"Las circunstancias me obligaron a tener que irme, como a muchos cubanos"

Entrevista

'Robertico' Carcassés, músico y ahora novelista, se ha mudado a Madrid, donde crece cada día la comunidad artística procedente de la Isla

El artista asegura que ser músico y compositor lo ha ayudado a organizar y escribir su libro.
El artista asegura que ser músico y compositor lo ha ayudado a organizar y escribir su libro. / 14ymedio
Yunior García Aguilera

17 de mayo 2025 - 11:19

Madrid/“Ha nacido una voz distinta en el coro que fusiona la belleza con la promiscuidad”. Así lo afirma Wendy Guerra en el prólogo de la primera novela escrita por el extraordinario jazzista cubano Roberto Robertico Julio Carcassés. Más de cuatro acordes se presenta el próximo 21 de mayo en Madrid, y 14ymedio decidió acercarse al barrio de Canillejas –donde el músico reside desde hace un año– para conocer los detalles del alumbramiento.  

Pregunta.- Has sido un artista auténtico y libre, logrando hitos con tu música. Y ahora te lanzas sin miedo a la literatura. ¿Desde hace tiempo querías escribir algo así o la idea te surgió en los últimos tiempos?  

Respuesta.- Desde adolescente siempre leí mucho y también escribí un poco. Pero era a manera de descarga, pensamientos, poemas, diálogos. No me había propuesto escribir una novela. Luego, a raíz de todas las cosas que pasaron –lo de la Tribuna Antiimperialista y la censura posterior [Se refiere al concierto del 12 de septiembre de 2013, trasmitido en directo por la televisión nacional, donde improvisó demandas como la libertad de opinión y la elección del presidente por voto directo]– se me articuló toda la historia y se me organizó la idea de escribir el libro. Entonces empecé a soltar todo lo que me venía a la mente. No de manera continua, sino por capítulos, hasta que lo terminé.  

P.- El personaje principal, Ricardo, ¿eres tú o una mezcla de personas que conoces? 

R.- Ricardo es una especie de alter ego, aunque supongo que otros se verán también reflejados, por cosas que le pasan al personaje, y que le pueden pasar a algunos o a muchos artistas en Cuba. Pero, principalmente está basado en mi experiencia.  

P.- Ser escritor también implica que –cuando estás con tus amigos y colegas– alguien puede decir: ¡cuidado, no cuentes esa historia delante de él, que mañana puede aparecer en un libro! ¿Te está pasando eso?  

R.- Todos los personajes están basados en gente que conozco, artistas cubanos, algunos más conocidos, otros no tanto. Y algunos de ellos ya han leído el libro sin mi permiso [sonríe], porque se lo pasé a alguien que se lo pasó a ellos. Pero no quiero revelar en quiénes están basados los personajes, es mejor que la gente lo vaya descubriendo. A partir de ahora, que sale el libro... [vuelve a sonreír con algo de picardía] ya veremos las reacciones. 

P.- Siempre has sido alguien que necesita expresarse abiertamente y que lo hace, sin pedir permiso. ¿Qué diferencias has encontrado en estas dos maneras artísticas para expresarte, primero en la música y ahora en la literatura?  

R.- El hecho de ser músico y compositor me da un poco la idea de cómo organizar y articular una narración. Aunque no es lo mismo con la literatura, porque en la música se da más ese fenómeno que es la forma sonata, la manera en que compones y desarrollas un tema, con sus variaciones. O sea, es la arquitectura básica de la música. En la literatura no es así, sino que las historias, lo que estás contando, puede quedar abierto. De hecho, se parece más a la realidad en ese sentido. Muchas historias pueden no tener un final o una resolución. 

Pero sí me sirve el sentido del ritmo. Me parece muy importante en la literatura, en la música, como en la vida. Y también está el hecho de que soy jazzista. La improvisación tiene mucho que ver con cómo te comportas en la vida, cómo decides hacer una cosa u otra o cómo reaccionas ante lo que te pasa. 

Pensaba que podía, estando allí, cambiar las cosas o ayudar o aportar a lo que significa vivir en Cuba

P.- En tu obra musical se nota mucho el concepto de libertad, y me imagino que uno lo encuentre también en las páginas de este libro. 

R.- Hay mucho. Yo diría que tiene que ver mucho con eso, con la posición del artista ante lo que le pasa, ante su contexto, ante su vida y el hecho de que somos cubanos, que vivimos en ese país que se llama Cuba, que es tan complicado y loco, ¿no? 

P.- Ahora estás viviendo una nueva etapa: la de convertirte en migrante, de vivir en un contexto diferente donde a veces hay que recomenzar. ¿Cómo ha sido tu vida desde que migraste?  

R.- Ha sido un cambio muy radical, algo que yo no pensaba que fuera a pasarme a mí. O sea, no contemplaba la idea de irme de Cuba. 

Pensaba que podía, estando allí, cambiar las cosas o ayudar o aportar a lo que significa vivir en Cuba. Las circunstancias me obligaron a tener que irme, como a muchos cubanos. Y sí, a todos esos personajes que están en el libro les han seguido pasando cosas súper interesantes, cosas que uno nunca pensó que pudieran suceder. 

De hecho, ahora mismo me estoy recuperando de una operación que me hice en la columna, una operación muy delicada. Son cosas que uno no puede prever que le van a pasar en la vida. A veces uno dice, qué fuerte, ¿no? Cómo ha cambiado mi vida porque me fui. Pero para la gente que se quedó, también ha cambiado mucho. Porque la realidad de Cuba ahora mismo no tiene nada que ver con la realidad de hace, qué sé yo, 10 años.  

P.- Ni siquiera con la realidad de hace dos años.  

R.- Exacto. Y no ya la realidad de Cuba solamente, sino del mundo en general. Porque hay muchos presupuestos, hay muchos principios, muchas cosas de las que uno duda, con las que dialoga, con las que interactúa, pero que uno piensa que son fijas, que están con uno todo el tiempo. 

Pero ahora mismo, como está el mundo, uno no sabe muy bien cómo explicarse todo, cómo clasificar, cómo entender, ni siquiera cómo expresar lo que tú piensas de lo que estás viendo y lo que te está pasando. Y con Cuba pasa también eso. El nivel de degeneración que ha habido en Cuba, uno nunca pensó que se podía llegar a tal nivel de desastre. 

No deja de ser asombroso y no deja de ser un reto: que estamos vivos y que tenemos que seguir lidiando con eso.  

P.- Wendy Guerra describe la novela como hilada “por las poderosas manos de un renacentista contemporáneo”. ¿No temes que te vean como un renacentista?  

R.- Yo estoy educado de una manera muy abierta por mis padres, por ambos. Mi papá [Bobby Carcassés] pinta, escribe, canta, toca varios instrumentos. Siempre vio el arte como un espacio de libertad, como un espacio en el que tú puedes entrar sin prejuicio. Y eso fue lo que me enseñaron a mí. Eso fue lo que yo vi siempre, lo que yo aprendí.  

Y si tienes ese impulso, si tienes eso que te nace de entrar en un ámbito, un espacio, lo haces sin cuestionártelo mucho. Vi en mi casa, toda la vida, eso. Vi esa práctica de la libertad, incluso en la educación, de no obligarme a pensar como ellos o a ver las cosas como ellos, aunque tus padres siempre te condicionan con sus gustos y con su forma de ver la vida. 

Pero si su formación es amplia y es jazzística, es de improvisación, es de música y es de belleza y de colores –como ocurre con mis padres–, eso realmente te ayuda, te sirve a la hora de enfrentarte a un reto como escribir un libro, que es algo que yo de alguna manera siempre pensé que podía hacer, pero no lo vi como una realidad hasta que lo hice.  

"Yo estoy educado de una manera muy abierta por mis padres, por ambos".
"Yo estoy educado de una manera muy abierta por mis padres, por ambos". / 14ymedio

P.- Ahora estás en España, ¿qué crees que necesita Madrid para ser un entorno ideal para los artistas cubanos emigrados? 

R.- Una cosa que ayudaría es que bajaran los impuestos... Yo soy autónomo, aunque estoy en el primer año.

Lo que sí me ha pasado a mí es que he tenido mucho apoyo de todos los músicos amigos. Aunque no deja de haber competencia, siempre hay muchas posibilidades. Y más por el hecho de que estamos en Madrid, en Europa, estamos en un lugar donde existen muchas posibilidades para uno desarrollarse.  

He conocido muchos músicos cubanos aquí: Emilio Ibáñez, Lidia María, Pedro Pablo... En Cuba no los conocía y aquí estoy trabajando con ellos. Desde que llegué, realmente se me han abierto muchas posibilidades de desarrollar mi propio proyecto.  

Estoy ahora con Yuro Leyva (Humo Productions), y hemos hecho un Interactivo con gente que está aquí, algunos que han venido de Cuba y otros que llevan un buen tiempo afuera. Ya hemos tocado bastante en Madrid y la respuesta ha sido muy bonita. 

Mucha gente se me ha acercado en los conciertos y me ha dicho: “Me parece que estoy en el Bertolt Brecht” (en La Habana). Cuando estoy aquí en un concierto de Interactivo, con Yuvisney Aguilar, El Leo, José Raúl, que ya tocaba conmigo en Cuba, más los nuevos que he conocido aquí, no sé, te digo: tú sientes que la gente es feliz de compartir ese proyecto y de que se haga esa música. Y el público también lo agradece.  

Van muchos cubanos a los conciertos y espero que eso también se amplíe a un público que no sea solamente cubano. Pero el hecho de que los cubanos se encuentren ahí y se sientan así en ese espacio, que de alguna manera recuerden momentos felices, también te hace sentir feliz. 

 P.- Y acompañado.  

R.- Claro, sentir que hay una comunidad, una cooperación, una cosa que no sea solamente el individuo. La relación es algo muy importante, el acompañamiento y la ayuda. Que te ayuden, que tú ayudes a la gente, eso es muy importante. 

P.- Más de cuatro acordes, ¿cómo llegaste a ese título y quiénes fueron tus referentes literarios para esta novela? 

R.- Ese no era el título original del libro. A partir de debates con la editorial y con el editor, llegamos a ese título, y también tiene que ver un poco con lo que se cuenta en el libro. Como la vida, la música actual se ha simplificado mucho y son dos, tres, cuatro acordes y unas letras que se parecen. Entonces estamos diciendo que la música o que la vida es mucho más que eso, ¿no? Es un poco ese el sentido del título.  

P.- ¿Y los referentes?   

R.- Estaba leyendo a Roberto Bolaño, a Mario Vargas-Llosa, a Padura... También a Stendhal, Orwell... Hay muchas referencias a Orwell porque, bueno, Cuba es un país bastante orwelliano.  

P.- ¿Cómo sería la Cuba a la que un día te gustaría volver? 

R.- Ahora mismo yo no soy capaz de ver esa Cuba… No soy capaz de describirla, la veo bastante difícil. Si voy de visita, no creo que encuentre la Cuba que me gustaría ver, pero encontraré la que hay. 

P.- Si pudieras decirle una frase a alguien que vaya a comenzar a leer el libro, ¿cuál sería?  

R.- Es una historia de músicos cubanos, que ya eso dice bastante. 

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