Muere en La Habana la gloria deportiva del béisbol Armando Capiró Laferté
Béisbol
A finales de los años 70 un dirigente lo suspendió de manera indefinida por someterse a una cirugía
La Habana/“El deporte cubano está de luto”. Así resumió el presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), Osvaldo Vento Montiller, el sentir por el fallecimiento en La Habana, este jueves, de la gloria deportiva Armando Capiró Laferté, a los 77 años. “Sus batazos, potente brazo y elegancia marcaron las hazañas con que ganó un destacado lugar entre los gigantes de nuestro béisbol”, subrayó.
Según Dporto Sports MEDIA, a Capiró Laferté “se le complicó una neumonía con otros padecimientos, incluido un importante daño neurológico”.
El cortejo fúnebre partió esta mañana de la funeraria de Santiago de las Vegas al Cementerio de Colón de la capital, donde fue sepultado el pelotero que en los años 70 hizo vibrar a los aficionados en el estadio Latinoamericano. “Número nueveee, Armando Capiró, jardinero izquierdoooo”, era el grito que lo anunciaba.
Capiró Laferté era un fuera de serie sobre el terreno de juego, en el que estuvo 14 temporadas. Su muerte como su vida, destacó el portal especializado Baseball de Cuba, “está tallada en la dualidad del sonido y el silencio, de la gloria y el olvido, del regreso soñado y la despedida negada”.
A finales de los años 70, fue operado por una lesión en la rodilla. En plena convalecencia, su divorcio le jugó una mala pasada. La esposa despechada envió una carta al diario oficialista Granma en que denunciaba un presunto intento de escapatoria. “No solo se cuestionaba mi lealtad, las acusaciones llegaban hasta mi sexualidad, una mentira que desgraciadamente muchos creyeron”, contó a la revista Play-Off Magazine en 2022.
Sin estar al cien en su recuperación, Capiró Laferté fue incluido en la selección nacional que participó en los Juegos Panamericanos de San Juan. El beisbolista señaló al mismo medio que el dolor era insoportable, aun así jugó y “pude conectar un jonrón contra Venezuela de emergente que nos ayudó a ganar el título, y ese fue mi final con el equipo Cuba”.
A su regreso a la Isla, el doctor Martínez Páez le advirtió al pelotero que debía ser operado nuevamente o su carrera deportiva terminaría. Sin embargo, un dirigente lo amenazó con suspenderlo si lo hacía. El bateador hizo caso al especialista. Ese fue su adiós del béisbol en la Serie Nacional. Días después de la cirugía, el Comisionado Andrés Papo Liaño le llamó para comunicarle que “estaba suspendido de manera indefinida”.
Capiró Laferté dio vuelta a la página y encontró con el apoyo del fundador del Hospital Psiquiátrico de La Habana la oportunidad para resurgir. Un torneo de veteranos en Nicaragua a finales de los años 80 le permitió volver al campo de juego. Su actuación le sirvió para que las autoridades deportivas en Cuba le permitieran ser parte de los Campeonatos Provinciales con el plantel del psiquiátrico.
Con un registro de 10 jonrones, el pelotero se ilusionó con regresar al torneo local, pero los dirigentes sepultaron toda posibilidad al decirle que “había que darle paso a los más jóvenes”.
Nacido el 22 de marzo de 1948 en el municipio de Santiago de las Vegas, en La Habana, en su carrera sobresale haber sido líder en carreras impulsadas (51) y sacri-fly [elevado de sacrificio] (7) en la X Serie Nacional (1970-71). También fue el mejor jonronero (22), carreras impulsadas (74), slugging [potencia de bateo] (.628), OPS [métrica que suma la frecuencia con la que un bateador llega a base y su poder de bateo] (1.068), y jugador más valioso en la XII Serie Nacional (1972-73).
El pelotero posee los récords de 22 cuadrangulares en 78 juegos en 1973, 12 dobles en la temporada 1978-1979 y 52 imparables en 1977, y fue tres veces líder en carreras impulsadas: en 1971 (51), 1973 (74) y 1975 (27).