Haddad, un estudioso del marxismo que busca el poder y la redención de Lula

Aunque ambos han compartido siempre el campo progresista, Lula y Haddad parecen estar en las antípodas cuando de praxis política se trata

Haddad ha transitado desde el marxismo a la socialdemocracia y se distancia del populismo de Lula. (Fernando Haddad)
Haddad ha transitado desde el marxismo a la socialdemocracia y se distancia del populismo de Lula. (Fernando Haddad)
Eduardo Davis

07 de octubre 2018 - 15:09

Brasilia/(EFE).- Fernando Haddad, un académico estudioso del marxismo, ha exprimido toda su vena política para sustituir como candidato presidencial al encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva, que pudiera ser en parte redimido si su elegido llegase al poder.

Aunque ambos han compartido siempre el campo progresista, Lula y Haddad, quien le representará en las elecciones del próximo día 7 como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), parecen estar en las antípodas cuando de praxis política se trata.

Uno, un obrero sin estudios, de verbo encendido, olfato político y enorme conexión con el pueblo; el otro un intelectual apocado y discreto, de discurso moderado y conciliatorio y con un lenguaje más apropiado a los medios académicos que a los mítines con las masas.

Aunque en su juventud bebió en el marxismo, Haddad se acercó más al ideario del filósofo Herbert Marcuse y la Escuela de Frankfurt y siguió suavizando su pensamiento, hoy más cercano al socialismo europeo

Sin embargo, Haddad fue el elegido por Lula para sustituirle como candidato presidencial cuando fue vetado por la justicia, pues está en prisión, condenado por corrupción y con una sentencia confirmada en segunda instancia que impide su postulación.

Aunque en su juventud bebió en el marxismo, Haddad se acercó más al ideario del filósofo Herbert Marcuse y la Escuela de Frankfurt y siguió suavizando su pensamiento, hoy más cercano al socialismo europeo, económicamente pragmático y distante del populismo de la izquierda latinoamericana, en el que se encuadra el propio Lula.

Haddad, de 55 años, abogado, con maestría en economía, doctor en filosofía y profesor de ciencias políticas, ha publicado diversos libros y ensayos sobre el marxismo, del que, aún con críticas, valora su aporte para el análisis económico y político.

Está casado desde 1988 con Ana Estela Haddad, una profesora de odontología con quien tiene dos hijos y que hoy se define a sí misma como "compañera militante" de su marido.

El primer académico que el Partido de los Trabajadores postula a la Presidencia nació en una familia de comerciantes libaneses y se crió en un barrio de clase media de Sao Paulo.

Como muchos jóvenes de entonces entró en la política en la década de 1980 a través de los centros universitarios, pero su activismo se limitó al campo académico, que compartía con su trabajo en la tienda familiar de textiles.

El primer académico que el Partido de los Trabajadores postula a la Presidencia nació en una familia de comerciantes libaneses y se crió en un barrio de clase media de Sao Paulo

Trabajó luego como profesor y analista de inversiones de un banco y se afilió al PT, tras lo que fue nombrado para un cargo en la Secretaría de Finanzas del municipio de Sao Paulo en 2001.

Dos años después, una vez que Lula llegó al poder, se desempeñó como asesor del Ministerio de Planificación y en 2005 fue nombrado ministro de Educación, un cargo que ocupó hasta 2012 y desde el que dirigió lo que el PT siempre calificó de "revolución" en esa área.

Lula le convenció para aspirar a la Alcaldía de Sao Paulo y, tras dejar el Ministerio de Educación, ganó las elecciones municipales en la mayor ciudad de Brasil, en la que impuso una acelerada y elogiada modernización de los espacios y la movilidad urbana.

Sin embargo, cuando intentó la reelección en 2016, fue víctima de una creciente ola de rechazo al PT que ayudó a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y quedó en tercer puesto, con apenas un 16% de los votos.

Durante el último año, ha sido un fiel escudero de Lula en medio de la tormenta judicial que llevó al expresidente a prisión y fue el coordinador del programa de Gobierno del PT para las elecciones de octubre, preparado en principio para su mentor y ahora asumido por él mismo como abanderado presidencial.

La porfía del PT y el propio Lula por dejar para último momento su designación como candidato hizo que entrase tarde en la campaña, cuando solamente faltaban cuatro semanas para las elecciones.

Según Haddad, Lula rechaza un perdón pues lo que pretende es que la inocencia que alega sea probada debidamente en los tribunales

Aún así, presentado como el candidato de Lula, ha heredado buena parte del apoyo al popular líder encarcelado y ahora las encuestas apuntan a que disputará una segunda vuelta con el ultraderechista Jair Bolsonaro, que lidera todos los sondeos.

Su posible victoria en las urnas representaría no sólo la vuelta del PT al Gobierno tras la destitución de Rousseff, sino también una suerte de redención política para Lula, sobre quien Haddad ha dicho más de una vez que no será indultado si llegase al poder.

Según Haddad, Lula rechaza un perdón pues lo que pretende es que la inocencia que alega sea probada debidamente en los tribunales.

Lo que sí promete Haddad es que, si se convierte en presidente, seguirá visitando a Lula en prisión, pues es su mayor "consejero" y lo seguirá siendo aún cuando permanezca encarcelado.

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