China tilda de "manifiesto descarado de independencia" el discurso del presidente taiwanés
Asia
Pekín acusa a Lai de "manipular la opinión pública" al vincular los sentimientos patrióticos de los taiwaneses con las aspiraciones independentistas
Pekín/China calificó de "manifiesto descarado de independencia" las recientes declaraciones del presidente taiwanés, William Lai, a quien acusó de distorsionar la historia y promover abiertamente la separación de la isla, tras un discurso en el que reafirmó que Taiwán es un "país soberano".
En un comunicado remitido este lunes, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo chino) Chen Binhua aseguró que la intervención de Lai "estuvo llena de mentiras, hostilidad y provocación" y que sus palabras “distorsionan y fragmentan deliberadamente la historia" para justificar "una narrativa separatista".
El portavoz acusó al mandatario isleño de "negar el hecho de que Taiwán pertenece a China desde la antigüedad" y de "manipular la opinión pública" al vincular los sentimientos patrióticos de los taiwaneses con las aspiraciones independentistas, lo que, según Pekín, supone "una traición al espíritu de quienes han defendido históricamente la unidad nacional".
El portavoz acusó al mandatario isleño de "negar el hecho de que Taiwán pertenece a China desde la antigüedad" y de "manipular la opinión pública"
Asimismo, Chen subrayó que "todas las pruebas históricas, factuales y legales" demuestran que Taiwán es "una parte inseparable de China", y citó documentos como la Declaración de El Cairo (1943) y la Proclamación de Potsdam (1945), que según Pekín ratificaron la devolución de la isla tras la ocupación japonesa.
El portavoz acusó además a Lai de "exagerar la amenaza del continente", de promover "un clima de hostilidad" y de obstaculizar los intercambios entre ambos lados del Estrecho, lo que, según la parte continental, "contradice el deseo de paz y desarrollo de los compatriotas de Taiwán".
Las autoridades de Pekín consideran a Taiwán como una "parte inalienable" del territorio chino y no han descartado el uso de la fuerza para concretar la "reunificación" de la isla y el continente, uno de los objetivos a largo plazo trazados por el presidente chino, Xi Jinping, tras su llegada al poder en 2012.
En este contexto, China ha intensificado su campaña de presión diplomática y militar contra Taiwán en los últimos años, organizando maniobras bélicas en las inmediaciones de la isla con cada vez más frecuencia y forzando la pérdida de aliados diplomáticos de Taipéi en favor de Pekín.
El Gobierno de Taiwán, liderado por el Partido Democrático Progresista (PDP), una formación de tendencia soberanista, desde 2016, defiende que la isla ya es de facto un país independiente y sostiene que su futuro solo puede ser decidido por sus 23 millones de habitantes.