La Habana se despide de la 'Suheyla Sultan', su 'patana' turca más potente
Cuba
De las ocho centrales flotantes que tuvo Cuba, ya solo queda una, en Regla, que sufre la falta de combustible
Madrid/La central flotante turca Suheyla Sultan salió definitivamente del puerto de La Habana la mañana de este miércoles. Las autoridades confirmaron el sábado que la patana se desconectaría “por razones comerciales” y aunque no avanzaban la fecha exacta, se contemplaba que tuviera efecto inmediato.
Pese a ello, la central ha estado activa –aunque en mínimos– durante los cuatro días posteriores. 14ymedio ha podido comprobar el progresivo apagón de sus chimeneas, puesto que el sábado aún cuatro de las 12 que posee emitían humo, mientras que el lunes por la mañana la cantidad se redujo a dos. Horas más tarde, el cielo del puerto habanero se veía limpio como no lo estaba en mucho tiempo.
La Suheyla Sultan era la mayor de las centrales turcas presentes en La Habana, con una capacidad de hasta 240 megavatios (MW). En la Isla llegó a haber, de manera simultánea, ocho patanas de la empresa turca Karpowership, pero ahora solo queda una, ubicada en Regla y que, según los datos de la Unión Eléctrica este miércoles tiene afectados 37 MW por falta de combustible.
El pasado sábado, cuando Lázaro Guerra, director técnico de la UNE adelantó la desconexión de la plataforma, afirmó que se estaban “tomando acciones para que esta condición no agrave las afectaciones al servicio que estamos teniendo”. El déficit anunciado para hoy se mantiene muy alto, en consonancia con los días pasados. La disponibilidad en el horario pico será de unos 1.962 MW para una demanda máxima de 3.750 MW, lo que supone 1.788 MW de diferencia y una afectación de 1.858.
El déficit anunciado para hoy se mantiene muy alto, en consonancia con los días pasados, casi 1.900 megavatios
El Ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, ya había advertido ante el Parlamento en diciembre de 2024 que las patanas acabarían marchándose más pronto que tarde “por la imposibilidad de cumplir los compromisos de pago”.
En aquella ocasión, el funcionario insistió en que sería necesario usar los medios, recursos y capacidades del país. “Tenemos fundamentalmente combustible en las termoeléctricas, el crudo que se genera en nuestros pozos, el gas y energías renovables, que no solo incluye la solar fotovoltaica, sino también la utilización de la biomasa cañera y la energía eólica, además de la eficiencia energética”, dijo para resumir un programa que, afirmó, no era para el verano de 2025, sino a largo plazo.
Las previsiones no han fallado justo en ese punto. En verano, no solo no se ha recuperado el sistema eléctrico nacional, sino que el empeoramiento, que parecía casi imposible, continúa. Desde junio se han logrado récords de déficit de generación nunca vistos antes, dejando apagones de más de 24 horas seguidas en muchas provincias.
Las patanas turcas se van de Cuba sin que se haya esclarecido el precio que el Gobierno ha estado pagando por ellas, que se estima muy elevado. Ecuador, que tiene también graves problemas de electricidad, ha contratado plataformas flotantes a Karpowership, pero, a diferencia del Gobierno de La Habana, el de Quito sí ha rendido cuentas por el costo de los barcos.
El gerente general de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), Fabián Calero, contó justo en agosto de 2024 que la Emre Bey, gemela de algunas de las que han estado en Cuba, estaría 18 meses en el país y proveería 100 megavatios de energía por 114,39 millones de dólares (0,11 centavos por kWh), a los que se sumaban unos 45 millones de dólares por el combustible para abastecerlas, dejando el precio en unos 14 centavos.
Las autoridades ecuatorianas afirmaron que ese precio era muy inferior a los 300 millones de dólares del costo de importar la electricidad, algo que Cuba, por su condición insular, no puede hacer
Las autoridades ecuatorianas afirmaron que ese precio era muy inferior a los 300 millones de dólares del costo de importar la electricidad, algo que Cuba, por su condición insular, no puede hacer.
República Dominicana también contrató dos centrales flotantes (180 MW en total) para una duración de 42 meses por las que pagó 40 millones de dólares, una cantidad muy inferior a la que ha negociado ahora Ecuador. Guyana, por su parte, arrebató una de las seis patanas que había en Cuba este mayo pagando un millón de dólares por su traslado a una empresa intermediaria, la catarí Urbacon Concessions Holding. A lo que había que añadir el costo de los kWh de los próximos dos años, a 0,7 dólares, según anunció.
Cada país, en todo caso, puede negociar sus propias condiciones, por lo que es imposible saber cuánto ha pagado Cuba, que parece dispuesta a no revelarlo nunca.