Los expertos aconsejan deshacerse de la MLC y ahorrar en dólares, sin descartar el peso cubano
Economía
El Observatorio de Monedas y Finanzas OMFi pronostica para finales de mayo un dólar en 357-368 pesos y una MLC en 255-265
Madrid/La desconfianza de la población en la continuidad de la moneda libremente convertible (MLC) aumenta a pasos agigantados. Según el último informe publicado por el Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), ha estado creciendo el número de personas que quieren deshacerse de la MLC, pese a su desvalorización en el mercado informal. “Este ajuste no ha sido ordenado, sino errático y fluctuante”. En abril hubo diez alertas de inestabilidad del mercado de venta informal de la moneda, mientras que en los últimos tres meses su volatilidad fue seis veces superior a la del dólar y tres a la del euro.
El observatorio, que dirige el economista Pavel Vidal, señala que “los cubanos preguntan casi a diario si desaparecerá y buscan sugerencias de qué hacer con el dinero que conservan en MLC”. Para el experto, que reside en Colombia, no hay lugar a la duda: minimizar los ahorros ante el riesgo e incertidumbre que rodean a una moneda que, de hecho, ya ha desaparecido de las agencias de remesas que operan desde EE UU. Aunque se desconoce si la suspensión de envíos en MLC es definitiva, parece dudoso que se reanude, toda vez que las tiendas en que se permitía pagar con ella son cada vez menos y peor surtidas.
El observatorio, que dirige el economista Pavel Vidal, señala que “los cubanos preguntan casi a diario si desaparecerá y buscan sugerencias de qué hacer con el dinero que conservan en MLC”
El dólar continuó, como el euro, subiendo, aunque lo hace con relativa estabilidad –un 3,4% frente al 3,8% del mes anterior– e, incluso, se prevé que pueda estancarse por una tendencia al incremento de la disposición a vender, que ya se observa desde inicios de mes. “El exceso temporal de oferta de dólares en el mercado podría interrumpir el alza que desde marzo presenta la divisa estadounidense”, advierte Vidal. Sus predicciones para el cierre de este mes se sitúan en 357-368 pesos por dólar y 372-383 pesos por euro, mientras que la MLC puede rondar los 255-265 pesos.
Pese al pequeño freno que se atisba, el informe señala que la dolarización, que el Gobierno calificó de parcial y cada día es más amplia, está detrás del “mayor apetito por la divisa estadounidense”. El documento abunda en lo delicado de esta política, que puede tener consecuencias graves para los ciudadanos, entre ellos el encarecimiento de los productos que ofrecen muchos negocios privados que deben importar en divisas para vender en pesos, lo que les lleva a elevar los precios para obtener un beneficio.
Vidal hace referencia también a “las brechas y fraccionamientos en el tejido empresarial” que provoca la dolarización. El Gobierno cubano ha establecido varias categorías empresariales: las que tienen acceso descentralizado a las divisas, las que dependen de la tasa de cambio oficial y la asignación centralizada de divisas, y el sector empresarial privado, “que sufre la bancarización forzada”.
Esta segmentación se pone de manifiesto con decisiones como la posposición, con fecha indefinida, de la norma que limita, desde finales de 2024, el comercio mayorista a las pymes y los cuentapropistas. Aunque para los segundos la actividad quedó prohibida, las empresas autorizadas a comercializar al mayoreo tenían hasta este mayo para actualizar su licencia, pero la pasada semana se suspendió la medida. Esto, unido al aplazamiento, días antes, de la fecha para liquidar sus mercancías –de abril al próximo septiembre–, es para el OMFi “un reconocimiento oficial de lo complejo que resulta integrar las operaciones comerciales mayoristas entre empresas estatales y mipymes cuando estas responden a diferentes lógicas monetarias y cambiarias”.
Otra de las consecuencias nefastas de la expansión del consumo en dólares es que el abismo entre quienes los tienen y quienes no se acentúa. El poder adquisitivo entre los que poseen divisas aumenta tanto como se deprecia el valor de la moneda nacional, de manera que, como expone Vidal en un ejemplo, “un salario medio mensual de 5.839 pesos ya apenas supone 15,78 dólares al tipo de cambio del mercado informal y la pensión mínima, de 1.528 pesos, equivale a 4,13 dólares, lo que “restringe el acceso al consumo de los grupos sociales con menores ingresos y profundiza las desigualdades”.
Otra de las consecuencias nefastas de la expansión del consumo en dólares es que el abismo entre quienes los tienen y quienes no se acentúa
El informe también pone en el foco el superávit anunciado por el ministerio de Finanzas al cierre del primer trimestre. Según anunciaron las autoridades, las cuentas tienen 359 millones de pesos en positivo, frente a los enormes déficits de años precedentes. El aparente buen dato, que en efecto sirve para lograr el equilibrio fiscal y reducir la inflación, oculta efectos perversos, entre ellos la inejecución de gastos. El pasado abril, el secretario del Partido Comunista en Las Tunas, durante una sesión en la que abroncó a empresarios y autoridades de la provincia, mostró su enérgico enfado por la “incomprensible” falta de ejecución, precisamente, de un 4% del presupuesto destinado a los vulnerables.
La dolarización también influye en el relativo saneamiento de las cuentas públicas, según Vidal, “dado que reduce la demanda de recursos y transferencias presupuestarias en pesos cubanos de las empresas estatales”.
En medio de este panorama, agravado por los constantes apagones prolongados, el experto aconseja a los ciudadanos que tengan acceso a divisas que hagan lo posible por retenerlas, aunque sin dejar de lado la moneda nacional. “Si se confirma y consolida el ajuste del déficit fiscal, ello podría generar presión a la apreciación del peso cubano. En este escenario, convendría mantener una proporción de pesos cubanos en los portafolios de ahorro”.