La agónica batalla del equipo Pinar del Río
Pinar del Río/Pinar del Río sorprendió a todos. A los analistas, comentaristas, periodistas de todos los medios y hasta los propios aficionados que pensaron que nunca podría llegar cerca del Top Four. Tan maltrecho estaba el equipo, que todos los pronósticos a su alrededor eran negativos y lastimeros. Nadie apostaba porque el monarca de la pasada serie pudiera dar una batalla tan digna.
A pesar de todos los tropiezos, Pinar del Río hizo de tripas corazón, ganó ocho de los últimos nueve desafíos a los que se enfrentó y sólo fue eliminado de la pos temporada a causa de la derrota de Industriales ante la Isla de la Juventud, el pasado jueves.
La odisea comenzó para los pinareños con la escapada del lanzador Vladimir Gutiérrez durante la Serie del Caribe. En los últimos meses nueve jugadores regulares dejaron de formar parte del equipo por diferentes razones. Incluso Yosvani Peraza, fue castigado por estar vinculado supuestamente a las salidas clandestinas de otros peloteros. De manera que los pativerdes se vieron mermandos en cuanto a figuras de peso, tanto de picheo, bateo o defensa.
En esas circunstancias, la escuadra de Alfonso Urquiola no podía ni soñar con quedar entre los seis primeros de nuestro más importante campeonato nacional. Pero se coló en ese grupo selecto. Los analistas moverán la cabeza diciendo que no y convendrán que Pinar no cabe en ese sexteto, porque sus estadísticas son pobres y las irregularidades que ha vivido en los últimos meses no le han dado un respiro. Pero lo cierto es que hasta allí llegó.
Sólo perdieron la posibilidad disfrutar del cuarto puesto, cuando en el juego entre capitalinos y piratas los pineros se alzaron con el último boleto que quedaba. No obstante, los seguidores de la pelota han despedido a los pinareños con respecto, sin abucheos ni bromas. Con esa consideración que se tiene ante el herido que aún así ha peleado la batalla hasta el final, a pesar del dolor y el daño físico.
Que Pinar haya alcanzado el sexto lugar en esta Serie Nacional, reafirma la talla que como manager, ha alcanzado Alfonso Urquiola. Pero a la vez es una llamada de atención sobre las grandes deficiencias y carencias que padece nuestro beisbol. La fuga de peloteros es un fenómeno que no va a dejar de afectar a la pelota cubana, mientras no se le garantice a los jugadores una vida digna a través de su desempeño deportivo.
De momento, queda felicitar a los pativerdes y desde las gradas despedirlos de esta serie, con la convicción de que han peleado la más agónica y digna de sus batallas.