Putin diseña la Siria de la posguerra

Con la firma del memorándum, aprovechando la inacción de EE UU, Rusia se asegura una plataforma para marcar los designios en todo Oriente Medio

Putin y Erdogan sellaron en Sochi el acuerdo para el futuro de la zona. (Kremlin)
Putin y Erdogan sellaron en Sochi el acuerdo para el futuro de la zona. (Kremlin)
Ignacio Ortega

23 de octubre 2019 - 16:51

Moscú/(EFE).- Con la firma del memorándum sobre el noreste sirio, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha puesto las primeras piezas del tablero de lo que será la Siria de la posguerra, plataforma desde que la que espera, aprovechando la inacción de Estados Unidos, marcar los designios en todo Oriente Medio.

El memorándum suscrito el martes en el balneario ruso de Sochi por Putin y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tiene una doble lectura. Por una parte, Moscú aceptó la exigencia de Ankara de expulsar a las milicias kurdas de una franja de 30 kilómetros de profundidad en el noreste de Siria. Un convoy ruso ya ha llegado a la ciudad fronteriza siria de Kobane con ese fin.

Erdogan logró el propósito de su operación "Fuente de Paz", que era crear una zona de seguridad en su frontera con el país árabe

La policía militar rusa y los guardias fronterizos sirios tienen 150 horas -poco más de seis días- para conseguirlo. En caso de que las unidades kurdas dejen la zona, rusos y turcos patrullarán un sector de diez kilómetros de ancho para evitar la infiltración de elementos terroristas.

Es decir, Erdogan logró el propósito de su operación "Fuente de Paz", que era crear una zona de seguridad en su frontera con el país árabe.

Al mismo tiempo, como explicó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, la ofensiva turca ha terminado. Rusia quería evitar a toda costa un enfrentamiento armado entre el Ejército turco y las tropas sirias que acudieron a la zona en auxilio de los kurdos. EEUU le arrancó a Erdogan una tregua, pero Putin fue más allá y le convenció para frenar lo que podía haberse convertido en una masacre.

Además, en caso de que la ofensiva turca hubiera continuado, habrían quedado sin protección las cárceles de la zona en las que se encuentran retenidos más de 12.000 yihadistas, un foco de inestabilidad que preocupa mucho al Kremlin.

A cambio, Rusia ha logrado que Ankara renuncie a pretensiones territoriales sobre Siria, a lo que se suma que Erdogan ya abandonó hace mucho la demanda de que el presidente Bachar al Asad deje el poder en Damasco. El primer punto del memorándum coloca al mismo nivel la integridad territorial siria y la seguridad nacional turca.

Eso sí, aún está por ver qué significa el punto 3 del memorándum sobre que se conserva el statu quo entre las localidades de Tal Abiad y Ras al Ain.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, reconoció que Putin y Erdogan no hablaron de plazos para la presencia militar turca, pero el Kremlin y los negociadores rusos llevan semanas insistiendo en que sería "inadmisible" que las tropas turcas permanecieran en suelo sirio.

Según el Kremlin, sólo hay un país que está legitimado para desplegar tropas en Siria y es Rusia, cuyo Ejército fue invitado por el propio Al Asad

Según el Kremlin, sólo hay un país que está legitimado para desplegar tropas en Siria y es Rusia, cuyo Ejército fue invitado por el propio Al Asad.

Por eso, aunque el Kremlin acusó hoy a Washington de "traicionar" a los kurdos, al dejar en la estacada a sus principales aliados en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico, Moscú está encantada de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidiera retirar sus tropas del país árabe.

También ocurre lo mismo con las unidades iraníes que combaten en Siria, algo que preocupa y mucho a Israel. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha viajado en varias ocasiones a Moscú para abordar este asunto con Putin, que intenta nadar entre dos aguas, pues Irán es uno de los garantes del alto el fuego en Siria acordado en su momento en Astaná.

Nada más concluir su reunión con Erdogan, Putin llamó a Al Asad para informarle de los detalles del acuerdo. Según medios rusos, el presidente sirio se mostró satisfecho y respaldó las cláusulas del memorándum. Aunque no dudó en llamar "ladrón" a Erdogan, Al Asad tenía motivos para estar satisfecho, ya que la actitud rusa ha acabado de golpe y plumazo con las ansias separatistas kurdas.

Además, Rusia apoya que el Gobierno sirio recupere el control sobre todos los yacimientos de petróleo de la zona.

Rusia apoya que el Gobierno sirio recupere el control sobre todos los yacimientos de petróleo de la zona

En el pasado Putin se había manifestado muy cauto al respecto, pero el martes denunció claramente que dichas aspiraciones kurdas son "artificiales" y habían sido instigadas "desde el exterior", en clara alusión a EE UU. Rusia ha admitido haber suministrado armamento a los kurdos iraquíes, pero se negó a hacer lo mismo con los kurdosirios.

Aunque es consciente del riesgo que conlleva, Rusia está interesada en el retorno de los refugiados sirios que huyeron de la guerra. La mayoría se encuentran en territorio turco. Erdogan ha prometido que tiene previsto facilitar el regreso de casi un millón de ellos una vez se estabilice el noreste.

La estabilización del noreste y después de Idlib, el último foco rebelde, es una condición clave para el éxito del proceso de arreglo político. Para empezar, el memorándum del martes allana el camino para la celebración de la primera reunión del Consejo Constitucional sirio a finales de mes en Ginebra.

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