Netanyahu arrasa en las primarias de su partido pese a las acusaciones de corrupción

El primer ministro se enfrentaba por primera vez a un oponente que desafiaba su continuidad, y aunque acabó imponiendose por el 70% de los votos, es su menor porcentaje en los últimos años

Netanyahu está acusado de cohecho, fraude y abuso de confianza, por lo que el Supremo debe determinar si puede aspirar a repetir como primer ministro.  (EFE)
Netanyahu está acusado de cohecho, fraude y abuso de confianza, por lo que el Supremo debe determinar si puede aspirar a repetir como primer ministro. (EFE)
Laura Fernández Palomo

27 de diciembre 2019 - 09:52

Jerusalén/(EFE).- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, puso este jueves a prueba su liderazgo al frente del derechista Likud en unas primarias en las que por primera vez se enfrentó a un rival, Guideon Saar, que desafiaba su continuidad.

Finalmente se impuso con el 72,5% de los votos, mientras que Saar se quedó en el 27,5%, sin superar el umbral del 30% que los analistas habían valorado como una "relativa victoria" como parte de la incipiente corriente de disensión que lidera dentro de la formación.

Poco más de una hora después de que cerraran las urnas a las 23:00 hora local del jueves, Netanyahu proclamó una "gran victoria", todavía durante el recuento.

"Con la ayuda de Dios y la vuestra, llevaré al Likud a una gran victoria en las próximas elecciones y continuaré dirigiendo el Estado de Israel a logros sin precedentes"

"Con la ayuda de Dios y la vuestra, llevaré al Likud a una gran victoria en las próximas elecciones y continuaré dirigiendo el Estado de Israel a logros sin precedentes", expresó este viernes el jefe de Gobierno sobre su intención de ganar también en la cita electoral de marzo.

Netanyahu, que en 14 años como líder no ha tenido quien le haga sombra en el partido, concurrió a estas primarias con la losa de estar acusado de cohecho, fraude y abuso de confianza y habiendo fracasado en la formación de Gobierno tras los comicios de abril y septiembre.

"Mis hermanos y hermanas, miembros del Likud, fuerzas inmensas - no solo el clima- están tratando de influirte para que te quedes en casa. Ven a votar por mí para liderar el partido", pidió Netanyahu para garantizarse con esta victoria el primer puesto de la lista electoral para los comicios del 2 de marzo de 2020.

La jornada lluviosa y desapacible hizo temer una menor participación, que finalmente se acercó al 50% de los 116.048 militantes que acudieron a votar en alguna de las 106 urnas repartidas por todo el país.

Saar, hijo de una maestra israelí y un médico argentino, ha presionado para la convocatoria de unas primarias que no se celebraban desde hace cinco años, ya que en 2016 no hubo candidato que quisiera competir con Netanyahu y se cancelaron.

Entonces, en 2014, el jefe de Gobierno venció con un 70% al hoy embajador israelí en Naciones Unidas, Danny Danon, que apenas consiguió un 19%.

En la elección interna de este jueves se estimaba que Saar podría superar el 30%, pero lo que ya ha conseguido es romper con la imagen de que el Likud es un partido de un solo hombre, el apodado "rey Bibi".

"Definir un nuevo camino que nos permita establecer un gobierno fuerte y estable y unir al pueblo de Israel. Pido vuestras voces, vuestra fe. Juntos haremos el cambio", propuso Saar en una campaña basada en su capacidad de formar un Ejecutivo que siga liderando la derecha tras las elecciones de marzo.

De hecho, uno de los escollos para cerrar un Ejecutivo de unidad con la coalición centrista Azul y Blanco de Beny Gantz ha sido la figura de Netanyahu por su situación legal.

En cuanto al contenido del programa, Saar no se ha diferenciado de la línea de Netanyahu al prometer también la anexión del Valle del Jordán y de las colonias judías en Cisjordania ocupada. Los dos han hecho campaña en asentamientos israelíes de los territorios palestinos ocupados.

Uno de los escollos para cerrar un Ejecutivo de unidad con la coalición centrista Azul y Blanco de Beny Gantz ha sido la figura de Netanyahu por su situación legal

Este hombre fuerte ya se significó en las primarias de lista de febrero (para definir el orden de los diputados en la candidatura), al hacerse con el tercer puesto por encima de los acólitos de Netanyahu, lo que apuntó a una creciente división dentro de la formación, creciente hoy por el desgaste que ha producido la acusación de Netanyahu.

Las próximas semanas serán determinantes para Netanyahu, cuya situación legal podría empañar la previsible victoria en estas primarias.

El Tribunal Supremo de Israel ha convocado una vista el día 31 para examinar si un acusado de corrupción puede recibir el mandato de formar Gobierno.

El fiscal general del Estado tendrá también que emitir una opinión legal en este sentido ante los comicios de marzo y una posible victoria de un Likud liderado por Netanyahu.

Este, como jefe de Gobierno, todavía tiene la posibilidad de solicitar la inmunidad al Parlamento israelí (Knéset) hasta el 1 de enero, aunque el comité que debe concederla no podrá ser formado hasta después de los comicios por la nueva Cámara.

La situación legal sin precedentes que vive Netanyahu no garantiza su continuidad, aunque valide su liderazgo en las primarias que, a su vez, le permitirán concurrir como cabeza de lista en las elecciones de marzo, pero está por ver si con capacidad de reeditar su cargo como primer ministro.

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