Memoria de La Habana, una revancha contra los que han atropellado la historia

El programa cumple este domingo cinco años y su creador, Ramón Fernández-Larrea, responde preguntas sobre esta radio ‘online’

"La cuestión es que yo descubrí mi país en el extranjero y sigo fiel a eso", afirma Ramón Fernández-Larrea. (Cortesía)
"La cuestión es que yo descubrí mi país en el extranjero y sigo fiel a eso", afirma Ramón Fernández-Larrea. (Cortesía)
Reinaldo Escobar

30 de agosto 2020 - 16:06

La Habana/Este domingo 30 de agosto el programa Memoria de La Habana, definido como una rebelión contra el olvido, cumple cinco años. Su creador, es el poeta y humorista Ramón Fernández-Larrea, el mismo que durante tres años revolucionó la radio cubana con el ya legendario Programa de Ramón.

Vía telefónica, Fernández-Larrea responde desde Miami a 14ymedio varias preguntas sobre su programa y el periplo vital que lo llevó hasta este proyecto.

Pregunta. En el Programa de Ramón, que se transmitía de lunes a viernes entre las cinco y las seis de la tarde en la emisora Radio Ciudad de La Habana, además de numerosas herejías teñidas de humor se ponía la música que todavía no se permitía en la radio cubana, sin embargo, ahora en Memoria de la Habana solo se escucha la música que ya no se transmite en Cuba.

Respuesta. Y no deja de ser cierto. Enrique Romero, un colombiano amigo mío, un tipo muy divertido, me llevó un día a su programa y me identificó de esta forma: "Les presento a Ramón Fernández Larrea, que en Cuba ponía música extranjera y en el extranjero pone música cubana”.

Se trata de salvar la presencia sonora de nuestros músicos. Por ejemplo lo que hicieron los hermanos Barreto en París

Pero debo advertir que la música cubana que ofrecemos en Memoria tampoco se oyó mucho en Cuba. Se trata de salvar la presencia sonora de nuestros músicos. Por ejemplo lo que hicieron los hermanos Barreto en París, donde eran famosísimos y que en Cuba prácticamente no se escuchó.

Primero hice este programa en Barcelona durante cinco años, la idea de repetirlo en Miami tiene la ventaja de que es menos didáctico porque los oyentes no son los españoles a quienes hay que explicarles qué cosa es Cuba. No está pensado para los más viejos, que de hecho lo oyen, sino para los más jóvenes; esos que salieron siendo niños o que nacieron aquí y a los que durante toda su vida les han estado hablando de Benny Moré, el Tropicana, la Caridad del Cobre y no tienen la referencia. Es como una misión para darle un sentido de cubanía a estos cubanos.

P. Ser nostálgico tiene el riesgo de parecer "casposo", adorador de lo viejo. ¿Cómo hace para seguir luciendo novedoso?

R. No es solamente la nostalgia. Esto tiene un truco por debajo que es como una especie de revancha contra los que han atropellado la historia y la han contado a su manera. Casi nunca hablo de política, menos de la inmediata, pero lo que estoy mencionando son cosas que "ellos" borraron, que obviaron y que reinventaron de otra manera. Se trata de rescatar lo que hizo a esa Isla grande y conocida y que todavía mucha gente ignora.

P. En este recorrido por el pasado ¿Cuál ha sido la nota más añeja y cuál la más reciente?

R. En lo más viejo de la historia he llegado a los comienzos, por ejemplo cuando Velázquez fundó las primeras 14 villas. En la música, el límite hacia atrás es que existan grabaciones. Lo más reciente en historia es "el accidente" [enero de 1959] y en música a los años 60, antes de aquella ofensiva del 68. Allí están el cuarteto de Meme Solís, los Zafiros, Pacho Alonso.

P. El programa se llama Memoria de La Habana, pero en varias ocasiones escapa a provincias. El teatro Sauto de Matanzas, Emilio Bacardí en Santiago de Cuba, el Cucalambé en las Tunas o la fundación de Pinar del Río.

R. Desde que este programa nació en Barcelona la idea fue que La Habana era un pretexto, una metáfora de Cuba, porque todo entraba y salía por la capital. Músicos de todo el mundo acudían aquí a probarse. El son llegó desde el Oriente a La Habana y allí tomó otro carácter. La Habana es Cuba.

P. Cuánto ha cambiado el equipo del programa desde su fundación hasta hoy

R. El equipo sigue siendo prácticamente el mismo. Jaimito Almirall que se ocupa de la edición, Miguel Grillo, nuestro productor, ese guajiro generoso que pone el dinero para miles de proyectos fue el que se atrevió a traer los primeros anunciantes. A nuestro primer locutor Danilo José, que murió hace tres años, le grabamos todos los spots e incluso los horarios y allí tenemos en su voz "las tres de la tarde del jueves, las cuatro de la tarde del sábado". Hace unos tres años se sumó Herick De Haro que es el informático y lleva la página online.

P. ¿Cómo funciona una emisora de radio online? ¿Hay un edificio, una antena, un custodio en la puerta?

R. Hay un sitio web donde uno paga el almacenaje. Ese depósito que cada día crece puede que esté en Londres, pero está en la nube, donde vamos colocando las fotos, la música, los textos. Cada día pesa más, pero no quiero borrar nada. Escribo en mi casa, después lo grabo en un pequeño estudio que tiene Jaimito Almirall donde se edita.

P. ¿Entonces no hay un custodio en la puerta?

R. No, nos ahorramos ese salario.

P. El programa tiene un poderoso archivo musical. ¿Alguien lo tiene acumulado físicamente o se va "bajando" de internet?

R. En el tiempo que estuve en Barcelona trabajando para Radio Gladys Palmera, pude grabar muchas cosas, con el consentimiento de su dueña, una feroz coleccionista que se llama Alejandra Fierro, que usa el seudónimo de Gladys Palmera. Allí hay más música cubana que en Radio Progreso. Luego, semana tras semana, fui revisando un par de tiendas de discos en Barcelona y me hice de mi propia colección que enriquezco con lo que encuentro en el Museo del Disco de Miami. Aquí, en mi casa, lo tengo todo.

P. En el programa sobre la calle Carlos III se repite que el último nombre que tuvo esa vía fue Avenida de Carlos III ¿Por qué no dice que ahora oficialmente se llama Avenida Salvador Allende?

R. Porque no me da la gana. Esta gente cree que puede cambiarlo todo. Yo soy de los que espera que un día Don Tomás Estrada Palma vuelva a calzarse los zapatos que dejaron en su pedestal en la Avenida de los Presidentes.

Yo soy de los que espera que un día Don Tomás Estrada Palma vuelva a calzarse los zapatos que dejaron en su pedestal en la Avenida de los Presidentes

P. ¿Cuál es el feedback que tiene desde Cuba?

R. En Facebook y Twitter los oyentes dejan comentarios y por lo interno me hacen sugerencias, pero como grabamos con alguna antelación no podemos complacer peticiones de forma inmediata. Pero nos escuchan y eso es lo más importante.

P. Cuba y su música. Ramón Fernández Larrea y la música. Si alguien fuera a hacer una película sobre usted ¿Cuál sería el fondo musical que le gustaría que tuviera ese filme?

R. No sé. Cualquier cosa del Benny, del Sexteto habanero o de Matamoros. La cuestión es que yo descubrí mi país en el extranjero y sigo fiel a eso. Todos los días me entero de algo y eso me alegra mucho.

P. ¿Cuál es la expectativa de vida de Memoria de La Habana?

R. Yo supuse que duraría tres años y ya vamos por cinco. A lo mejor me planteo dos años más. Todo depende de si estoy cansando, del trabajo que tenga. No sé. Me gustaría que siguiera.

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