El cambio en Cuba "no tiene vuelta atrás"

Pavel Urkiza creó el tema 'Todo por ti', que canta junto a Daymé Arocena, para honrar las protestas del 11 de julio

El músico cubano Pavel Urkiza. (Captura)
El músico cubano Pavel Urkiza. (Captura)
Yaiza Santos

31 de julio 2021 - 11:46

Madrid/El cantante, compositor y productor musical Pavel Urkiza nació en Kiev (Ucrania), pero enseguida, con tres meses, lo llevaron a La Habana, donde se crió. Sus padres, ingenieros ambos, formaron parte de la primera brigada de estudiantes cubanos en la Unión Soviética. Se atisba el dolor cuando cuenta que conoció a su madre con cinco años: la propia familia materna se quedó al cuidado del niño y mandó a la mujer de vuelta a la URSS, para "cumplir la misión de la Revolución". Urkiza, con el tiempo, aprendió a perdonarla: "Ella se fundió, tuvo un trastorno mental".

La conversación llegó a los vericuetos familiares sin querer, porque lo que quería 14ymedio era hablar con Urkiza –músico total, fundador de Gema y Pavel, el dúo de culto que puso música a los durísimos primeros años 90 en Cuba en las antípodas de la Nueva Trova y las consignas–, sobre su último tema estrenado, Todo por ti, que canta junto a Daymé Arocena y que ensalza las históricas manifestaciones del 11 de julio.

Pregunta. ¿Tenía algo de Todo por ti compuesto antes del 11 de julio o se le ocurrió en ese momento?

Respuesta. Lo compuse al día siguiente. Yo ya había hecho dos cosas en noviembre, en homenaje al Movimiento San Isidro y Luis Manuel Otero Alcántara: la primera, Una gota de verdad y la segunda, El silbido nacional, a raíz de la convocatoria que lanzaron ellos de silbar todos los días a las nueve de la noche. Esto se inspiraba en un filme de Fernando Pérez que se llama La vida es silbar (1998), en la que curiosamente un personaje decreta la felicidad de todos los cubanos para 2020. Y es muy fuerte, porque realmente a partir de 2020 empezaron las cosas a moverse un poco más, con gente como Luis Manuel y Maykel Osorbo, gente para la que, como dice Carlos Manuel Álvarez, se hizo la Revolución y a la que la Revolución abandonó, relegó y trata de marginales.

Realmente a partir de 2020 empezaron las cosas a moverse un poco más, con gente como Luis Manuel y Maykel Osorbo

El 12 de julio hablé con Eliécer Jiménez-Almeida, tremendo talento hermano, y dijimos "tenemos que hacer algo". Yo compuse la canción y decidí escribirle a Daymé Arocena, que vive en Toronto ahora, y me respondió casi llorando, muy emocionada. Su esposo, Pablo Dewin, también artista visual, filmó a Daymé, y Eliécer hizo el montaje. De él fue la idea de hacerlo en formato cuadrado, para que fuera más fácil verlo en teléfonos. La mezcla y masterización del tema la hizo mi hermano madrileño Javier Monteverde en el estudio en el que yo trabajé cuando vivía en España. Y así surgió el tema. El 21 a las 7 de la mañana estaba ya lanzado a las redes.

P. Y enseguida fue respondido por Abel Prieto...

R. Además lo sacó como Casa de las Américas. ¡Eso está fuerte! Eso significa que dolió. Él empieza así [lee]: "Ayer se estrenó en YouTube la canción Todo por ti de Pavel Urquiza y Daymé Arocena. Insignificante como obra de arte, pretenden que funcione en términos de propaganda política. Usaron para el videoclip imágenes de 'el pueblo' cuando arremete contra un auto patrullero y contra policías que, la mayoría de las veces, retrocede ante las agresiones de la gente". El tipo está perdido, es un ridículo. Yo lo leí y decidí contestarle en Facebook también.

P. Si algo demuestra esas reacciones en el régimen es que la música los ha puesto muy nerviosos...

R. Desde Patria y Vida. Eso fue lo primero y es un tema indiscutible. Nada más que cambiar el lema, y que "patria o muerte" se haya quedado en lo obsoleto y en el olvido ya... Después hay otras cosas, pero les pueden parecer groseras, muy agresivas, "Díaz-Canel singao" y tal. Y el mensaje de mi canción es otro. Además, Daymé Arocena ahora mismo es una de las artistas cubanas con más proyección, joven, con luz, pero que también viene de ese lugar del que vienen Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo, gente del pueblo que ya no dan más. Por eso les ha dolido también, porque esta canción está a otro nivel.

A Yotuel Romero le han dicho "jinetero", "mercenario", pero Abel Prieto sabe que no me puede decir a mí "mercenario" ni "jinetero", porque yo sé muy bien cómo viven los dirigentes en Cuba

Si lee el razonamiento de Abel Prieto, todo es con preguntas. En mi respuesta le digo: "Me resulta curioso que usted –yo le trato de usted–, cuestione la canción con preguntas, ¿acaso duda de sus argumentos?". A Yotuel Romero le han dicho "jinetero", "mercenario", pero Abel Prieto sabe que no me puede decir a mí "mercenario" ni "jinetero", porque yo sé muy bien cómo viven los dirigentes en Cuba. Así le digo: sé que usted va al Cimeq [el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas], a la clínica de 43 [la Clínica Kohly, solo para altos funcionarios del Estado]..., le hablo de cosas que conozco, porque yo vengo de una familia de poder en Cuba, la familia de mi madre.

Mi tío sustituyó al Che Guevara cuando dejó de ser ministro de Industria, mi otro tío fue al principio de la Revolución jefe de la escolta de Fidel Castro, mi tía era coronel del Ministerio del Interior... Gente con la que yo no tengo ningún tipo de vínculo y se quedaron con mi casa en Cuba, en fin... Abel Prieto conoció perfectamente a mi abuela, la actriz Raquel Revuelta, que llegó a ser viceministra de Cultura.

P. La música está siendo un factor importante en el cambio en Cuba, y eso nadie lo vio venir.

R. Como le dije en mi mensaje a Abel Prieto, la libertad se conquista también con el filo de las ideas, y eso es lo que están haciendo las canciones.

P. Usted mismo ha traído a colación sus antecedentes familiares.

R. Yo vengo del privilegio. Mi familia materna era de los comunistas viejos. Mi abuela materna, la que me crió, nació en 1903 y no bautizó a sus hijos. Y mi abuelo, Fidel Domenech, que no conoció la Revolución, también era un comunista viejo [del Partido Comunista de Cuba, fundado en 1925]. Muchos de ellos se vincularon a la Revolución, pero entraron en contradicción con el proceso, y hay muchos comunistas a los que el propio Fidel apartó de la vida política.

A los 17 años, cuando ocurrió lo del Mariel, ya empecé a cuestionarme muchas cosas. Los actos de repudio que se hicieron en Cuba contra los que se querían ir... Ahí murió gente, era una cosa fascista

P. ¿Cuándo cobró conciencia y cómo fue el proceso de decir: "esto no lo quiero, me voy de Cuba"?

R. A los 17 años, cuando ocurrió lo del Mariel, ya empecé a cuestionarme muchas cosas. Los actos de repudio que se hicieron en Cuba contra los que se querían ir... Ahí murió gente, era una cosa fascista. Pero no conocía el mundo, yo no había salido. La primera vez que salí de Cuba fue en el año 85, a Checoslovaquia. Después, cuando entras en la universidad [estudió Economía de la Industria en La Habana], empiezas a ver otro mundo, a tener un sentido más crítico. Mi propia abuela Raquel era una persona muy crítica, y tenía una gran amiga comunista, con la que tenía muchas conversaciones que yo escuchaba. Decían que eran unos corruptos, que eso no era socialismo. De hecho, en el año 87 mi abuela dirigió una obra de teatro, La opinión pública, escrita por un rumano [Aurel Baranga], que era todo un cuestionamiento del sistema socialista. Ella era una mujer muy respetada en Cuba y podía hacerlo. Cuando la persecución de los homosexuales, ella también sacó a muchos de la UMAP [los campos de trabajo llamados Unidades Militares de Ayuda a la Producción] y los metió en su grupo de teatro. Yo le debo mucho a ella el sentido de mirar la realidad con un ojo crítico y con un ojo artístico también.

P. Al resto de sus familiares, ¿los cuestionaba?

R. Con mi tía la coronel, sobre todo, que me crió y que era ciega. Un día salí desnudo a la calle y empecé a escribir en la pared "abajo la dictadura", y mi tía, imagínese, salió detrás de mí borrando lo que yo había escrito... En los 80 también empecé a leer, a Milan Kundera, por ejemplo, forrado con papel de cartucho, escondido, y ya cuando vino la perestroika, a ellos se les fue de las manos. Aquellas revistas Novedades de Moscú y Sputnik, que a nadie interesaban porque era la misma porquería, siguieron llegando a Cuba y con la perestroika las empezamos a leer y empezamos a entender, a cuestionar una pila de cosas y a darnos cuenta de que lo que estábamos viviendo era un fracaso total.

Tuve también un episodio de represión, un día que fui con el pianista Omar Sosa a un hotel, a visitar a un músico que tocaba, y llegó la policía, nos metió en un carro patrullero y nos encerró en un calabozo. Eso no es nada, claro. Hay gente que ha sufrido represión de verdad, profunda, dura de verdad, como María Elena Cruz Varela. Como le digo, yo he sido un privilegiado; me fui dando cuenta poco a poco por mis amigos, por gente que fui visitando sus casas, viendo cómo vivían y empecé a cuestionarme realmente que esa revolución era un gran bluf. Para el 92 estaba yo ya verde.

Yo he sido un privilegiado; me fui dando cuenta poco a poco por mis amigos, por gente que fui visitando sus casas, viendo cómo vivían y empecé a cuestionarme realmente que esa revolución era un gran bluf

P. En ese año, salió a España, gracias también a su abuela Raquel, para no volver.

R. Salí con el grupo Teatro Estudio de Cuba, a las celebraciones del quinto centenario del descubrimiento de América. El grupo de teatro también me sirvió mucho, porque los artistas suelen ser más críticos con la realidad y tienen acceso a determinadas lecturas y otro tipo de música, cosas que te empiezan a abrir la mente, a darte cuenta de que estás viviendo en una burbuja, engañado por un sistema que te hace creer que eso es lo mejor del mundo. Y llegué a la España del 92, que era grandiosa.

P. ¿Qué impresión le causaba la opinión de Cuba que se tenía en España en aquel momento?

R. Era gente súper defensora de la Revolución, y nosotros de alguna manera intentábamos hacerles ver cómo era la realidad. De hecho, yo creo que muchos empezaron a verlo de otra manera, decidieron viajar a Cuba y se dieron cuenta de que realmente hay algo ahí que está mal. Muchos se desengañaron y otros no, entre ellos grandes amigos míos. Pero a mí me parece bien, todo es respetable. Eso es lo grande de una democracia: que puedas pensar como quieras y yo también y debatimos y nos respetamos. Y bueno, y gana las elecciones al que más vote el pueblo, es así. Como dice la Constitución de Estados Unidos, "We the people", nosotros somos los que le decimos al Gobierno lo que tiene que hacer, no el Gobierno a nosotros.

P. ¿Y por qué se fue a Estados Unidos?

R. Bueno, me casé con una americana, una historia de amor que al final no funcionó, pero aquí me quedé. Después de vivir en Washington me vine a Miami porque tiene capital social y tiene buen clima. Es un lugar donde los cubanos nos sentimos en casa, y es realmente una ciudad muy cosmopolita. La visión que se tiene de Miami en el mundo está bastante estigmatizada: la cosa de la mafia y todo eso es una cosa que pertenece al pasado. De hecho, en la ciudad de Miami ganan los demócratas.

Ahora ya estoy sintiendo que soy anarquista-humanista-libertario. La izquierda me ha decepcionado mucho

Creo que Estados Unidos en general es un país estigmatizado. Incluso cuando vivía en España lo despreciaba un poco. ¡Porque con eso creces! Cuando empiezas a vivir la experiencia, dices "espérate, tengo que pensar por mí mismo". Y yo creo que Estados Unidos tiene muchas virtudes. Es un país de leyes, hay una grandeza aquí.

Y le digo algo: siempre tuve tendencias hacia la izquierda, obviamente, y cuando estaba en España ya empecé a decir que era humanista, pero ahora ya estoy sintiendo que soy anarquista-humanista-libertario. La izquierda me ha decepcionado mucho. Hay toda una estrategia ahí que no tiene nada que ver con deseos reales de cambiar para el bien de la gente. Ya en La ruta de las almas escribí una canción al respecto, Resurrección, que dice "libradme de todo lo aprendido, volver al punto de la nada, a la ausencia total de vida acumulada". Tengo que rehacerme, pero desde mi propia visión, no desde la que me metieron ahí.

P. ¿Cómo ve Cuba a partir de ahora, después del 11 de julio? ¿Viene el cambio?

R. Eso no tiene vuelta atrás, no tiene vuelta atrás. Podrá demorarse cinco años más, pero pasará. La gente no se va a quedar tranquila ya. Como dijo esa mujer de uno de los videos en las protestas, que además es una vieja, ¿tú crees que esa vieja es una delincuente?: "Nos quitamos el ropaje de silencio". Así recordaré toda mi vida el 11 de julio: el momento en que el pueblo de Cuba se quitó el ropaje del silencio.

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