Multan a una bodega de Ciego de Ávila por la reducción del peso del pan hasta un 50%
Alimentos
Aunque el producto llegaba con 35 gramos a la población, las autoridades estimaron que "la diferencia no era tan notoria"
La Habana/El pan de la canasta normada ha vuelto a ser víctima de una “grave infracción”, que rebajó su ya mermado gramaje de 60 a 35 gramos en la bodega La Especial, en Ciego de Ávila. Indignados por anómalo tamaño del alimento, los residentes en la provincia se quejaron ante las autoridades, y este jueves, en un artículo publicado en Invasor, figura parafraseada la respuesta del director de la Industria Alimentaria en el territorio: “si bien los panes tenían un peso inferior al establecido, la diferencia no era tan notoria”.
En realidad, la masa perdía entre un tercio y la mitad del peso con el que debía contar y los panes llegaban a la población con entre 35 y 42 gramos. “Por insignificante que parezca”, defiende Invasor, el gramaje alterado puede “marcar alguna diferencia entre un día y otro para los avileños”, especialmente en un producto cuya presencia en las bodegas también es irregular.
Se impusieron cinco multas de 8.000 pesos cada una, reseña el medio, que no refiere, sin embargo, quiénes fueron los sancionados, aunque añadió que también se castigará al administrador de La Especial, al maestro panadero y a los “trabajadores implicados”.
"Tal infracción es más grave todavía teniendo en cuenta la inestabilidad en la producción y la siempre cuestionada calidad"
“Tal infracción es más grave todavía teniendo en cuenta la inestabilidad en la producción y la siempre cuestionada calidad. A pesar de ello, el pan de 75 centavos es una opción para muchos frente al alto costo en las formas de gestión no estatal”, asegura.
Intentando excusar a La Especial, el directivo de la Industria Alimentaria, Ramón Arrizabalaga, explicó que en la bodega el proceso de elaboración ha enfrentado problemas en los últimos tiempos debido a los constantes cortes eléctricos y la harina de poca calidad, lo que pudo influir en el gramaje del pan.
Asimismo, dijo que se encontraron otras irregularidades como que los “especialistas designados para velar por el gramaje no ejercieron como correspondía su labor” y prometió “intensificar” la vigilancia sobre el resto de los 11 panaderías de la ciudad cabecera, y a las de toda la provincia, donde podría darse una situación similar a la de La Especial.
No es raro que por el pan, alimento escaso pero que “resuelve”, los cubanos pidan que rueden cabezas, sobre todo cuando las alteraciones en el peso son un problema que arrastran desde hace años. “El tema del gramaje del pan es viejo y no hay que esperar a que la población denuncie para hacer una inspección, porque para eso están. Ni cuando la harina viene buena el pan tiene el peso que tiene que llevar y eso lo sabe todo el mundo. Cuando no se inspecciona con regularidad pasa de todo”, reclamaba un usuario al pie de la publicación en Facebook de Invasor.
Por un monto simbólico y pese a su mala calidad, el pan de la bodega representa un alivio significativo para las familias, que evitan pagar por otros productos mejores, pero costosos. Según un informe de precios publicado este miércoles por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, en Ciego de Ávila un pan suave de 80 gramos, de venta liberada, puede costar entre 18 y 35 pesos.
El precio no asciende a los 58 o 60 pesos que se llegan a pagar por el mismo producto en La Habana y Santiago de Cuba, respectivamente, pero sigue siendo prohibitivo para el bolsillo cubano.
La industria panadera también se encuentra en su estado más crítico en las últimas décadas. El producto, que experimentó una reducción del 50% en lo más duro del Período Especial y se mantuvo en niveles mediocres, pero con tendencia ascendente, hasta 2012, en estos momentos se sitúa en niveles incluso más bajos que en los 90.
En septiembre de 2024, la Industria Alimentaria se vio forzada a anunciar una reducción del gramaje del pan de los 80 gramos estándar a unos 60, para garantizar que el producto se mantuviera a la venta pese a la falta de harina.