Lola Amores se alza con el premio a mejor actriz en el Havana Film Festival de Nueva York

La actriz destaca por su fuerza interpretativa y la autenticidad de la que impregna a sus personajes

La actriz Lola Amores posa en la presentación de 'La mujer salvaje' en el Festival de Málaga
La actriz Lola Amores posa en la presentación de 'La mujer salvaje' en el Festival de Málaga / EFE
Natalia López Moya

19 de abril 2024 - 22:34

La Habana/Rita tiene un hijo adolescente y ha visto emigrar a muchos amigos. En 2016, el concierto en Cuba del mítico grupo británico The Rolling Stones se convierte en la banda sonora de su crisis existencial. Este jueves, la interpretación del personaje de esa habanera cuarentona y atormentada le ha valido a Lola Amores el premio a mejor actriz en el Havana Film Festival de Nueva York.

Amores no pudo asistir a la gala de clausura del evento para recoger el galardón por su trabajo en la película Una noche con los Rolling Stones, pero en su lugar participó la directora del largometraje, Patricia Ramos. La cineasta reconoció el trabajo de la intérprete en el papel protagónico de la producción cubano-nicaragüense, según un reporte de Prensa Latina. 

El premio en el Havana Film Festival es el segundo galardón internacional que recibe Amores en lo que va de año. En marzo pasado se alzó con la Biznaga de plata a la mejor interpretación femenina en el 27 Festival de Cine de Málaga por su trabajo en La mujer salvaje. En la cinta, dirigida por Alan González, encarna a una mujer que sobrevive a una sangrienta pelea entre su esposo y su amante en un barrio de La Habana.

Mucho de esa espontaneidad le viene a Lola Amores de su propia experiencia

En ambas interpretaciones, Lola Amores destaca por su fuerza interpretativa y la autenticidad de la que impregna a sus personajes. También, en las dos películas se mete en la piel de mujeres cargadas de matices, atenazadas por el momento que les ha tocado vivir en una Cuba donde la crisis económica, la violencia doméstica y el éxodo masivo marcan el día a día.

Mucho de esa espontaneidad para interpretar a cubanas en situaciones límites le viene a Lola Amores de su propia experiencia. Vivió los primeros tres años de su vida en la Ciudad de México en el exclusivo barrio de Polanco junto a sus padres, que trabajaban como profesores en la escuela de la Embajada cubana en México, según contó a El Estornudo.

El divorcio de sus padres y el regreso a la Isla moldearon su infancia y su adolescencia, que se vio sacudida por la crisis económica del Período Especial. En 1995 entró a estudiar en el Instituto Superior de Arte y, posteriormente, durante 11 años formó parte del elenco del grupo de teatro El Ciervo Encantado. Junto a su entonces pareja, el actor Eduardo Martínez, creó la compañía La Isla Secreta.

Con Martínez compartió rol protagónico en la cinta Santa y Andrés, dirigida por Carlos Lechuga y censurada en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en diciembre de 2017. El largometraje no pudo estrenarse en la Isla porque las autoridades cinematográficas se incomodaron con el tratamiento dado a la historia, inspirada en el caso de Delfín Prats, de un intelectual homosexual perseguido y vigilado en la década de los años ochenta. 

En el filme, Lola Amores interpreta a Santa, una guajira que trabaja en una granja estatal y le asignan como tarea vigilar al escritor por varios días para evitar que acceda a un evento público donde habrá periodistas extranjeros. Durante el tiempo juntos, entre ambos se forja una amistad que trasciende los roles de vigilante y vigilado, extremista y perseguido.

En esa actuación, Amores ya adelantaba, con su naturalidad y la capacidad para convencer a la audiencia, el camino ascendente que seguiría en el cine, una senda a la que los críticos auguran nuevos desafíos profesionales y muchos otros galardones como el de esta semana.

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