Republicanos se comprometen a impedir la derogación del embargo

El senador republicano Marco Rubio. (Flickr/ Gage Skidmore)
El senador republicano Marco Rubio. (Flickr/ Gage Skidmore)

12 de agosto 2015 - 23:00

Miami/(EFE).- Políticos republicanos de Florida aseguraron este miércoles en Miami que al "regalo" de la embajada estadounidense en Cuba no se sumará el del levantamiento de las sanciones a la Isla, al asegurar que el presidente, Barack Obama, carece de los votos en el Congreso para acabar con el embargo.

"Cada vez que hay una votación en la Legislatura para eliminar las sanciones a la isla, hay más votos para mantenerlas", aseguró este miércoles la congresista Ileana Ros-Lehtinen.

En conferencia de prensa, la representante por Florida y su colega republicano Mario Díaz-Balart calificaron de "otro regalo de Obama al régimen de los Castro" la apertura oficial prevista para este viernes de la embajada estadounidense en La Habana por parte del secretario de Estado, John Kerry.

Sin precisar números, ambos congresistas de origen cubano aseveraron que en el pleno del Congreso hay los "votos bipartidistas suficientes" para continuar con el castigo económico que desde hace 55 años mantiene Estados Unidos sobre la isla caribeña.

"El Congreso bipartidista está más del lado de la disidencia y la oposición que de Obama, y nosotros vamos a mantener la línea dura", manifestó Ros-Lehtinen.

"Lo principal que Obama quiere regalarle a los Castro es el levantamiento del embargo, pero él no lo puede hacer porque es una ley", indicó por su parte el excongresista Lincoln Díaz-Balart, hermano de Mario.

Reiteró que mientras no hayan elecciones libres y pluripartidistas y el respeto de los derechos humanos no habrá cambios de esa ley en el Congreso de Estados Unidos.

Por otro lado, estos tres reconocidos políticos del exilio cubano en Miami criticaron la posibilidad de que los opositores en la isla no fueran invitados este viernes a los actos oficiales en los que se izará la bandera estadounidense en La Habana.

"Es ofensivo que todos aquellos que se han sacrificado no hayan sido invitados", expresó Lincoln Díaz-Balart, quien fue uno de los artífices de la ley Helms-Burton, que en 1996 reforzó el embargo impuesto sobre la Isla como medida de presión para alentar un cambio democrático.

Marco Rubio dijo que "los activistas por la democracia en Cuba merecen respeto por parte de Estados Unidos, y no esta bofetada en la cara"

Ros-Lehtinen consideró que "el gobierno de Obama no tiene mucha credibilidad, independientemente de que haya invitado o no a la disidencia; el problema es que les está enviando un mensaje de que ellos no tienen un papel en este proceso".

"Obama le tiene tanto respeto a los Castro que no quiere invitarlos para no insultar al régimen", agregó la congresista, al criticar que no fueran convidados los disientes como sí lo fueron algunos opositores cubanos en Miami.

Entre tanto, el senador por Florida Marco Rubio, quien aspira a la Presidencia en la primarias republicanas, dijo que "los activistas por la democracia en Cuba merecen respeto por parte de Estados Unidos, y no esta bofetada en la cara".

No obstante, Mario Díaz-Balart reiteró que a pesar de estos desplantes, "la oposición sigue firme dentro de Cuba y en el Congreso de Estados Unidos.

Sin embargo, otros representantes del exilio cubano en Miami señalaron hoy a Efe que "la libertad en Cuba no radica en una ley extranjera, sino en el pueblo de Cuba".

"Si existen o no los votos suficientes no importa, el embargo lo van a levantar. La labor de nosotros es levantar el embargo a los derechos de los cubano", manifestó a Efe el presidente del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez.

Según el activista, es incomprensible la razón para "mantener un embargo que ha beneficiado tanto a los Castro, tanto políticamente como económicamente, con dividendos de entre 4.000 y 6.000 millones de dólares anuales en transacciones".

Por su parte, la Fundación Cuba Libre anunció hoy una protesta en Miami para este viernes, fecha en la que se izará la bandera estadounidense en la embajada en La Habana, ante "la fallida política hacia Cuba de la administración Obama", a la que proseguirá una "vigilia de oración en silencio por las víctimas del castrismo".

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