de humor y luego a los conciertos.

Varias de las principales compañías de baile comenzaron a ensayar y algunas ya tienen fecha de regreso, entre ellas Acosta Danza, la compañía fundada por el aclamado bailarín y coreógrafo Carlos Acosta, con funciones los próximos 11, 12 y 13 de diciembre en el Gran Teatro.

Por lo pronto, en la compañía de Lizt Alfonso "la vida continúa", asegura su directora: mantienen su calendario para el 2021 y 2022, incluido el montaje de dos espectáculos dedicados a sus 30 años y giras internacionales por Europa y Canadá.

"No sé si fue porque nosotros surgimos en medio del Periodo Especial, que estos momentos de crisis me dan más energía para seguir adelante. No los veo como un problema, sino como un reto y una oportunidad para hacer más", subraya Alfonso.

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