Un Biden desatado entra de lleno en la campaña electoral

Los cinco momentos más destacados del discurso sobre el estado de la Unión

Joe Biden necesitaba la energía que empleó este jueves para disipar las dudas sobre su edad, 81 años, que han surgido entre los votantes.
Joe Biden necesitaba la energía que empleó este jueves para disipar las dudas sobre su edad, 81 años, que han surgido entre los votantes. / EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS
Beatriz Pascual Macías / EFE

08 de marzo 2024 - 11:59

Washington/El presidente de EE UU, Joe Biden, acaba de sumergirse de lleno en la campaña para las elecciones de noviembre. Lo hizo en un escenario que conoce bien, el Congreso, mostrándose cómodo y, en ocasiones, incluso desatado, al responder en directo a los republicanos que le interrumpían a voces.

Fue el gran discurso que necesitaba para disipar las dudas sobre su edad, 81 años, que han surgido entre los votantes, incluso entre aquellos cercanos al Partido Demócrata, acerca de su capacidad para gobernar durante otros cuatro años.

Las alabanzas hacia Biden se repitieron en las principales cadenas de televisión estadounidenses, que ejercen una gran influencia sobre la opinión pública, sentando las bases para la campaña contra el ex presidente Donald Trump (2017-2021), quien ya camina sin oposición hacia la nominación del Partido Republicano.

En ABC, el periodista Jon Karl reconoció que "fue una noche muy importante para Biden", mientras que en CBS el comentarista republicano Terry Sullivan admitió que "tuvo mucha energía" y "pilló desprevenidos a los republicanos".

En CBS el comentarista republicano Terry Sullivan admitió que "tuvo mucha energía" y "pilló desprevenidos a los republicanos"

La comentarista Alyssa Farah, quien trabajó para Trump en la Casa Blanca, reconoció en CNN que la parte del discurso sobre migración "fue realmente buena".

Uno de los cambios de opinión más notables fue el del demócrata David Axelrod, uno de los principales asesores de Barack Obama (2009-2017). Hasta ahora se había mostrado muy crítico con Biden por su edad, pero esta noche reconoció en MSNBC que "dominó" el Congreso.

El presidente acertó con el tono: "Fue animado, pero no resultó estridente. Fue el tono justo", dijo a EFE Michael Cornfield, profesor de Política de la Universidad George Washington.

De esa forma, el discurso resultó ser un éxito tanto en el contenido, presumiendo de cómo su política había beneficiado a la clase media, como en la forma, con el mandatario mostrando una mayor energía de lo habitual y respondiendo en directo a los republicanos que lo abucheaban e insultaban, llamándolo "mentiroso".

Durante toda la comparecencia, Biden contrastó la "honradez y la decencia" que él dice representar frente a la "ira, el odio y la venganza" de Trump, a quien no llegó a mencionar por su nombre y al que se refirió en una quincena de veces como "predecesor" o "expresidente".

Durante toda la comparecencia, Biden contrastó la "honradez y la decencia" que él dice representar frente a la "ira, el odio y la venganza" de Trump

Trump tiene el camino despejado para asegurarse la nominación republicana y enfrentarse a Biden en noviembre desde el miércoles, día en que la exembajadora de EE UU ante la ONU Nikki Haley anunció su retirada de la contienda electoral ante sus pobres resultados en las primarias del supermartes.

La intervención del presidente fue también especial porque le permitió hablar directamente a los estadounidenses, colándose en sus casas a través del televisor, explicó a EFE la analista política Yamila Pino.

El discurso sobre el estado de la Unión, que los dirigentes pronuncian anualmente ante ambas cámaras del Congreso, suele alcanzar a una audiencia de millones de personas. En 2023 congregó a 27 millones y las cadenas posiblemente darán a conocer las cifras del de este año el viernes.

Estos fueron los cinco momentos clave de la jornada de ayer:

La vuelta de las "mujeres de blanco"

Cinco años después de que un mar de congresistas demócratas en estricto blanco opacaran en 2019 el discurso del entonces presidente, Donald Trump, para resaltar el poder femenino, cerca de 70 repitieron ayer la vestimenta.

En esta ocasión no pretendían eclipsar al presidente, de su mismo partido, sino hacer pública su defensa de los derechos reproductivos frente a sus colegas republicanos y a los magistrados del Tribunal Supremo, que en el último año han promovido la mayor regresión en décadas al acceso al aborto.

Y otras de negro...

Otro grupo más reducido de legisladoras demócratas optaron por el negro, casi de luto, por la guerra en Gaza. Son las más progresistas del partido, encuadradas en el 'Squad' o 'Escuadrón', como Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Summer Lee, Ilhan Omar o Cory Bush.

Tlaib –que es la única legisladora de origen palestino–, Bush y Lee también llevaban kufiya y pasaron casi todo el discurso sentadas, sin aplaudir a su presidente, en contraste con el resto de sus compañeros demócratas que asistieron entusiastas a la arenga de Biden.

Cuando el presidente habló de la guerra en Gaza, las legisladoras exhibieron carteles con el texto "Stop Sending Bombs" o "Deje de enviar bombas", antes de que Tlaib, muy criticada por su defensa de Palestina, rompiera a llorar.

El regreso del culebrón de George Santos

Cuando muchos ya se habían olvidado de él, George Santos, que fue expulsado del Congreso en diciembre del año pasado, aprovechó sus privilegios de exlegislador para presentarse por sorpresa para el discurso.

Santos, que construyó su carrera política a base de mentiras y presuntos delitos, se paseó con sus zapatos plateados por el hemiciclo saludando a los pocos amigos que dejó sin que nadie supiese con certeza el porqué.

Las dudas se despejaron con el discurso de Biden ya empezado, el momento que Santos aprovechó para anunciar en sus redes que se volverá a presentar en las elecciones de 2024, en las que intentará destronar a uno de sus opositores en el partido: Nick LaLota.

MTG juega en otra liga

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, había pedido decoro a sus miembros durante el discurso, pero la congresista ultraderechista Marjorie Taylor Greene, fiel aliada de Trump, quiso ser protagonista del Estado de la Unión.

En contra del protocolo del evento, Greene se puso la característica gorra roja de "Make America Great Again" firmada por Trump y se enfrentó a su entrada tanto con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, como con el propio Biden.

Al llegar Biden al hemiciclo, le entregó un pin con el rostro de la estudiante de Georgia Laken Riley, asesinada el mes pasado supuestamente por un migrante venezolano y, en un gesto inesperado, este respondió al estallido levantando el objeto y pidiendo a los republicanos que aprueben medidas para fortalecer la frontera, algo a lo que se han negado hasta ahora.

Volvió a interrumpir al presidente cuando hablaba de fiscalidad al grito de "dile a Hunter que pague sus impuestos", en referencia al polémico hijo del presidente, que está imputado por evasión fiscal.

El momento más combativo

Aunque Biden habló de la guerra en Gaza, la de Ucrania, de aborto o del modelo económico, entre otros temas controvertidos, el que más pasiones levantó entre unos y otros fue la migración, que ahora mismo está marcando la campaña electoral entre Biden y Trump.

El presidente fue aplaudido y abucheado a partes iguales por un lado y otro del hemiciclo mientras presumía de haber pactado "el conjunto de reformas de seguridad fronteriza más duras que jamás haya visto este país".

Muchos de los republicanos empezaron a abandonar la cámara en ese momento, en el que Biden les confrontó por haber hundido ese proyecto legislativo al tiempo que el enviado de los conservadores a esa negociación, el senador James Lankford, asentía.

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